DESPERTAR AL AMOR

martes, 29 de noviembre de 2016

29 NOVIEMBRE: El perdón pone fin al sueño de conflicto.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCIÓN 333


El perdón pone fin al sueño de conflicto.


1. El conflicto debe ser resuelto. 2Si se quiere escapar de él, no debe evadirse, ignorarse, negarse, encubrirse, verse en otra parte, llamarse por otro nombre u ocultarse mediante cualquier clase de engaños. 3Tiene que verse exactamente como es, allí donde se cree que está, y tiene que verse también la realidad que se le ha otorgado y el propósito que le ha asignado la mente. 4Pues sólo entonces se desmantelan sus defensas y la verdad puede arrojar su luz sobre él según desaparece.

2. Padre, el perdón es la luz que Tú elegiste para que desvaneciese todo conflicto y toda duda, y para que alumbrase el camino que nos lleva de regreso a Ti. 2Ninguna otra luz puede dar fin a nuestro sueño malvado. 3Ninguna otra luz puede salvar al mundo. 4Pues dicha luz es lo único que jamás ha de fallar, ya que es el regalo que le has hecho a Tu Hijo bienamado.





TEXTO



Capítulo 29


EL DESPERTAR



I. La clausura de la brecha


1. No hay tiempo, lugar ni estado del que Dios esté ausente. 2No hay nada que temer. 3Es imposible que se pudiese concebir una brecha en la Plenitud de Dios. 4La transigencia que la más insig­nificante y diminuta de las brechas representaría en Su Amor eterno es completamente imposible. 5Pues ello querría decir que Su Amor puede albergar una sombra de odio, que Su bondad puede a veces trocarse en ataque y que en ocasiones Él podría perder Su infinita paciencia. 6Esto es lo que crees cuando percibes una brecha entre tu hermano y tú. 7¿Cómo ibas a poder, entonces, confiar en Dios? 8Pues Su Amor debe ser un engaño. 9Sé preca­vido entonces: no dejes que se te acerque demasiado y mantén una brecha entre Su Amor y tú a través de la cual te puedas escapar en caso de que tengas necesidad de huir.

2. Aquí es donde más claramente se puede ver el temor a Dios. 2Pues el amor es traicionero para aquellos que tienen miedo, ya que el miedo y el odio siempre van de la mano. 3Todo aquel que odia tiene miedo del amor y, por lo tanto, no puede sino tener miedo de Dios. 4Es indudable que no conoce el significado del amor. 5Teme amar y ama odiar, y así, piensa que el amor es temi­ble y que el odio es amor. 6Esto es lo que inevitablemente les sucede a todos aquellos que tienen en gran estima a esta pequeña brecha, creyendo que es su salvación y esperanza.

3. ¡El temor a Dios! 2El mayor obstáculo que la paz tiene que sal­var no ha desaparecido todavía. 2Los demás ya han desapare­cido, pero éste todavía sigue en pie, obstruyendo tu paso y haciendo que el camino hacia la luz parezca oscuro y temible, peligroso y sombrío. 4Has decidido que tu hermano es tu ene­migo. 5Tal vez tu amigo en algunas ocasiones, siempre que vues­tros diferentes intereses permitan vuestra amistad por algún tiempo. 6Pero no sin dejar una aparente brecha entre vosotros, en caso de que él se vuelva a convertir en tu enemigo. 7Deja que se acerque a ti, y te haces atrás; acércate a él, y él instantáneamente emprende la retirada. 8El acuerdo que establecisteis fue tener una amistad cautelosa y de limitado alcance, cuya intensidad estuviese cuidadosamente restringida. 9De modo que lo único que tú y tu hermano hicisteis fue establecer un pacto condicional en el que uno de sus puntos era una cláusula de separación que tanto tú como él acordasteis no violar. 10Y convinisteis que violarla sería una infracción del acuerdo de todo punto intolerable.

4. La brecha entre vosotros no es el espacio que hay entre vues­tros cuerpos, 2pues ese espacio tan sólo da la impresión de dividir vuestras mentes separadas. 3La brecha entre vosotros es el sím­bolo de una promesa que os habéis hecho de encontraros cuando os parezca, y luego separaros hasta que los dos decidáis encontra­ros de nuevo. 4Y entonces vuestros cuerpos parecerán ponerse en contacto y concertar un lugar de encuentro donde reunirse. 5Pero siempre es posible que cada uno siga su camino. 6Supeditado al "derecho" de separaros, acordáis reuniros de vez en cuando y mantener vuestra distancia con intervalos de separación que os protejan del "sacrificio" del amor. 7El cuerpo os salva, pues os aleja del sacrificio total y os da tiempo para reconstruir una vez más vuestros yos separados, que creéis que realmente menguan cuando os reunís.

5. El cuerpo no podría separar tu mente de la mente de tu her­mano a menos que quisieses que fuese la causa de vuestra separa­ción y distanciamiento. 2Por consiguiente, le atribuyes un poder que no posee. 3Esto es lo que hace que tenga poder sobre ti. 4Pues ahora piensas que el cuerpo determina cuándo debéis reuniros, y que limita vuestra capacidad de estar en comunión con la mente del otro. 5Y así, te dice adónde ir y cómo llegar hasta allí, lo que te es factible emprender y lo que no puedes hacer. 6Te dice también lo que su salud puede tolerar, así como lo que lo fatigará y enfer­mará. 7Sus "inherentes" debilidades establecen los límites de lo que puedes hacer y hacen que tu propósito sea débil y limitado.

6. El cuerpo se avendrá a todo esto, si ése es tu deseo. 2Permitirá solamente limitados desahogos de "amor", intercalados con inter­valos de odio. 3Y se hará cargo de decidir cuándo puede "amar" y cuándo se debe refugiar en el miedo para mantenerse a salvo. 4Enfermará porque tú no sabes lo que es amar. 5De este modo, utilizarás indebidamente toda circunstancia y a todo aquel con quien te encuentres, y no podrás sino ver en ellos un propósito distinto del tuyo.

7. El amor no exige sacrificios. 2Pero el miedo exige el sacrificio del amor, pues no puede subsistir en su presencia. 3Para perpe­tuar el odio, es preciso temerle al amor y limitar su presencia sólo a algunas ocasiones, manteniéndolo alejado el resto del tiempo. 4De esta manera, se le tiene por traicionero porque parece ir y venir a su antojo y no ofrecerte ninguna estabilidad. 5No te das cuenta de cuán limitada y débil es tu lealtad, y de cuán a menudo le has exigido al amor que se aleje de ti y te deje solo y en "paz".

8. El cuerpo, que de por sí no tiene ningún objetivo, es la excusa que tienes para los diversos objetivos que tienes y que le obligas a perseguir. 2No es su debilidad lo que te asusta, sino su falta de fuerza o debilidad. 3¿No te gustaría saber que nada se interpone entre tú y él? 4¿No te gustaría saber que no hay brecha tras la que te puedas ocultar? 5Los que descubren que su salvador ya no es su enemigo experimentan un sobresalto. 6Cuando se descubre que el cuerpo no es real se suscita una cierta aprensión 7y se experimen­tan matices de aparente temor en torno al feliz mensaje de que "Dios es Amor".

9. Cuando la brecha desaparece, no obstante, lo único que se experimenta es paz eterna. 2No más de eso, pero tampoco menos. 3Si no tuvieses miedo de Dios, ¿qué podría inducirte a que lo abandonases? 4¿Qué juguetes o baratijas podría haber en la brecha que pudiesen privarte por un solo instante de Su Amor? 5¿Permi­tirías que el cuerpo dijese "no" a la llamada del Cielo, si no tuvie­ses miedo de perder tu ser al encontrar a Dios? 6Mas ¿cómo sería posible que perdieses tu ser al hallarlo?

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