DESPERTAR AL AMOR

jueves, 17 de noviembre de 2016

17 NOVIEMBRE: Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


11. ¿Qué es la creación?


1. La creación es la suma de todos los Pensamientos de Dios, en número infinito y sin límite alguno en ninguna parte. 2Sólo el Amor crea, y únicamente a Su semejanza. 3Jamás hubo tiempo alguno en el que todo lo que creó no existiese. 4Ni jamás habrá tiempo alguno en que nada que haya creado sufra merma alguna. 5Los Pensamientos de Dios han de ser por siempre y para siempre exactamente como siempre han sido y como son: inalterables con el paso del tiempo, así como después de que éste haya cesado.

2. Los Pensamientos de Dios poseen todo el poder de su Creador. 2Pues Él quiere incrementar el Amor extendiéndolo. 3Y así, Su Hijo participa en la creación, y, por lo tanto, no puede sino com­partir con su Padre el poder de crear. 4Lo que Dios ha dispuesto que sea uno eternamente, lo seguirá siendo cuando el tiempo se acabe, y no cambiará a través del tiempo, sino que seguirá siendo tal como era antes de que surgiera la idea del tiempo.

3. La creación es lo opuesto a todas las ilusiones porque es la ver­dad. 2La creación es el santo Hijo de Dios, pues en la creación Su Voluntad es plena con respecto a todo, al hacer que cada parte contenga la Totalidad. 3La inviolabilidad de su unicidad está garantizada para siempre, perennemente a salvo dentro de Su santa Voluntad, y más allá de cualquier posibilidad de daño, separación, imperfección o de nada que pueda mancillar en modo alguno su impecabilidad.

4. Nosotros, los Hijos de Dios, somos la creación. 2Parecemos estar separados y no ser conscientes de nuestra eterna unidad con Él. 3Sin embargo, tras todas nuestras dudas y más allá de todos nuestros temores, todavía hay certeza, 4pues el Amor jamás abandona Sus Pensamientos, y ellos comparten Su certeza. 5El recuerdo de Dios se encuentra en nuestras mentes santas, que son conscientes de su unicidad y de su unión con su Creador. 6Que nuestra función sea únicamente permitir el retorno de este recuerdo y que Su Voluntad se haga en la tierra, así como que se nos restituya nuestra cordura y ser solamente tal como Dios nos creó.

5. Nuestro Padre nos llama. 2Oímos Su Voz y perdonamos a la creación en Nombre de su Creador, la Santidad Misma, Cuya san­tidad Su creación comparte con Él; Cuya santidad sigue siendo todavía parte de nosotros.

 

 

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCIÓN 321


Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.



1. No entendía lo que me podía hacer libre, ni lo que era mi libertad o adónde ir a buscarla. 2Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome. 3Ahora ya no deseo seguir siendo mi propio guía. 4Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda. 5Pero confió en Ti. 6Y me mantendré consciente de Ti que me dotaste con mi libertad por ser Tu santo Hijo. 7Tu Voz me dirige, y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. 8Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. 9Padre, mi voluntad es regresar.

2. Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros. 2¡Qué alegría encontrar nuestra libertad por el ine­quívoco camino que nuestro Padre ha señalado! 3¡Y cuán segura es la salvación de todo el mundo cuando nos damos cuenta de que sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad!

 



TEXTO


Capítulo 28


EL DES-HACIMIENTO DEL MIEDO


I. El recuerdo del presente


1. El milagro no hace nada. 2Lo único que hace es deshacer. 3Y de este modo, cancela la interferencia a lo que se ha hecho. 4No añade nada, sino que simplemente elimina. 5lo que elimina hace mucho que desapareció, pero puesto que se conserva en la memo­ria, sus efectos parecen estar teniendo lugar ahora. 6Hace mucho que este mundo desapareció. 7Los pensamientos que lo origina­ron ya no se encuentran en la mente que los concibió y los amó por un breve lapso de tiempo. 8El milagro no hace sino mostrar que el pasado ya pasó, y que lo que realmente ya pasó no puede tener efectos. 9Recordar la causa de algo tan sólo puede dar lugar a ilusiones de su presencia, pero no puede producir efectos.

2. Todos los efectos de la culpabilidad han desaparecido, 2pues ésta ya no existe. 3Con su partida desaparecieron sus consecuen­cias, pues se quedaron sin causa. 4¿Por qué querrías conservarla en tu memoria, a no ser que deseases sus efectos? 5Recordar es un proceso tan selectivo como percibir, al ser su tiempo pasado. 6Es percibir el pasado como si estuviese ocurriendo ahora y aún se pudiese ver. 7La memoria, al igual que la percepción, es una facultad que tú inventaste para que ocupase el lugar de lo que Dios te dio en tu creación. 8Y al igual que todas las cosas que inventaste, se puede emplear para otros fines y como un medio para obtener algo distinto. 9Se puede utilizar para sanar y no para herir, si ése es tu deseo.

3. Nada que se utilice con el propósito de sanar conlleva esfuerzo alguno. 2Es el reconocimiento de que no tienes necesidades que requieran que hagas algo al respecto. 3No es una memoria selec­tiva ni se utiliza para obstruir la verdad. 4Todas las cosas de las que el Espíritu Santo puede valerse para sanar le han sido entre­gadas, sin el contenido ni los propósitos para las que fueron con­cebidas. 5Son sencillamente facultades que aún no tienen una aplicación concreta 6que sólo esperan a que se haga uso de ellas. 7No han sido consagradas a nada en particular ni tienen ningún objetivo.

4. Él Espíritu Santo puede ciertamente hacer uso de la memoria, pues Dios Mismo se encuentra en ella. 2Mas no es ésta una memoria de sucesos pasados, sino únicamente de un estado pre­sente. 3Has estado acostumbrado por tanto tiempo a creer que la memoria contiene sólo el pasado, que te resulta difícil darte cuenta de que es una facultad que puede recordar el ahora. 4Las limitaciones que el mundo le impone a ese recordar son tan vas­tas como las que permites que el mundo te imponga a ti. 5No existe vínculo alguno entre la memoria y el pasado. 6Si quieres que haya un vínculo, lo habrá. 7Mas es sólo tu deseo lo que esta­blece dicho vínculo, y sólo tú quien lo limita a una parte del tiempo donde la culpabilidad aún parece persistir.

5. El uso que el Espíritu Santo hace de la memoria no tiene nada que ver con el tiempo. 2El Espíritu Santo no la utiliza como un medio, para conservar el pasado, sino como una manera de renunciar a él. 3La memoria retiene los mensajes que recibe, y hace lo que se le encomienda hacer. 4No escribe el mensaje ni establece su propósito. 5Al igual que el cuerpo, no tiene un pro­pósito intrínseco. 6Y si parece servir para abrigar un viejo odio y presentarte escenas de injusticias y de resentimientos que has estado guardando, ése es el mensaje que le pediste, y eso es lo que es. 7La historia de todo el pasado del cuerpo se encuentra oculta allí, confinada en sus bóvedas. 8Todas las extrañas asocia­ciones que se han hecho para mantener vivo el pasado y el pre­sente muerto, están depositadas ahí, esperando tu orden de que se te traigan y vuelvan a revivirse. 9Y de este modo, sus efectos parecen haber aumentado con el tiempo, el cual se llevó consigo su causa.

6. El tiempo, no obstante, no es más que otra fase de lo que no hace nada. 2Colabora estrechamente con todos los demás atribu­tos con los que intentas mantener oculta la verdad acerca de ti mismo. 3El tiempo ni quita ni restituye. 4Sin embargo, lo utilizas de una manera extraña, como si el pasado hubiese causado el presente, y éste no fuese más que una consecuencia en la que no se puede hacer cambio alguno, toda vez que su causa ha desapa­recido. 5Un cambio, no obstante, tiene que tener una causa dura­dera, pues, de otro modo, no perduraría. 6Es imposible poder cambiar nada en el presente si su causa se encuentra en el pasado. 7Tal como usas la memoria, sólo el pasado está en ella, y así, no es más que un modo de hacer que el pasado predomine sobre el ahora.

7. Olvídate de todo lo que te has enseñado a ti mismo, pues no fuiste un buen maestro. 2¿Y quién querría conservar en su mente una lección absurda, cuando puede aprender y retener una mejor? 3Cuando memorias de viejos rencores vengan a rondarte, recuerda que su causa ya desapareció. 4Por lo tanto, no puedes entender cuál es su propósito. 5No permitas que la causa que quieres atribuirles ahora sea la misma que hizo que fuesen lo que fueron o parecieron ser. 6Alégrate de que su causa haya desapare­cido, pues de ello es de lo que se te perdona. 7Y contempla, en cambio, los nuevos efectos de una causa que se acepta ahora y cuyas consecuencias se encuentran aquí. 8Su hermosura te sor­prenderá. 9Las nuevas ideas de antaño que traen consigo, serán las felices consecuencias de una Causa tan ancestral que excede con mucho el lapso de memoria que tu percepción ve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario