DESPERTAR AL AMOR

sábado, 3 de febrero de 2018

3 FEBRERO: Podría ver paz en lugar de esto.

AUDIOLIBRO





EJERCICIOS


LECCION 34


 Podría ver paz en lugar de esto.


1. La idea de hoy comienza a describir las condiciones que preva­lecen en la otra manera de ver. 2La paz mental es claramente una cuestión interna. 3Tiene que empezar con tus propios pensamien­tos, y luego extenderse hacia afuera. 4Es de tu paz mental de donde nace una percepción pacifica del mundo.

2. Para los ejercicios de hoy se requieren tres sesiones de práctica largas. 2Se aconseja que lleves a cabo una por la mañana y otra por la noche, con una tercera adicional a intercalarse entremedias en el momento que parezca más conducente a ello. 3Todas las sesiones deben hacerse con los ojos cerrados. 4Es a tu mundo interno al que deben dirigirse las aplicaciones de la idea de hoy.

3. Para cada una de estas sesiones largas se requieren alrededor de cinco minutos de búsqueda mental. 2Escudriña tu mente en busca de pensamientos de temor, situaciones que provoquen ansiedad, personas o acontecimientos "ofensivos", o cualquier otra cosa sobre la que estés abrigando pensamientos no amorosos. 3A medida que cada uno de estos pensamientos surja en tu mente, obsérvalo relajadamente, repitiendo la idea de hoy muy despacio, y luego haz lo mismo con el siguiente.

4. Si comienza a resultarte difícil pensar en temas específicos, con­tinúa repitiendo la idea para tus adentros sin prisas y sin aplicarla a nada en particular. 2Asegúrate, no obstante, de no excluir nada específicamente.

5. Las aplicaciones cortas deben ser frecuentes, y hacerse siempre que sientas que de alguna forma tu paz mental se está viendo amenazada. 2EI propósito de esto es protegerte de la tentación a lo largo del día. 3Si se presentase alguna forma específica de ten­tación en tu conciencia, el ejercicio deberá hacerse de esta forma:

4Podría ver paz en esta situación en lugar de lo que ahora veo en ella.

6. Si los ataques a tu paz mental se manifiestan en forma de emo­ciones adversas más generalizadas, tales como depresión, ansie­dad o preocupación, usa la idea en su forma original. 2Si ves que necesitas aplicar la idea de hoy más de una vez para que te ayude a cambiar de parecer con respecto a alguna situación determi­nada, trata de dedicar varios minutos a repetirla hasta que sien­tas una sensación de alivio. 3Te ayudará si te dices a ti mismo lo siguiente:  


4Puedo sustituir mis sentimientos de depresión, ansie­dad o preocupación [o mis pensamientos acerca de esta situación, persona o acontecimiento] por paz






Instrucciones para la práctica


Propósito: Empezar a experimentar la paz que caracteriza a la verdadera visión.

Ejercicios más largos: 3 sesiones de cinco minutos: mañana, noche y otra entre medias.

Cierra los ojos y busca en tu mente situaciones, personalidades o acontecimientos que “te molestan” (una típica tríada en el Libro de Ejercicios). Repite la idea lentamente, mientras observas desapasionadamente la corriente de disgustos pasar. Después de un par de minutos puede que no se te ocurran disgustos. Eso es normal. Simplemente sigue repitiendo la idea lentamente hasta que hayan transcurrido los cinco minutos.

Respuesta a la tentación: Hoy no dejes de observar tu mente en busca de disgustos. Cuando notes uno, aplícale la idea. Hay dos formas de disgusto a los que hay que estar atento por si aparecen, cada uno requiere una forma de práctica ligeramente diferente:

1. Si te sientes disgustado por alguna situación concreta, aplícale la idea concretamente: “Podría ver paz en esta situación en lugar de lo que ahora veo en ella”.

2. Si tu disgusto no está relacionado con nada en particular, sino que es un estado de ánimo disgustado, simplemente repite la idea.

Observaciones: Las frases finales de esta lección se ocupan de un punto muy importante, y que es útil recordar a lo largo del Libro de Ejercicios y después. Repetir la idea sólo una vez puede que no cure tu disgusto. Tu disgusto puede desaparecer sólo después de que hayas pasado varios minutos repitiendo la idea. Repetir la misma línea una y otra vez puede sonar a una especie de lavado de cerebro, en el que martilleas tu mente con sumisión. Sin embargo, yo encuentro que este ejercicio no adormece mi mente sino que la ilumina. Si mis sentimientos son muy fuertes, las primeras repeticiones de la idea pueden simplemente rebotar. Pero si sigo con ella, cada repetición permite que la verdad penetre un poco más hondo en mi mente hasta que finalmente vea la situación de manera completamente diferente. Por lo tanto, te animo a que de verdad intentes esta forma de práctica más larga.

Comentario

El pensamiento más útil que he oído en relación con esta lección es: “Fíjate en que dice: Podría ver paz”, y no debería ver paz”. Es facilísimo utilizar esta lección como otra razón para la culpa. “¡Qué malvado soy! Debería ver paz, pero en lugar de ello veo este fastidio. ¿Qué me pasa?”. No es así como se pide que practiques esta lección.

El primer párrafo contiene un resumen maravilloso del sistema de pensamiento del Curso sobre la paz:

La paz mental es claramente una cuestión interna. Tiene que empezar con tus propios pensamientos, y luego extenderse hacia fuera. Es de tu paz mental de donde nace una percepción pacífica del mundo. (1:2-4)

La paz es la motivación para hacer el Curso (T.24.In.1:1). Nuestro objetivo es lo que en una parte posterior del Libro de Ejercicios se llama “una mente en paz consigo misma” (L.p.II.8.3:4). La paz tiene que empezar con nuestros pensamientos y extenderse hacia fuera desde nuestra mente. La mente es el centro de atención del Curso.

Podemos sustituir nuestros sentimientos negativos y nuestros pensamientos no amorosos por paz. Tenemos ese poder. Podemos elegir paz si queremos paz. Fíjate en que las instrucciones de la práctica para aplicar la lección a “emociones adversas” (6:1) sugieren que apliquemos la idea “hasta que sientas alguna sensación de alivio” (6:2). Se pretende que esta práctica tenga efectos que puedan sentirse.

A veces incluso en situaciones extremadamente molestas, he descubierto que repetir estas palabras: “Podría ver paz en lugar de esto” tiene un efecto totalmente calmante sobre mi mente, aunque en ese mismo momento yo no pueda ver paz. De un modo muy sutil, ayuda a convencer a mi mente de que las cosas horribles que estoy viendo no son tan sólidas como una roca, no son la realidad inmutable. Estoy viendo otra cosa que no es paz, pero si realmente pudiese ver paz en lugar de eso, entonces lo que estoy viendo no debe ser tan real como yo pienso, y debe haber algo más que yo no estoy viendo. Incluso ese nivel de alivio se merece el tiempo que requiere la práctica.

Solía creer que cuando sucedían situaciones molestas, tenía que arreglar la situación y cambiar cosas a mi alrededor para estar en paz. Con la práctica de esta lección, he aprendido que puedo responder a cualquier situación mucho más eficazmente si antes mi mente está en paz. He descubierto que puedo traer mi mente a la paz aunque no haya “solucionado” los problemas. Verdaderamente es posible ver paz en lugar de cualquier cosa que parezca estar disgustándome. Y cuando lo hago, cuando traigo paz a mi mente, si se necesita una respuesta, actúo con calma y sin miedo. El pánico no conduce nunca a una acción provechosa; es mejor buscar primero la paz y luego actuar.



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