EJERCICIOS
1. Soy el Hijo de Dios, pleno, sano e íntegro, resplandeciente en el reflejo de Su Amor. 2En mí Su creación se santifica y Se le garantiza vida eterna. 3En mí el amor alcanza la perfección, el miedo es imposible y la dicha se establece sin opuestos. 4Soy el santo hogar de Dios Mismo. 5Soy el Cielo donde Su Amor reside. 6Soy Su santa Impecabilidad. Misma, pues en mi pureza reside la Suya Propia.
2. La necesidad de usar palabras está casi llegando a su fin ahora. 2Mas en los últimos días de este año que tú y yo juntos le ofrecimos a Dios, hemos encontrado un solo propósito, el cual compartimos. 3Y así, te uniste a mí, de modo que lo que yo soy tú lo eres también. 4La verdad de lo que somos no es algo de lo que se pueda hablar o describir con palabras. 5Podemos, sin embargo, darnos cuenta de la función que tenemos aquí, y usar palabras para hablar de ello así como para enseñarlo, si predicamos con el ejemplo.
3. Somos los portadores de la salvación. 2Aceptamos nuestro papel como salvadores del mundo, el cual se redime mediante nuestro perdón conjunto. 3Y al concederle el regalo de nuestro perdón, éste se nos concede a nosotros. 4Vemos a todos como nuestros hermanos, y percibimos todas las cosas como buenas y bondadosas. 5No estamos interesados en ninguna función que se encuentre más allá del umbral del Cielo. 6El conocimiento volverá a aflorar en nosotros cuando hayamos desempeñado nuestro papel. 7Lo único que nos concierne ahora es dar la bienvenida a la verdad.
4. Nuestros son los ojos a través de los cuales la visión de Cristo ve un mundo redimido de todo pensamiento de pecado. 2Nuestros, los oídos que oyen la Voz que habla por Dios proclamar que el mundo es inocente. 3Nuestras, las mentes que se unen conforme bendecimos al mundo. 4Y desde la unión que hemos alcanzado, invitamos a todos nuestros hermanos a compartir nuestra paz y a consumar nuestra dicha.
5. Somos los santos mensajeros de Dios que hablan en Su Nombre, y que al llevar Su Palabra a todos aquellos que Él nos envía, aprendemos que está impresa en nuestros corazones. 2Y de esa forma, nuestras mentes cambian con respecto al objetivo para el que vinimos y al que ahora procuramos servir. 3Le traemos buenas nuevas al Hijo de Dios que pensó que sufría. 4Ahora ha sido redimido. 5Y al ver las puertas del Cielo abiertas ante él, entrará y desaparecerá en el Corazón de Dios.
AUDIOLIBRO
EJERCICIOS
LECCIÓN 351
Mi hermano impecable es mi guía a la paz: Mi hermano pecador es mi guía al dolor. Y el que elija ver será el que contemplaré.
1. ¿Quién es mi hermano sino Tu santo Hijo? 2Mas si veo pecado en él proclamo que soy un pecador, en vez de un Hijo de Dios, y que me encuentro solo y sin amigos en un mundo aterrante. 3Mas percibirme de esa manera es una decisión que yo mismo he tomado y puedo, por consiguiente, volverme atrás. 4Puedo asimismo ver a mi hermano exento de pecado, y como Tu santo Hijo. 5Y si ésta es la alternativa por la que me decido, veo mi impecabilidad, a mi eterno Consolador y Amigo junto a mí, y el camino libre y despejado. 6Elige, pues, por mí, Padre mío, a través de Aquel que habla por Ti. 7Pues sólo Él juzga en Tu Nombre.
VI. La justificación del perdón
2. El perdón está siempre justificado. 2Sus cimientos son sólidos. 3Tú no perdonas lo imperdonable, ni pasas por alto un ataque real que merece castigo. 4La salvación no reside en que a uno le pidan responder de una manera antinatural que no concuerda con lo que es real. 5En lugar de ello, la salvación sólo te pide que respondas adecuadamente a lo que no es real, no percibiendo lo que no ha ocurrido. 6Si el perdón no estuviese justificado, se te estaría pidiendo que sacrificases tus derechos cuando devuelves perdón por ataque. 7Mas se te pide simplemente que consideres el perdón como la respuesta natural ante cualquier aflicción basada en un error que, por ende, no es más que una petición de ayuda. 8El perdón es la única respuesta cuerda, 9pues impide que tus derechos sean sacrificados.
3. Este entendimiento es el único cambio que le permite al mundo real alzarse para ocupar el lugar de los sueños de terror. 2El miedo no puede surgir a menos que se justifique el ataque; y si éste tuviese una base real, el perdón no tendría base alguna. 3El mundo real se alcanza cuando percibes que aquello en lo que el perdón se basa es completamente real y está plenamente justificado. 4Mientras creas que el perdón es un regalo inmerecido, ello no podrá sino reforzar la culpabilidad que quieres "perdonar". 5El perdón que no está justificado es un ataque. 6Y eso es todo lo que el mundo puede jamás ofrecer. 7 Puede que algunas veces perdone a los "pecadores", pero sigue siendo consciente de que han pecado. 8De modo que no se merecen el perdón que les concede.
4. Éste es el falso perdón del que el mundo se vale para mantener viva la sensación de pecado. 2Y puesto que se considera que Dios es justo, parece imposible que Su perdón pueda ser verdadero. 3 De este modo, el temor a Dios es el resultado inevitable de considerar que el perdón es algo inmerecido. 4Nadie que se considere a sí mismo culpable puede evitar sentir temor de Dios. 5Pero se salva de este dilema si perdona. 6 La mente tiene que considerar al Creador tal como se considera a sí misma. 7Si puedes darte cuenta de que tu hermano es digno de perdón, es que has aprendido que tú tienes el mismo derecho a ser perdonado que él. 8Y no pensarías que Dios tiene destinado para ti un juicio temible que tu hermano no se merece. 9Pues la verdad es que tú no mereces ni más ni menos que él.
5. Todo perdón que se considera merecido sana, 2 pues le otorga al milagro la fuerza para pasar por alto las ilusiones. 3Así es como aprendes que tú también tienes que haber sido perdonado. 4No hay ninguna apariencia que no pueda pasarse por alto. 5Pues si la hubiera, sería necesario que primero hubiese algún pecado que estuviese más allá del alcance del perdón. 6 Tendría que haber algún error que fuese más que una simple equivocación, un tipo especial de error que fuese inmutable y eterno, y que estuviese más allá de cualquier posibilidad de corrección o escape. 7Tendría que haber un error capaz de deshacer la creación, y de construir un mundo que pudiese reemplazarla y destruir la Voluntad de Dios. 8Sólo si esto fuese posible podría haber algunas apariencias capaces de ser inmunes al milagro y de no ser sanadas por él.
6. No hay prueba más contundente de que lo que deseas es la idolatría, que la creencia de que hay algunas clases de enfermedad y de desdicha que el perdón no puede sanar. 2 Esto quiere decir que prefieres conservar algunos ídolos y que todavía no estás completamente listo para abandonarlos todos. 3Y así, piensas que algunas apariencias son reales y que no son apariencias en absoluto. 4No te dejes engañar con respecto al significado de la creencia fija según la cual algunas apariencias son más difíciles de pasar por alto que otras. 5Pues ello siempre significa que crees que el perdón tiene límites. 6Y te habrás fijado una meta en la que el perdón es parcial y en la que puedes liberarte de la culpabilidad sólo en parte. 7¿Qué otra cosa puede significar esto sino que el perdón que te concedes a ti mismo, así como a todos los que parecen estar separados de ti es falso?
7. Tiene que ser verdad que o bien el milagro cura toda clase de enfermedad o bien no cura en absoluto. 2Su propósito no puede ser juzgar qué formas son reales y qué apariencias verdaderas. 3Si se tuviese que excluir una sola apariencia de la curación, habría una ilusión que formaría parte de la verdad. 4Y no podrías escaparte totalmente de la culpabilidad, sino sólo en parte. 5Tienes que perdonar al Hijo de Dios completamente, 6pues, de lo contrario, conservarás una imagen de ti mismo fragmentada, y seguirás temiendo mirar en tu interior y encontrar allí tu liberación de todos los ídolos. 7La salvación descansa en la fe de que es imposible que haya algunas clases de culpabilidad que tú no puedas perdonar. 8Por lo tanto, no hay ninguna apariencia que hubiese podido ocupar el lugar de la verdad con respecto al Hijo de Dios.
8. Contempla a tu hermano con el deseo de verlo tal como es. 2Y no excluyas ninguna parte de él de tu deseo de que se cure. 3Curar es hacer íntegro. 4Y a lo que es íntegro no le pueden faltar partes que se hayan dejado afuera. 5El perdón consiste en reconocer esto, y en alegrarnos de que no haya ninguna forma de enfermedad que el milagro no tenga el poder de curar.
9. El Hijo de Dios es perfecto, ya que de otro modo no podría ser el Hijo de Dios. 2Y no lo podrás conocer mientras creas que no merece librarse de todas las consecuencias y manifestaciones de la culpabilidad. 3De la única forma que debes pensar acerca de él si quieres conocer la verdad acerca de ti mismo es así:
10. Contempla a tu hermano con esta esperanza en ti y comprenderás que él no pudo haber cometido un error que hubiese podido cambiar la verdad acerca de él. 2No es difícil pasar por alto errores a los que no se les ha atribuido efectos. 3Mas no perdonarás aquello que consideres que tiene el poder de hacer del Hijo de Dios un ídolo.4 Pues en ese caso él se habrá convertido para ti en una imagen sepulcral y en un signo de muerte. 5¿Podría ser eso tu salvador? 6¿Podría acaso el Padre estar equivocado con respecto a Su Hijo? 7¿No será más bien que te has engañado a ti mismo con respecto a aquel que se te dio para que lo curases a fin de que tú te pudieras salvar y liberar?
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