DESPERTAR AL AMOR

jueves, 2 de julio de 2015

2 JULIO: Invoco el Nombre de Dios y el mío propio.


AUDIOLIBRO

EJERCICIOS



LECCIÓN 183

Invoco el Nombre de Dios y el mío propio.

1. El Nombre de Dios es sagrado, pero no es más sagrado que el tuyo. 2Invocar Su Nombre es invocar el tuyo. 3Un padre le da su nombre a su hijo y, de este modo, identifica a su hijo con él. 4Sus hermanos comparten su nombre y, así, están unidos por un vínculo en el que encuentran su identidad. 5El Nombre de tu Padre te recuerda quién eres incluso en un mundo que no lo sabe, e incluso cuando tú mismo no lo has recordado.

2. El Nombre de Dios no puede ser oído sin que suscite una res­puesta, ni pronunciado sin que produzca un eco en la mente que te exhorta a recordar. 2Di Su Nombre, y estarás invitando a los ángeles a que rodeen el lugar en el que te encuentras, a cantarte según despliegan sus alas para mantenerte a salvo y a protegerte de cualquier pensamiento mundano que quisiera mancillar tu santidad.

3. Repite el Nombre de Dios, y el mundo entero responderá aban­donando las ilusiones. 2Todo sueño que el mundo tenga en gran estima de repente desaparecerá, y allí donde parecía encontrarse hallarás una estrella, un milagro de gracia. 3Los enfermos se levantarán, curados ya de sus pensamientos enfermizos. 4Los cie­gos podrán ver y los sordos oír. 5Los afligidos abandonarán su duelo, y sus lágrimas de dolor se secarán cuando la risa de felici­dad venga a bendecir al mundo.

4. Repite el Nombre de Dios y todo nombre nimio deja de tener significado. 2Ante el Nombre de Dios, toda tentación se vuelve algo indeseable y sin nombre. 3Repite Su Nombre, y verás cuán fácilmente te olvidas de los nombres de todos los dioses que hon­rabas. 4Pues habrán perdido el nombre de dios que les otorgabas. 5Se volverán anónimos y dejarán de ser importantes para ti, si bien, antes de que dejases que el Nombre de Dios reemplazase a sus nimios nombres, te postrabas reverente ante ellos llamándo­los dioses.

5. Repite el Nombre de Dios e invoca a tu Ser, Cuyo Nombre es el Suyo. 2Repite Su Nombre, y todas las cosas insignificantes y sin nombre de la tierra se ven en su correcta perspectiva. 3Aquellos que invocan el Nombre de Dios no pueden confundir lo que no tiene nombre con el Nombre, el pecado con la gracia, ni los cuer­pos con el santo Hijo de Dios. 4Y si te unes a un hermano mien­tras te sientas con él en silencio y repites dentro de tu mente quieta el Nombre de Dios junto con él, habrás edificado ahí un altar que se eleva hasta Dios Mismo y hasta Su Hijo.

6. Practica sólo esto hoy: repite el Nombre de Dios lentamente una y otra vez. 2Relega al olvido cualquier otro nombre que no sea el Suyo. 3No oigas nada más. 4Deja que todos tus pensamientos se anclen en Esto. 5No usaremos ninguna otra palabra, excepto al principio, cuando repetimos la idea de hoy una sola vez. 6Y enton­ces el Nombre de Dios se convierte en nuestro único pensamiento, nuestra única palabra, lo único que ocupa nuestras mentes, nues­tro único deseo, el único sonido que tiene significado y el único Nombre de todo lo que deseamos ver y de todo lo que queremos considerar nuestro.

7. De esta manera extendemos una invitación que jamás puede ser rechazada. 2Y Dios vendrá, y Él Mismo responderá a ella. 3No pienses que Él oye las vanas oraciones de aquellos que lo invocan con nombres de ídolos que el mundo tiene en gran estima. 4De esa manera nunca podrán llegar a Él. 5Dios no puede oír peticio­nes que le pidan que no sea Él Mismo o que Su Hijo reciba otro nombre que no sea el Suyo.

8. Repite el Nombre de Dios, y lo estarás reconociendo como el único Creador de la realidad. 2Y estarás reconociendo asimismo que Su Hijo es parte de Él y que crea en Su Nombre. 3Siéntate en silencio y deja que Su Nombre se convierta en la idea todo ­abarcadora que absorbe tu mente por completo. 4Acalla todo pen­samiento excepto éste. 5Deja que ésta sea la respuesta para cual­quier otro pensamiento, y observa cómo el Nombre de Dios reemplaza a los miles de nombres que diste a todos tus pensa­mientos, sin darte cuenta de que sólo hay un Nombre para todo lo que existe y jamás existirá.

9. Hoy puedes alcanzar un estado en el que experimentarás el don de la gracia. 2Puedes escaparte de todas las ataduras del mundo, y ofrecerle a éste la misma liberación que tú has encontrado. 3Pue­des recordar lo que el mundo olvidó y ofrecerle lo que tú has recordado. 4Puedes también aceptar el papel que te corresponde desempeñar en su salvación, así como en la tuya propia. 5Y ambas se pueden lograr perfectamente.

10. Recurre al Nombre de Dios para tu liberación y se te conce­derá. 2No se necesita más oración que ésta, pues encierra dentro de sí a todas las demás. 3Las palabras son irrelevantes y las peticiones innecesarias cuando el Hijo de Dios invoca el Nombre de su Padre. 4Los Pensamientos de su Padre se vuelven los suyos propios. 5El Hijo de Dios reivindica su derecho a todo lo que su Padre le dio, le está dando todavía y le dará eternamente. 6Lo invoca para dejar que todas las cosas que creyó haber hecho que­den sin nombre ahora, y en su lugar el santo Nombre de Dios se convierta en el juicio que él tiene de la intranscendencia de todas ellas.

11. Todo lo insignificante se acalla. 2Los pequeños sonidos ahora son inaudibles. 3Todas las cosas vanas de la tierra han desapare­cido. 4El universo consiste únicamente en el Hijo de Dios, que invoca a su Padre. 5Y la Voz de su Padre responde en el santo Nombre de su Padre. 6La paz eterna se encuentra en esta eterna y serena relación, en la que la comunicación transciende con creces todas las palabras, y, sin embargo, supera en profundidad y altura todo aquello que las palabras jamás pudiesen comunicar. 7Quere­mos experimentar hoy esta paz en el Nombre de nuestro Padre. 8Y en Su Nombre se nos concederá.


TEXTO


II. El poder de la santidad



1. Puede que aún pienses que no es posible entender lo que es la santidad porque no puedes ver cómo se puede extender de manera que incluya a todo el mundo. 2Y se te ha dicho que para que sea santa tiene que incluir a todo el mundo. 3La extensión de la santidad no es algo que te deba preocupar, pues no compren­des la naturaleza de los milagros. 4Tampoco eres tú el que los obra. 5Esto lo demuestra el hecho de que los milagros se extien­den más allá de los límites que tú percibes. 6¿Por qué preocuparte por cómo se va a extender el milagro a toda la Filiación cuando no entiendes lo que es el milagro? 7Un atributo no es más difícil de entender que el todo del que forma parte. 8Si los milagros existen, sus atributos tienen que ser milagrosos al ser parte de ellos.

2. Existe una tendencia a fragmentar, y luego a ocuparse de la verdad de una pequeña porción del todo. 2Eso no es más que un intento, de evitar el todo o de no querer contemplarlo, concen­trándote en lo que crees que te sería más fácil entender, 3lo cual no es sino otra manera en la que aún tratas de limitarte a tu propio entendimiento. 4Otra manera de considerar los mila­gros -que es mucho mejor y más útil- es ésta: los milagros son algo que no entiendes ni total ni parcialmente. 5Pero se han mani­festado a través de ti. 6Por lo tanto, tu entendimiento no es nece­sario. 7Mas sigue siendo imposible llevar a cabo lo que no entiendes. 8Así que debe haber Algo en ti que sí entiende.

3. Es imposible que los milagros te parezcan naturales porque lo que has hecho para hacerle daño a tu mente, la ha vuelto tan anti­natural que no recuerda lo que le es natural. 2Y cuando se te dice lo que es natural, no puedes comprenderlo. 3El reconocimiento de que la parte es igual al todo y de que el todo está en cada parte es perfectamente natural, pues así es como Dios piensa, y lo que es natural para Él es natural para ti. 4Una percepción completamente natural te mostraría de inmediato que es imposible que haya gra­dos de dificultad en los milagros, pues ello estaría en contradic­ción con su significado. 5Y si pudieses comprender su significado, sus atributos no podrían causarte perplejidad.

4. Has obrado milagros, pero es muy evidente que no los has obrado solo. 2Cada vez que te extendiste hasta otra mente y te uniste a ella tuviste éxito. 3Cuando dos mentes se unen y compar­ten una idea por igual, se establece el primer eslabón de la con­ciencia de que la Filiación es una. 4Cuando estableces esta unión tal como el Espíritu Santo te pide, y se la ofreces para que Él se valga de ella como crea conveniente, la percepción que natural­mente tiene de dicho regalo le permite a Él comprenderla, y a ti usar Su comprensión en beneficio propio. 5Es imposible conven­certe de la realidad de lo que sin duda se ha logrado por el hecho de haber estado tú dispuesto a ello, mientras creas que a menos que tú lo entiendas no es real.

5. ¿Cómo puedes tener fe en la realidad mientras sigas empeñado en querer hacerla irreal? 2¿Crees realmente que te encuentras más a salvo afirmando que las ilusiones son reales que aceptando jubilosamente la verdad tal como es y dando gracias por ella? 3Honra la verdad que se te ha dado, y regocíjate de que no la comprendas. 4Los milagros son algo natural para Aquel que habla por Dios, 5pues Su tarea es traducir el milagro al conocimiento que repre­senta, pero que se encuentra vedado para ti. 6Permite que el entendimiento que Él tiene de los milagros te baste, y no les vuel­vas la espalda a los testigos que Él te ha dado, quienes dan fe de Su realidad.

6. No hay prueba que pueda convencerte de la verdad de lo que no deseas. 2No obstante, tu relación con Él es real. 3No veas esto con miedo, sino con regocijo. 3Aquel que invocaste está contigo. 5Dale la bienvenida y honra a los testigos que te traen las buenas nuevas de Su llegada. 6Es cierto, tal como temes, que reconocerlo a Él supone la negación de todo lo que crees saber. 7Pero lo que crees saber nunca fue verdad. 8¿De qué te sirve aferrarte a ello y negar las pruebas en favor de la verdad? 9Pues estás demasiado cerca de la verdad como para poder renunciar a ella ahora, y no podrás sino ceder ante su irresistible atracción. 10Puedes demorar esto ahora, pero sólo por un tiempo. 11El Anfitrión de Dios te ha llamado y tú le has oído. 12Nunca jamás volverás a estar completamente dispuesto a no escuchar.

7. Éste es un año de júbilo, en el que escucharás cada vez más y en el que la paz aumentará en igual medida. 2Tanto el poder de la santidad como la debilidad del ataque se están llevando a tu con­ciencia. 3Y esto se ha logrado en una mente que está firmemente convencida de que la santidad es debilidad y el ataque poder. 4¿No es este milagro prueba suficiente de que tu Maestro no pro­cede de ti? 5Pero recuerda también que cada vez que escuchaste Su interpretación los resultados te produjeron júbilo. 6¿Preferi­rías acaso los resultados de tu interpretación, teniendo en cuenta honradamente cuáles han sido dichos resultados? 7Dios dispone para ti algo mejor. 8¿No podrías contemplar con más caridad a quien Dios ama con perfecto amor?

8. No hagas interpretaciones que se opongan al Amor de Dios, pues tienes muchos testigos que hablan de él tan claramente, que sólo los ciegos y los mudos podrían no verlos ni oírlos. 2Decídete este año a no negar lo que Dios te ha dado. 3Despierta y compár­telo, pues ésa es la única razón por la que Él te ha llamado. 4Su Voz ha hablado claramente, pero tienes muy poca fe en lo que oíste debido a que has preferido tener más fe en el desastre que has ocasionado. 5Resolvamos hoy juntos aceptar las buenas nue­vas de que ese desastre no es real, y de que la realidad no es un desastre. 6La realidad es algo seguro, está a salvo y es completamente bondadosa con todo el mundo y con todas las cosas. 7No hay amor más grande que aceptar esto y alegrarse. 8Pues el amor sólo pide que seas feliz, y te dará todo lo que contribuya a tu felicidad.

9. El Espíritu Santo jamás ha dejado de resolver por ti ningún problema que hayas puesto en Sus manos, ni jamás dejará de hacerlo. 2Cada vez que has tratado de resolver algo por tu cuenta, has fracasado. 3¿No es hora ya de que conectes todos estos hechos y te des cuenta de lo que significan? 4Éste es el año en que debes poner en práctica las ideas que se te han dado. 5Pues las ideas son fuerzas poderosísimas que deben ponerse en práctica y no dejar en desuso. 6Ya te han dado suficientes pruebas de su poder como para que desees depositar tu fe en ellas y no en su negación. 7Dedica este año a la verdad y déjala obrar en paz. 8Ten fe en Aquel que tiene fe en ti. 9Piensa en lo que realmente has visto y oído, y acéptalo. 10¿Cómo puedes estar solo con seme­jantes testigos?

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