DESPERTAR AL AMOR

lunes, 16 de abril de 2012

16 ABRIL: Déjame aquietarme y escuchar la verdad.

 
AUDIOLIBRO




EJERCICIOS

Déjame aquietarme y escuchar la verdad.

1. Si no le prestases atención a la voz del ego, por muy ensordece­dora que parezca ser su llamada; si no aceptases sus míseros rega­los que no te aportan nada que realmente quieras, y si escuchases con una mente receptiva que no te haya dicho lo que es la salva­ción, podrías entonces oír la poderosa Voz de la verdad, serena en su poder, fuerte en su quietud y absolutamente segura de Sus mensajes.

2. Escucha, y oye a tu Padre hablarte a través de la voz que Él ha designado sea su Voz, la cual acalla el estruendo de lo que no tiene sentido y les muestra el camino de la paz a los que no pue­den ver. 2Aquiétate hoy y escucha la verdad. 3No te dejes engañar por las voces de los muertos, que te dicen que han encontrado la fuente de la vida y te la ofrecen para que creas en ella. 4No les hagas caso, antes bien, escucha la verdad.

3. Hoy no tengas miedo de eludir las voces del mundo. 2Sigue adelante con paso ligero más allá de su insensata persuasión. 3No les prestes oídos. 4Aquiétate hoy y escucha la verdad. 5Ve más allá de todas las cosas que no hablen de Aquel que tiene tu felici­dad en Sus manos, y que te la ofrece con calidez y amor. 6Escú­chalo únicamente a Él hoy, y no te demores más en llegar hasta Él. 7Eccucha una sola Voz hoy.

4. Hoy se cumple la promesa de la Palabra de Dios. 2Escucha y permanece en silencio. 3Él quiere hablarte. 4Él viene a ti con mila­gros que son mil veces más jubilosos y más maravillosos que los que tú jamás hayas podido soñar o desear en tus sueños. 5Sus milagros son verdad. 6No se desvanecerán cuando al sueño le llegue su fin. 7Por el contrario, son los que darán fin al sueño; y perdurarán eternamente, pues proceden de Dios para Su Hijo bienamado, cuyo otro nombre eres tú. 8repárate hoy para los milagros. 9Permite que hoy se cumpla la ancestral promesa que tu Padre te hizo a ti y a todos tus hermanos.

5. Óyelo hoy, y escucha la Palabra que levanta el velo que cubre la tierra y que despierta a todos los que duermen y no pueden ver. 2Dios los llama a través de ti. 3Él necesita tu voz para hablar­les, pues, ¿quién sino el Padre podría llegar hasta el Hijo, llamán­dolo a través de tu Ser? 4Óyelo hoy, y ofrécele tu voz para que Él pueda hablarle a las multitudes que esperan a oír la Palabra que Él pronunciará hoy.

6. Estáte listo para la salvación. 2Está aquí, y hoy se te concederá. 3Y descubrirás cuál es tu función por medio de Aquel que la eli­gió por ti en Nombre de tu Padre. 4Escucha hoy, y oirás una Voz que resonará por todo el mundo a través de ti. 5El Portador de todos los milagros necesita que tú los recibas primero, para que así te conviertas en el feliz dador de lo que has recibido.

7. Así comienza la salvación y así termina: cuando todo sea tuyo y lo hayas dado completamente, permanecerá contigo para siem­pre. 2La lección se habrá aprendido. 3Hoy vamos a practicar lo que es dar, pero no de la manera en que lo entiendes ahora, sino tal como es. 4Los ejercicios de cada hora deben ir precedidos de esta plegaria de iluminación:

5Me aquietaré y escucharé la verdad.
6¿Qué significa dar y recibir?

8. Pregunta, y confía en que se te contestará. 2Lo que pides es algo cuya respuesta ha estado esperando mucho tiempo a que la acep­tes. 3Dicha respuesta representará el comienzo del ministerio para el que viniste, el cual liberará al mundo de la creencia de que dar es una manera de perder. 4De este modo el mundo se prepara para entender y para recibir.

9. Aquiétate y escucha la verdad hoy. 2Por cada cinco minutos que pases escuchando, mil mentes se abrirán a la verdad y oirán la santa Palabra que tú oyes. 3Y cuando la hora haya pasado, liberarás mil más que harán una pausa para pedir que la verdad les sea revelada tanto a ellas como a ti.

10. Hoy se cumple la santa Palabra de Dios cuando tú la recibes para darla, de manera que puedas enseñarle al mundo lo que sig­nifica dar, escuchándolo y aprendiéndolo de Él. 2No te olvides hoy de reforzar tu decisión de escuchar y recibir la Palabra, repi­tiendo el siguiente recordatorio tan a menudo como te sea posible:

3Déjame aquietarme y escuchar la verdad.
4Hoy soy el mensajero de Dios.
5Mi voz es Suya para dar lo que recibo.

TEXTO

IV. El fin de la enfermedad

1. Toda magia es un intento de reconciliar lo irreconciliable. 2Toda religión es el reconocimiento de que lo irreconciliable no puede ser reconciliado. 3La enfermedad y la perfección son irreconcilia­bles. 4Si Dios te creó perfecto, eres perfecto. 5Si crees que puedes estar enfermo, has antepuesto otros dioses a Él. 6Dios no está en guerra con el dios de la enfermedad que inventaste, pero tú sí. 7Este dios es el símbolo de tu decisión de oponerte a Dios, y tienes miedo de él porque no se le puede reconciliar con la Voluntad de Dios. 8Si lo atacas, harás que sea real para ti. 9Pero si te niegas a adorarlo, sea cual sea la forma en que se presente ante ti, o el lugar donde creas verlo, desaparecerá en la nada de donde provino.

2. La realidad sólo puede alborear en una mente despejada. 2La realidad está siempre ahí, ante ti, lista para ser aceptada, pero para aceptarla tienes que primero estar dispuesto a tenerla. 3Conocer la realidad requiere que uno esté dispuesto a juzgar la irrealidad tal como es. 4Pasar por alto lo que no es nada es simple­mente juzgarlo acertadamente, y mediante tu capacidad para eva­luarlo correctamente, permitir que desaparezca. 5EI conocimiento no puede alborear en una mente llena de ilusiones porque la ver­dad y las ilusiones son irreconciliables. 6La verdad es íntegra y no puede ser conocida sólo por una parte de la mente.

3. No se puede percibir a la Filiación como parcialmente enferma porque percibirla de esa manera es no percibirla en absoluto. 2Si la Filiación es una, es una desde cualquier punto de vista. 3La uni­dad no puede ser dividida. 4Si percibes otros dioses significa que tu mente está dividida, y. no podrás limitar dicha división porque ello es señal de que has separado parte de tu mente de la Volun­tad de Dios. 5Esto quiere decir que tu mente no tiene ningún con­trol. 6No tener control significa que se ha perdido la razón, y en ese caso la mente se vuelve irracional. 7Al definir erróneamente a la mente, la percibes como que funciona erróneamente.

4. Las leyes de Dios mantendrán a tu mente en paz porque la paz es Su Voluntad, y Sus leyes se promulgaron para apoyarla. 2Sus leyes son las leyes de la libertad, mas las tuyas son las leyes del cautiverio. 3Puesto que la libertad y el cautiverio son irreconcilia­bles, sus respectivas leyes no se pueden entender simultánea­mente. 4Las leyes de Dios operan exclusivamente para tu bien, y no hay más leyes que las Suyas. 5Lo demás no está regido por ninguna ley, y es, por lo tanto, caótico. 6Dios Mismo, no obstante, ha protegido todo lo que Él creó mediante Sus leyes. 7No existe nada que no esté regido por ellas. 8"Las leyes del caos” es una expresión que no tiene sentido. 9La creación acata sus leyes per­fectamente, y lo caótico carece de significado porque Dios no forma parte de ello. 10Le has "dado" tu paz a los dioses que inven­taste, pero ellos no pueden aceptarla, pues no están ahí, y tú no puedes dársela.

5. No eres libre de renunciar a la libertad, sino sólo de negarla. 2No puedes hacer lo que Dios no dispuso porque lo que Él no dispuso no puede tener lugar. 3Tus dioses no son los causantes del caos; tú les adjudicas el caos y luego lo aceptas de ellos. 4Nada de esto ha tenido lugar jamás. 5Nada, excepto las leyes de Dios, ha existido jamás, y nada, excepto Su Voluntad, existirá jamás. 6Fuiste creado mediante Sus leyes y por Su Voluntad, y el modo en que fuiste creado te estableció como creador. 7Lo que has inventado es tan indigno de ti que lo repudiarías sólo con que estuvieses dispuesto a verlo tal como es. 8En ese caso no verías nada en absoluto. 9Y tu visión automáticamente se dirigiría más allá de ello hacia lo que se encuentra en ti y a tu alrededor. 10La realidad no puede salvar las obstrucciones que pones ante ella, mas te envolverá completamente cuando las abandones.

6. Una vez que se ha experimentado la protección de Dios, inven­tar ídolos se vuelve inconcebible. 2En la Mente de Dios no hay imágenes extrañas, y lo que no está en Su Mente no puede estar en la tuya, porque tú tienes una sola mente y esa mente le perte­nece a El. 3Es tuya precisamente porque le pertenece a Él, ya que para Él ser propietario de algo es compartirlo. 4Y si esto es así para Él, también lo es para ti. 5Sus definiciones son Sus leyes, pues mediante ellas estableció el universo tal como éste es. 6Los falsos dioses que tratas de interponer entre tu realidad y tú no afectan a la verdad en absoluto. 7Tuya es la paz porque Dios te creó. 8Y Él no creó nada más.

7. Un milagro es el acto de un Hijo de Dios que ha abandonado a todos los dioses falsos y exhorta a sus hermanos a que hagan lo mismo. 2Es un acto de fe porque es el reconocimiento de que su hermano puede hacerlo también. 3Es un llamamiento al Espíritu Santo en su mente, que se refuerza mediante la unión. 4Puesto que el obrador de milagros ha oído la Voz de Dios, la refuerza en sus hermanos enfermos al debilitar su creencia en la enfermedad, que él no comparte. 5El poder de una mente puede irradiar hasta otra porque todas las lámparas de Dios fueron encendidas por la misma chispa, la cual está en todas partes y es eterna.

8. En muchos lo único que queda es la chispa, pues los Grandes Rayos están velados. 2Aun así, Dios ha mantenido viva la chispa de manera que los Rayos nunca puedan olvidarse completamente. 3Sólo con que veas la pequeña chispa podrás conocer la luz mayor, pues los Rayos están ahí aunque sin ser vistos. 4Al percibir la chispa sanas, mas al conocer la luz creas. 5En el proceso de retornar, no obstante, la pequeña chispa debe reconocerse pri­mero, pues la separación fue el descenso desde la grandeza a la pequeñez. 6La chispa, no obstante, sigue siendo tan pura como la luz mayor porque es lo que queda de la llamada de la creación. 7Deposita toda tu fe en ella y Dios Mismo te contestará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario