DESPERTAR AL AMOR

viernes, 11 de enero de 2019

11 ENERO: Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado.

AUDIOLIBRO




EJERCICIOS



LECCIÓN 11

Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado.

1. De todas las ideas que hemos presentado hasta ahora, ésta es la primera que está relacionada con una de las fases principales del proceso de corrección: la inversión de la manera de pensar del mundo. 2Parece como si fuese el mundo el que determina lo que percibes. 3La idea de hoy introduce el concepto de que son tus pensamientos los que determinan el mundo que ves. 4Alé­grate en verdad de practicar la idea en su forma original, pues en esta idea reside la certeza de tu liberación. 5La llave del perdón se encuentra en ella.

2. Las sesiones de práctica con la idea de hoy deben llevarse a cabo de forma ligeramente distinta de las anteriores. 2Comienza con los ojos cerrados y repite la idea lentamente para tus adentros. 3Abre luego los ojos y mira a tu alrededor, así como a lo que está cerca, a lo que está lejos y a lo que está encima o debajo de ti. aMira por todas partes. 4Durante el minuto más o menos a emplear usando la idea, simplemente repítela en silencio y asegúrate de hacerlo sin prisa y sin ninguna sensación de urgencia o esfuerzo.

3. Para derivar el máximo beneficio de estos ejercicios, los ojos deben pasar de una cosa a otra con cierta rapidez, ya que no deben detenerse en nada en particular. 2Las palabras, en cambio, deben usarse pausada, e incluso, relajadamente. 3La introducción a esta idea, en particular, debe practicarse de la manera más casual que puedas. 4Contiene los cimientos de la paz, de la relaja­ción y de la ausencia de preocupación que estamos tratando de lograr. 5Al final de los ejercicios, cierra los ojos y repite lentamente la idea para tus adentros una vez más.

4. Tres sesiones de práctica probablemente serán suficientes hoy. 2No obstante, si no sientes ningún desasosiego o si éste es muy ligero, y te sientes inclinado a ello, puedes hacer hasta cinco. 3Más de eso no es recomendable.




Instrucciones para la práctica

Propósito: Cambiar totalmente cómo ves causa y efecto en tu percepción. Piensas que el mundo externo se graba a sí mismo en tu mente, causando lo que ves; sin embargo, la causa funciona justo al revés: de dentro hacia fuera. Lo que ves fuera de ti es la proyección de tus pensamientos. Ésta es la primera lección que trata de este tema muy importante.


Ejercicio: Tres veces (cuatro o cinco si lo encuentras cómodo y deseable), de 1 minuto aproximadamente. 

  • Con los ojos cerrados repite la idea lentamente y con toda tranquilidad, para reflejar la paz y relajación contenida en la idea. 
  • Luego abre los ojos y mira a tu alrededor, arriba y abajo, cerca y lejos, dejando que tus ojos se muevan rápidamente de una cosa a otra. Durante este tiempo repite la idea sin prisa y sin esfuerzo. 
  • Para terminar, cierra los ojos y repite la idea lentamente.


Observaciones: A diferencia de los ejercicios anteriores, en éste tú no aplicas la idea concretamente a los objetos a tu alrededor nombrándolos mientras lo haces. De hecho, la repetición de la idea no se produce al mismo tiempo que el cambio de tu mirada. Las dos tienen lugar a ritmos diferentes. La relativa rapidez con la que miras a tu alrededor contrasta con la lentitud con la que repites la idea.

Comentario

La lección introduce “el concepto de que son tus pensamientos los que determinan el mundo que ves” (1:3), un tema importantísimo en el Curso. Es la razón de la famosa frase: “No trates de cambiar el mundo, sino elige cambiar de mentalidad acerca de él” (T.21.In.1:7). La mente es principal y el mundo es secundario. Creemos que el mundo causa (o al menos afecta) lo que pensamos; el Curso enseña que la mente es la causa, y que el mundo es el efecto.

Se nos dice que la idea “contiene los cimientos de la paz, de la relajación y de la ausencia de preocupación que estamos tratando de lograr” (3:4).

En esta idea reside la certeza de tu liberación. La llave del perdón reside en ella. (1:4-5)


¿Por qué es así? Si lo que yo veo fuera está siendo causado por mis propios pensamientos sin significado, entonces no hay nada a lo que “culpar” en el mundo externo; todo lo que se necesita es corregir mis pensamientos. Puedo perdonar lo que veo porque no tiene significado. Sólo condeno y juzgo cuando pienso que veo algo con significado: algo malo o perverso o terrible. Pero si no tiene significado, no hay razón para condenarlo. Y si mi mente es la causa de lo que veo, entonces ¿cómo puedo juzgarlo? Todo lo que puedo hacer es reconocer, como dice el Texto, “Soy responsable de lo que veo” (T.21.II.2:3), y elegir cambiar mi propia mente








TEXTO

III. El altar de Dios


1. Sólo puedes aceptar la Expiación dentro de ti liberando la luz interior. 2Desde la separación, las defensas se han usado casi exclusivamente para defenderse contra la Expiación y mantener así vigente la separación. 3Generalmente esto se manifiesta como una necesidad de proteger el cuerpo. 4Las múltiples fantasías corporales a las que las mentes se entregan proceden de la creencia distorsionada de que el cuerpo puede usarse como un medio para alcanzar la "expiación" 5Percibir el cuerpo como un templo es únicamente el primer paso en el proceso de corregir esta dis­torsión, ya que sólo la altera en parte. 6Dicha percepción del cuerpo ciertamente reconoce que la Expiación en términos físicos es imposible. 7El siguiente paso, no obstante, es darse cuenta de que un templo no es en modo alguno una estructura. 8Su verda­dera santidad reside en el altar interior en torno al cual se erige la estructura. 9Hacer hincapié en estructuras hermosas es señal de que se teme a la Expiación y de que no se está dispuesto a llegar al altar en sí. 10La auténtica belleza del templo no puede verse con los ojos físicos. 11La visión espiritual, por otra parte, al ser una visión perfecta, no puede ver la estructura en absoluto. 12Puede, no obstante, ver el altar con perfecta claridad.

2. Para que la eficacia de la Expiación sea perfecta, a ésta le corresponde estar en el centro del altar interior, desde donde sub­sana la separación y restituye la plenitud de la mente. 2Antes de la separación la mente era invulnerable al miedo, ya que el miedo no existía. 3Tanto la separación como el miedo son creaciones fal­sas que tienen que deshacerse a fin de que se pueda restaurar el templo y abrir el altar para que reciba la Expiación. 4Esto supone el fin de la separación, al poner dentro de ti la única defensa eficaz contra todo pensamiento de separación, haciendo de este modo que seas absolutamente invulnerable.

3. El que todos acepten la Expiación es sólo cuestión de tiempo. 2Tal vez parezca que esto contradice su libre albedrío, dada la inevitabilidad de la decisión final, pero en realidad no es así. 3Pue­des aplazar lo que tienes que hacer y eres capaz de enormes dila­ciones, pero no puedes desvincularte completamente de tu Creador, Quien fija los límites de tu capacidad para crear falsa­mente. 4Una voluntad aprisionada engendra una situación tal, que, llevada al extremo, se hace completamente intolerable. 5La resistencia al dolor puede ser grande, pero no es ilimitada. 6A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor. 7A medida que este reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada persona. 8Esto finalmente vuelve a despertar la visión espiritual y, al mismo tiempo, mitiga el apego a la visión física. 9Este alternar entre los dos niveles de percepción se experimenta normalmente como un conflicto que puede llegar a ser muy agudo. 10Aun así, el desenlace final es tan inevitable como Dios.

4.  La visión espiritual literalmente no puede ver el error, y busca simplemente la Expiación. 2Todas las soluciones que los ojos del cuerpo buscan se desvanecen. 3La visión espiritual mira hacia adentro e inmediatamente se da cuenta de que el altar ha sido profanado y de que necesita ser reparado y protegido. 4Perfecta­mente consciente de la defensa apropiada, la visión espiritual pasa por alto todas las demás y mira más allá del error hacia la verdad. 5Debido a la fuerza de su visión, pone a la mente a su servicio. 6Esto re-establece el poder de la mente y hace que las demoras le resulten cada vez más intolerables al darse cuenta de que lo único que hacen es añadir dolor innecesario. 7Como resultado de ello, la mente se vuelve cada vez más sensible a lo que antes habría considerado sólo pequeñas molestias.

5. Los Hijos de Dios tienen derecho al perfecto bienestar que resulta de tener perfecta confianza. 2Hasta que no logran esto, se agotan a sí mismos y desperdician sus verdaderos poderes creati­vos en fútiles intentos de obtener un mayor bienestar valiéndose de medios inadecuados. 3Sin embargo, los medios reales ya les han sido provistos y no requieren esfuerzo alguno por su parte. 4La Expiación es la única ofrenda digna de ser ofrecida en el altar de Dios, debido al valor que el altar en sí tiene. 5Fue creado per­fecto y es absolutamente digno de recibir perfección. 6Entre Dios y Sus creaciones existe una perfecta interdependencia. 7ÉI depende de ellas porque las creó perfectas. 8Les dio Su paz para que nada las pudiese alterar ni engañar. 9Siempre que tienes miedo, te enga­ñas a ti mismo, y tu mente no puede servir al Espíritu Santo. 10Eso te deja hambriento, pues te niega el pan de cada día. 11Dios se siente solo sin Sus Hijos, y Sus Hijos se sienten solos sin Él. 12Tienen que aprender a ver el mundo como un medio para poner fin a la separación. 13La Expiación es la garantía de que finalmente lo lograrán.



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