DESPERTAR AL AMOR

martes, 4 de abril de 2017

4 ABRIL: Soy tal como Dios me creó.

AUDIOLIBRO


EJERCICIOS

LECCION 94

Soy tal como Dios me creó.


1. Hoy continuamos con la idea que nos brinda total salvación; la afirmación que hace que toda forma de tentación sea impotente; el pensamiento que silencia al ego y lo desarma por completo. 2Eres tal como Dios te creó. 3Esta idea acalla todos los sonidos de este mundo, hace que sus vistas desaparezcan y borra para siempre todos los pensamientos que él jamás haya tenido. 4Con esta idea se alcanza la salvación. 5Con esta idea se restaura la cordura.

2. La verdadera luz es fortaleza, y la fortaleza es impecabilidad. 2Si sigues siendo tal como Dios te creó, tienes que ser fuerte, y la luz tiene que encontrarse en ti. 3Aquel que se aseguró de que fueses impecable, tiene que ser necesariamente la garantía de tu fortaleza y tu luz. 4Eres tal como Dios te creó. 5Las tinieblas no pueden ensombrecer la gloria del Hijo de Dios. 6Te encuentras en la luz, firme en la impecabilidad en la que fuiste creado y en la que permanecerás por toda la eternidad.

3. Hoy volveremos a dedicar los primeros cinco minutos de cada hora de vigilia a intentar sentir la verdad que se encuentra en ti. 2Comienza estos períodos de búsqueda con estas palabras:

3Soy tal como Dios me creó.
4Soy Su Hijo eternamente.

5Trata ahora de llegar hasta el Hijo de Dios en ti. 6Éste es el Ser que jamás pecó ni forjó una imagen para reemplazar a la reali­dad. 7Éste es el Ser que jamás abandonó Su morada en el seno de Dios para irse a deambular por el mundo. 8Éste es el Ser que no conoce el miedo, ni puede concebir lo que es la pérdida, el sufri­miento o la muerte.

4. Para alcanzar este objetivo no se requiere nada de ti, excepto que dejes a un lado todos los ídolos e imágenes de ti mismo, que vayas más allá de todos los atributos tanto buenos como malos que te hayas adjudicado a ti mismo y que aguardes la verdad con queda expectación. 2Dios Mismo ha prometido que ésta le será revelada a todo aquel que la pida. 3Tú la estás pidiendo ahora. 4No puedes fracasar porque Él no puede fracasar.

5. Si no cumples con el requisito de practicar durante los primeros cinco minutos de cada hora, por lo menos recuerda decirte a ti mismo una vez por hora:

2Soy tal como Dios me creó.
3Soy Su Hijo eternamente.

4Repite hoy frecuentemente para tus adentros que eres tal como Dios te creó. 5Y asegúrate de responder a cualquier persona que parezca irritarte con estas palabras:

6Eres tal como Dios te creó.
7Eres Su Hijo eternamente.

8Haz todo lo posible hoy por llevar a cabo los ejercicios que se deben hacer cada hora. 9Cada sesión de práctica será un paso gigantesco hacia tu liberación, y un hito en el proceso de apren­der el sistema de pensamiento que este curso postula.



Instrucciones para la práctica

Propósito: “Sentir la verdad que se encuentra en ti” (3:1), sentir tu verdadero Ser.


Cada hora, a la hora en punto, durante cinco minutos. 
  • Di: “Soy tal como Dios me creó. Soy Su Hijo eternamente”. 
  • El resto es de nuevo una meditación corta, de una forma ligeramente distinta. Primero, deja a un lado todas las imágenes que tienes de ti mismo: “todos los atributos tanto buenos como malos que te has adjudicado a ti mismo” (4:1). Luego “aguarda la verdad con silenciosa expectación” (4:1) para que tu verdadero Ser se muestre a ti. Espera con confianza, sabiendo que Dios te ha prometido esta revelación. Esta espera significa tener tu mente en quietud y silencio, vacía de las cosas concretas sin embargo llena de la esperanza de que Quien tú eres llegará. Cuando tu mente se distraiga, repite la idea para volver tu mente a esta espera confiada.

Esto me parece el primer ejemplo de lo que yo llamo Meditación de Mente Abierta, que será el más elevado método de meditación del Libro de Ejercicios. En esta técnica, conscientemente dejas a un lado tus habituales pensamientos y creencias, y luego mantienes tu mente en quietud y silencio, esperando que se te muestre la verdad. Para más ejemplos, ver la Introducción al Quinto Repaso, párrafo 12; y la Lección 189, párrafo 7.

Alternativo: A la hora en punto.
Si no haces los cinco minutos a la hora en punto, al menos repite: “Soy tal como Dios me creó. Soy Su Hijo eternamente”. Esta práctica de pasar un minuto con la idea, si no puedes hacer los cinco minutos completos, se aplicará a todas las lecciones de cinco minutos cada hora.

Recordatorios frecuentes: Muy a menudo.
Repite la idea, en la forma original o en la forma ampliada.

Respuesta a la tentación: Cada vez que alguien parezca irritarte.
Asegúrate de responderle: “Eres tal como Dios te creó. Eres Su Hijo eternamente”.

Apoyo a la práctica: Se te pide con insistencia “haz todo lo posible hoy por llevar a cabo los ejercicios que se deben hacer cada hora” (5:8). Se te promete: “Cada sesión de práctica será un paso gigantesco hacia tu liberación” (5:9). Si dejas que esta línea te convenza, descubrirás que es un enorme motivador para practicar. Esa línea también significa que esta lección es otro de los pasos gigantescos del Libro de Ejercicios (los primeros fueron las Lecciones 61 y 66). Esto es cierto porque “Soy tal como Dios me creó” es la primera vez que aparece en el Libro de Ejercicios, luego se repite en las Lecciones 110, 162, y a lo largo de las veinte lecciones del Sexto Repaso.

Comentario

Esta lección continúa con el pensamiento de ayer: “La salvación requiere que aceptes un solo pensamiento: que eres tal como Dios te creó” (L.93.7:1). El Curso le da una importancia significativa a esta única idea. Es la única idea que se usa como el tema central de más de una lección, es el encabezamiento de esta lección, de la Lección 110 y de la Lección 162. Se introdujo en el Texto (T.31.VIII.5:2). Es parte del tema de las Lecciones 132 y 139, y el Sexto Repaso nos hace repetir durante veinte días: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios nos creó”. Tienes la sensación de que Jesús quiere que cojamos esta idea, y que la cojamos muy bien.

Lee de nuevo el primer párrafo de esta lección y verás lo importante que esta idea es en el programa de estudios del Curso: se le llama “la idea que nos brinda total salvación” (1:1).
Así que, ¿por qué es tan importante esta idea? Justo por esto: todo nuestro “problema” está en nuestra creencia de que, si Dios me creó completo y entero, de algún modo yo lo he fastidiado. De algún modo lo he perdido, lo he hecho trizas, destruido, o me he corrompido. “Soy tal como Dios me creó”afirma que nada de eso ha sucedido. Dios me creó completo, y “Soy tal como Dios me creó”. Todavía soy completo. Todavía soy santo. Todavía estoy sin pecado y sin culpa.

Pensar que podemos cambiar lo que Dios creó, y que podemos corromperlo es el no va más de la arrogancia, afirma que nuestro poder es mayor que el de Dios, que podemos anular lo que Él creó. Si Dios nos creó completamente amorosos y completamente dignos de ser amados, entonces todavía somos eso, no importa lo que pensemos, no importa lo que creamos que hemos hecho. No somos lo que inventamos de nosotros, todavía somos lo que Dios creó. “Si sigues siendo tal como Dios te creó, tienes que ser fuerte, y la luz tiene que encontrarse en ti” (2:2). Así que “te encuentras en la luz, firme en la impecabilidad en la que fuiste creado” (2:6). Ésa es la verdad acerca de todos nosotros, y todo el Curso trata de deshacer cualquier creencia que podamos tener que contradiga y niegue la verdad.
Una vez más, la práctica de hoy pide “los primeros cinco minutos de cada hora de vigilia” (3:1) como momentos en los que intentamos sentir la verdad acerca de nosotros, y llegar al Hijo de Dios en nosotros. Esta práctica de cinco minutos cada hora, que se empezó ayer, va a continuar durante otras dieciséis lecciones hasta la lección 110, así que acostúmbrate a ella. Ésta es probablemente la práctica extendida más intensa que requiere el Libro de Ejercicios, después de la Lección 110 se establece en una sesión por la mañana y por la noche con recordatorios más cortos cada hora. Como verás, casi todas estas dieciocho lecciones de la 93 a la 110 son variaciones del tema de llegar al Cristo dentro, el verdadero Ser, yo mismo tal como Dios me creó. Date cuenta de lo importante que es esto, y haz un verdadero esfuerzo para realizar las prácticas de cada hora, si te es posible reorganizando tu día si es necesario. Sin embargo, recuerda que la lección de ayer nos dijo que es posible que no queramos, o incluso que no nos sea posible hacerlo así, y si nuestra motivación no es tan elevada, sugería que al menos pensemos un minuto cada hora repasando la idea del día.

Reconoce también que el Libro de Ejercicios no incluiría dieciocho lecciones con el mismo tema y formato básicos si esperase que lo lograras perfectamente “a la primera”. Entrar en contacto con nuestro único Ser requiere práctica, y para eso están las lecciones. El texto se refiere a los beneficios de practicar “El mecanismo del instante santo” (T.15.II.5:4) incluso aunque realmente no consigas “sentir la verdad que se encuentra en ti” (3:1) cada vez; practicar el mecanismo, seguir los pasos que se indican, es lo que acerca un poco más la realidad del instante santo cada vez que lo haces. Afirma tu voluntad de recibir la gracia que Dios quiere darte, deshace tu resistencia, que es lo único que te impide ser consciente de tu Ser.

Las palabras finales de la lección subrayan la importancia de esta práctica:

“Haz todo lo posible hoy por llevar a cabo los ejercicios que se deben hacer cada hora. Cada sesión de práctica será un paso gigantesco hacia tu liberación, y un hito en el proceso de apren-der el sistema de pensamiento que este curso postula” (5:8-9).

Así que únete a mí en intentar de verdad hacer lo que estas lecciones nos dicen que hagamos. Recuerda los consejos de la Introducción del Libro de Ejercicios:

“Es la práctica de los ejercicios, no obstante, lo que te permitirá alcanzar el objetivo del Curso.” (L.In.1:2).

“Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. No se te pide que las juzgues. Se te pide únicamente que las uses. Es usándolas como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad”. ( L.In.8:3-6)

“Pero no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el libro de ejercicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas, úsalas. No se requiere nada más.” (L.In.9:4-5)





TEXTO

III. La corrección del error
 
1. La vigilancia que el ego ejerce en relación con los errores de otros egos no es la clase de vigilancia que el Espíritu Santo quiere que mantengas. 2Los egos critican basándose en el tipo de "lógica" de que son partidarios. 3Entienden esa clase de lógica porque para ellos tiene sentido. 4Para el Espíritu Santo, no obstante, no tiene ningún sentido.

2. Para el ego lo caritativo, lo correcto y lo apropiado es señalar­les a otros sus errores y tratar de "corregirlos". 2Esto tiene per­fecto sentido para él porque no tiene idea de lo que son los errores ni de lo que es la corrección. 3Los errores pertenecen al ámbito del ego, y la corrección de los mismos estriba en el rechazo del ego. 4Cuando corriges a un hermano le estás diciendo que está equivocado. 5Puede que en ese momento lo que esté diciendo no tenga sentido, y es indudable que si está hablando desde su ego no lo tiene. 6Tu tarea, sin embargo, sigue siendo decirle que tiene razón. 7No tienes que decírselo verbal­mente si está diciendo tonterías. 8Necesita corrección en otro nivel porque su error se encuentra en otro nivel. 9Sigue teniendo razón porque es un Hijo de Dios. 10Su ego, por otra parte, está siempre equivocado, no importa lo que diga o lo que haga.

3. Si le señalas a tu hermano los errores de su ego, tienes forzosa­mente que estar viendo a través del tuyo porque el Espíritu Santo no percibe sus errores. 2Esto tiene que ser verdad, toda vez que no existe comunicación entre el ego y el Espíritu Santo. 3Lo que el ego está diciendo no tiene sentido, y el Espíritu Santo no intenta com­prender nada que proceda de él. 4Puesto que no lo entiende, tam­poco lo juzga, pues sabe que nada que el ego haga tiene sentido.

4. Reaccionar ante cualquier error, por muy levemente que sea, significa que no se está escuchando al Espíritu Santo. 2Él simple­mente pasa por alto todos los errores, y si tú les das importancia, es que no lo estás oyendo a Él. 3Si no lo oyes, es que estás escu­chando al ego, y mostrándote tan insensato como el hermano cuyos errores percibes. 4Esto no puede ser corrección. 5como resultado de ello, no sólo se quedan sus errores sin corregir, 6sino que renuncias a la posibilidad de poder corregir los tuyos.

5. Cuando un hermano se comporta de forma demente sólo lo puedes sanar percibiendo cordura en él. 2Si percibes sus errores y los aceptas, estás aceptando los tuyos. 3Si quieres entregarle tus errores al Espíritu Santo, tienes que hacer lo mismo con los suyos. 4A menos que ésta se convierta en la única manera en que lidias con todos los errores; no podrás entender cómo se deshacen. 5¿Qué diferencia hay entre esto y decirte que lo que enseñas es lo que aprendes? 6Tu hermano tiene tanta razón como tú, y si crees que está equivocado te estás condenando a ti mismo.

6. Tú no te puedes corregir a ti mismo. 2¿Cómo ibas a poder entonces corregir a otro? 3Puedes, no obstante, verlo verdaderamente, puesto que te es posible verte a ti mismo verdaderamente. 4Tu función no es cambiar a tu hermano, sino simplemente acep­tarlo tal como es. 5Sus errores no proceden de la verdad que mora en él, y sólo lo que es verdad en él es verdad en ti. 6Sus errores no pueden cambiar esto, ni tener efecto alguno sobre la verdad que mora en ti. 7Percibir errores en alguien, y reaccionar ante ellos como si fueran reales, es hacer que sean reales para ti. 8No podrás evitar pagar las consecuencias de esto, no porque se te vaya a castigar, sino porque estarás siguiendo al guía equivocado, y, por lo tanto, te extraviarás.

7. Los errores que tu hermano comete no es él quien los comete, tal como no eres tú quien comete los tuyos. 2Considera reales sus errores, y te habrás atacado a ti mismo. 3Si quieres encontrar tu camino y seguirlo, ve sólo la verdad a tu lado, pues camináis juntos. 4El Espíritu Santo en ti os perdona todo a ti y a él. 5Sus errores le son perdonados junto con los tuyos. 6La Expiación, al igual que el amor, no opera aisladamente. 7La Expiación no puede operar aisladamente porque procede del amor. 8Cualquier intento que hagas por corregir a un hermano significa que crees que puedes corregir, y eso no es otra cosa que la arrogancia del ego. 9La corrección le corresponde a Dios, Quien no conoce la arrogancia.

8. El Espíritu Santo lo perdona todo porque Dios lo creó todo. 2No trates de asumir Su función, o te olvidarás de la tuya. 3Acepta únicamente la función de sanar mientras estés en el tiempo por­que para eso es el tiempo. 4Dios te encomendó la función de crear en la eternidad. 5No necesitas aprender cómo crear, pero necesitas aprender a desearlo. 6Todo aprendizaje se estableció con ese pro­pósito. 7Así es como el Espíritu Santo utiliza una capacidad que tú inventaste, pero que no necesitas. 8iPonla a Su disposición! 9Tú no sabes cómo usarla. 10ÉI te enseñará cómo verte a ti mismo sin con­denación, según aprendas a contemplar, todas las cosas de esa manera. 11La condenación dejará entonces de ser real para ti, y todos tus errores te serán perdonados.

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