DESPERTAR AL AMOR

martes, 19 de abril de 2011

19 ABRIL: Descanso en Dios.


AUDIOLIBRO




EJERCICIOS

Descanso en Dios.

1. Hoy pedimos descanso; y una quietud que las apariencias del mundo no puedan perturbar. 2Pedimos paz y tranquilidad en medio de todo el torbellino nacido de sueños conflictivos. 3Pedi­mos seguridad y felicidad, aunque lo que parece que vemos es peligro e infortunio. 4Y disponemos del pensamiento que respon­derá a nuestra petición con lo que pedimos.

2. "Descanso en Dios." 2Este pensamiento te brindará el descanso y el sosiego, la paz y la quietud, así como la seguridad y felicidad que buscas. 3"Descanso en Dios." 4Este pensamiento tiene el poder de despertar la verdad durmiente en ti que posees la visión que ve más allá de las apariencias hasta esa misma verdad en todo el mundo y en todo lo que existe. 5He aquí el fin del sufrimiento para el mundo entero y para todo aquel que jamás haya venido o haya de venir para estar aquí por algún tiempo. 6He aquí el pensa­miento mediante el cual el Hijo de Dios nace de nuevo para reco­nocerse a sí mismo.

3. "Descanso en Dios." 2Completamente impávido, este pensa­miento te sacará adelante a través de tormentas y luchas, más allá del infortunio y del dolor, de la pérdida y de la muerte, y te llevará a la certeza de Dios. 3No hay sufrimiento que no pueda sanar. 4No hay problema que no pueda resolver. 5Y no hay apa­riencia que no se convierta en la verdad ante los ojos de vosotros que descansáis en Dios.

4. Éste es el día de la paz. 2Descansas en Dios, y mientras los vientos del odio dividen el mundo, tu descanso permanece im­perturbable. 3Tuyo es el descanso de la verdad. 4Las apariencias no te pueden perturbar. 5Exhortas a todos tus hermanos a que se unan a ti en tu descanso, y ellos te oirán y vendrán a ti porque descansas en Dios. 6No oirán ninguna otra voz excepto la tuya porque tú le entregaste tu voz a Dios, y ahora descansas en Él y dejas que Él hable a través de ti.

5. En Él no tienes inquietudes, preocupaciones, agobios, ansieda­des o dolor, ni miedo al futuro ni remordimientos por el pasado. 2Descansas en la intemporalidad, mientras que el tiempo pasa de largo sin dejar marca sobre ti, pues nada puede jamás alterar tu descanso en modo alguno. 3Descansa hoy. 4Y según cierras los ojos, sumérgete en la quietud. 5Permite que estos períodos de descanso y respiro le aseguren a tu mente que todas sus frenéti­cas fantasías no eran sino los sueños de un delirio febril que ya pasó. 6Deja que tu mente se aquiete y acepte con agradecimiento su curación. 7Ahora que descansas en Dios ya no vendrán a ron­darte sueños de terror. 8Dedica tiempo hoy a ir más allá de los sueños, hasta llegar a la paz.

6. En los descansos que hoy tomas cada hora, una mente fatigada de repente se alegrará, un pájaro con las alas rotas romperá a cantar y un arroyo por largo tiempo seco manará de nuevo. 2El mundo renace cada vez que descansas y recuerdas cada hora, que viniste a brindarle la paz de Dios al mundo a fin de que pudiese descansar junto contigo.

7. Cada vez que hoy descansas cinco minutos el mundo se acerca más a su despertar. 2Y el momento en que lo único que haya sea descanso se acerca más a todas las mentes cansadas y exhaustas, demasiado agotadas ahora como para poder seguir adelante solas. 3Y estas mentes oirán al pájaro cantar otra vez y verán el manantial manar de nuevo, y con renacida esperanza y renovado vigor marcharán con paso ligero por la senda que de súbito parece más fácil de recorrer según siguen adelante.

8. Hoy descansas en la paz de Dios, y desde tu descanso exhortas a tus hermanos a que encuentren el suyo y descansen junto a ti. 2Hoy serás fiel a tu cometido, al no olvidarte de nadie e incluir a todos en el infinito círculo de tu paz, el sagrado santuario donde reposas. 3Abre las puertas del templo y deja que tus hermanos distantes y tus amigos más íntimos vengan desde los mas remo­tos lugares del mundo, así como desde los más cercanos; invíta­los a todos a entrar y a descansar contigo.

9. Hoy descansas en la paz de Dios, tranquilo y sin miedo. 2Cada uno de tus hermanos viene a descansar y a ofrecerte a ti su des­canso. 3Descansamos juntos aquí, pues así es como nuestro des­canso es total, y lo que hoy damos ya lo hemos recibido. 4El tiempo no es el guardián de lo que damos hoy. 5Damos a los que aún no han nacido y a los que ya partieron, a todo Pensamiento de Dios, y a la Mente en la que estos Pensamientos nacieron y en donde descansan. 6Y les recordamos su lugar de descanso cada vez que nos decimos a nosotros mismos: "Descanso en Dios”


TEXTO

Capítulo 11

DIOS O EL EGO

Introducción

1. O Dios está loco o bien es el ego el que lo está. 2Si examinas imparcialmente las pruebas que ambas partes presentan, te darás cuenta de que eso tiene que ser verdad. 3Ni Dios ni el ego propo­nen un sistema de pensamiento parcial. 4Ambos sistemas son internamente coherentes, aunque diametralmente opuestos en todo, de tal modo que una lealtad parcial es imposible. 5Recuerda también que sus resultados son tan diferentes como sus cimien­tos, y que sus naturalezas fundamentalmente irreconciliables no pueden ser reconciliadas alternando entre ellos. 6Nada que esté vivo es huérfano, pues la vida es creación. 7Por lo tanto, toda decisión que tomas es invariablemente la respuesta a la pregunta: "¿Quién es mi padre?" 8Y serás fiel al padre que elijas.

2. ¿Qué le dirías, no obstante, a alguien que creyese que esta pre­gunta realmente entraña conflicto? 2Si tú concebiste al ego, ¿cómo habría podido el ego concebirte a ti? 3El problema de la autoridad sigue siendo la única fuente de conflictos porque el ego se originó como consecuencia del deseo del Hijo de Dios de ser el padre de Su Padre. 4El ego, por lo tanto, no es más que un sistema ilusorio en el que tú concebiste a tu propio padre. 5No te equivoques con respecto a esto. 6Parece una locura cuando se expone con perfecta honestidad, pero el ego nunca examina lo que hace con perfecta honestidad. 7Sin embargo, ésa es su premisa demente, la cual está cuidadosamente oculta bajo la tenebrosa piedra angular de su sis­tema de pensamiento. 8Y o bien el ego -que tú concebiste- es tu padre, o bien todo su sistema de pensamiento se desmorona.

3. Tú fabricas mediante la proyección, mas Dios crea mediante la extensión. 2eres la piedra angular de la creación de Dios, pues Su sistema de pensamiento es la luz. 3Recuerda que los Rayos están ahí sin ser vistos. 4Cuanto más te aproximas al centro de Su sistema de pensamiento, más clara se hace la luz. 5Cuanto más te aproximas al sistema de pensamiento del ego, más tenebroso y sombrío se vuelve el camino. 6Sin embargo, incluso la pequeña chispa que se encuentra en tu mente basta para iluminarlo. 7Lleva esa luz contigo sin ningún temor, y valerosamente enfócala a los cimientos del sistema de pensamiento del ego. 8Estáte dispuesto a juzgarlo con absoluta honestidad. 9Pon al descubierto la tenebrosa piedra angular de terror sobre la que descansa y sácala a la luz. 10Ahí verás que se basaba en la insensatez y' que todos tus miedos eran infundados.

4. Hermano mío, tú eres parte de Dios y parte de mí. 2Cuando por fin hayas visto los cimientos del ego sin acobardarte, habrás visto también los nuestros. 3Vengo a ti de parte de nuestro Padre a ofre­certe todo nuevamente. 4No lo rechaces a fin de mantener oculta la tenebrosa piedra angular, pues la protección que te ofrece no te puede salvar. 5Yo te daré la lámpara y te acompañaré. 6No harás este viaje solo. 7Te conduciré hasta tu verdadero Padre, Quien, como yo, tiene necesidad de ti. 8¿Cómo no ibas a responder jubilo­samente a la llamada del amor?


I. Los regalos de la paternidad


1. Te has dado cuenta de tu necesidad de curación. 2¿Le ofrecerías cualquier otra cosa a la Filiación, habiendo reconocido la necesi­dad que tú mismo tienes de curación? 3Pues en esto estriba el comienzo del retorno al conocimiento; los cimientos sobre los que Dios ayudará a construir de nuevo el sistema de pensamiento que tú compartes con Él. 4Ni una sola piedra que coloques sobre esos cimientos dejará de ser bendecida por Él, pues estarás restau­rando la santa morada de Su Hijo, donde Él dispone que Su Hijo esté y donde está. 5Sea cual sea la parte de la mente del Hijo de Dios en la que reinstauras esta realidad, la reinstauras también en ti mismo. 6Moras en la Mente de Dios junto con tu hermano, pues la Voluntad de Dios no es estar solo.

2. Estar solo es estar separado de lo infinito, mas ¿cómo iba a ser posible esto si lo infinito no tiene fin? 2Nadie puede estar más allá de lo ilimitado porque lo que no tiene límites está necesariamente en todas partes. 3En Dios no hay principios ni finales, pues Su universo es Él Mismo. 4¿Cómo ibas a poder excluirte a ti mismo del universo, o de Dios que es el universo? 5Mi Padre y yo somos uno contigo, pues tú formas parte de nosotros. 6¿Crees realmente que parte de Dios puede extraviarse o estar ausente de Él?

3. Si tú no formases parte de Dios, Su Voluntad no estaría unifi­cada. 2¿Es concebible esto? 3¿Podría una parte de Su Mente no contener nada? 4Si nadie excepto tú puede ocupar tu lugar en Su Mente, y el que tú lo ocupases constituyó tu creación, sin ti habría un lugar vacío en la Mente de Dios. 5La extensión no puede ser bloqueada, ni tampoco tiene vacíos. 6Continúa eternamente, por mucho que sea negada. 7Negar su realidad puede constituir un retraso en el tiempo, pero no en la eternidad. 8Por eso es por lo que tus creaciones no han cesado de extenderse y por lo que hay tanto esperando tu retorno.

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