DESPERTAR AL AMOR

viernes, 12 de mayo de 2017

12 MAYO: Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era.

AUDIOLIBRO




EJERCICIOS



 LECCION 132

Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era.




1. ¿Qué es lo que mantiene al mundo prisionero sino tus propias creencias? 2¿Y qué puede salvar al mundo excepto tu propio Ser? 3El poder de las creencias es ciertamente formidable. 4Los pensa­mientos que albergas son poderosos, y los efectos que las ilusio­nes producen son tan potentes como los efectos que produce la verdad. 5Los locos creen que el mundo que ven es real, y así, no lo ponen en duda. 6No se les puede persuadir cuestionando los efectos de sus pensamientos. 7Sólo cuando se pone en tela de juicio la fuente de éstos alborea finalmente en ellos la esperanza de libertad.

2. La salvación, no obstante, puede alcanzarse fácilmente, pues todo el mundo es libre de cambiar de mentalidad, y al hacerlo todos sus pensamientos cambian también. 2Ahora la fuente de los pensamientos ha cambiado, pues cambiar de mentalidad signi­fica que has efectuado un cambio en la fuente de todas las ideas que tienes ahora, que jamás hayas tenido o que algún día puedas tener. 3Liberas al pasado de todo lo que antes pensabas. 4Liberas al futuro de todas tus viejas ideas de ir en busca de lo que real­mente no deseas encontrar.

3. El único tiempo que queda ahora es el presente. 2Aquí, en el presente, es donde el mundo queda liberado. 3Pues al dejar que el pasado quede cancelado y al liberar el futuro de tus viejos temo­res, encuentras escape y se lo ofreces al mundo. 4Has esclavizado al mundo con todos tus temores, dudas y aflicciones, con todo tu dolor y todas tus lágrimas; y todas tus penas lo oprimen y lo man­tienen prisionero de tus creencias. 5La muerte lo azota por doquier porque albergas en tu mente amargos pensamientos de muerte.

4. El mundo en sí no es nada. 2Tu mente tiene que darle signifi­cado. 3Y lo que contemplas en él es la representación de tus deseos, de modo que puedas verlos y creer que son reales. 4Tal vez pienses que no fuiste tú quien construyó este mundo, sino que viniste en contra de tu voluntad a lo que ya estaba hecho, un mundo que no estaba precisamente esperando a que tus pensa­mientos le confiriesen significado. 5Pero la verdad es que encon­traste exactamente lo que andabas buscando cuando viniste.

5. No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso radica, en última instancia, tu liberación. 2Cambia de mentalidad con res­pecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiará a su vez. 3Las ideas no abandonan su fuente. 4Esta idea central se menciona con frecuencia en el texto, y debes tenerla presente si quieres entender la lección de hoy. 5No es el orgullo el que te dice que fuiste tú quien construyó el mundo que ves y que ese mundo cambia según tú cambias de mentalidad.

6. Pero sí es el orgullo el que sostiene que has venido a un mundo que está completamente separado de ti, que es insensible a lo que piensas y totalmente diferente de lo que pudieras pensar que es. 2¡El mundo no existe! 3Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar. 4No todo el mundo está listo para acep­tar esto, y cada cual irá tan lejos a lo largo del camino que conduce a la verdad, como se permita a sí mismo ser guiado. 5Regresará e irá todavía más lejos, o tal vez, retrocederá un poco para luego regresar de nuevo.

7.  Mas la curación es el regalo que se les hace a aquellos que están listos para aprender que el mundo no existe y que pueden aceptar esta lección ahora. 2El hecho de que estén listos hará que la lección les llegué en una forma que ellos puedan entender y reconocer. 3Algunos la entienden de súbito al borde de la muerte y se levantan para enseñarla. 4Otros la encuentran en una expe­riencia que no es de este mundo, lo cual les demuestra que el mundo no existe porque lo que contemplan tiene que ser la ver­dad a pesar de que contradice claramente al mundo.

8. Y algunos la encontrarán en este curso y en los ejercicios que hoy llevaremos a cabo. 2La idea de hoy es verdad porque el mundo no existe. 3Y, si en verdad éste no es más que un producto de tu imaginación, puedes entonces liberarlo de todo lo que jamás pensaste que era, cambiando simplemente todos aquellos pensamientos que le daban su apariencia. 4Los enfermos se curan a medida que abandonas todo pensamiento de enfermedad, y los muertos resucitan cuando permites que los pensamientos de vida reemplacen a todos los pensamientos de muerte que jamás alber­gaste.

9. Ahora tenemos que subrayar nuevamente una lección que ya se ha mencionado antes, pues contiene los sólidos cimientos de la idea de hoy. 2Eres tal como Dios te creó. 3No hay lugar en el que puedas sufrir, ni tiempo que pueda alterar tu eterna condición. 4¿Cómo iba a poder existir un mundo de espacio y tiempo, si tú sigues siendo tal como Dios te creó?

10. ¿Qué es la lección de hoy sino otra manera de decir que cono­cer tu Ser es la salvación del mundo? 2Liberar al mundo de toda clase de dolor no es otra cosa que cambiar de mentalidad con respecto a ti mismo. 3El mundo no existe aparte de tus ideas por­que las ideas no abandonan su fuente, y tú mantienes el mundo intacto en tu mente mediante tus pensamientos.

11. Mas si tú eres tal como Dios te creó no puedes pensar estando separado de Él, ni fabricar lo que no comparte Su intemporalidad y Su Amor. 2¿Son acaso éstos inherentes al mundo que ves? 3¿Crea acaso este mundo tal como Él lo hace? 4A menos que lo haga, no puede ser real ni tiene existencia alguna. 5Si tú eres real, el mundo que ves es falso, pues la creación de Dios es diferente del mundo desde cualquier punto de vista. 6Y así como fue Su Pensamiento el que te creó, así también son tus pensamientos los que dieron lugar al mundo y los que tienen que liberarlo para que puedas conocer los Pensamientos que compartes con Dios.

12. ¡Libera al mundo! 2Tus verdaderas creaciones están esperando a que lo liberes para concederte la paternidad, y no una paterni­dad de ilusiones, sino una de verdad como la de Dios. 3Dios com­parte Su Paternidad contigo que eres Su Hijo, pues Él no hace distinciones entre lo que Él es y lo que sigue siendo Él Mismo. 4Lo que Él crea no está separado de Él, y no hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado.

13. El mundo no existe porque es un pensamiento separado de Dios, concebido para separar al Padre del Hijo y aislar una parte de Dios Mismo, destruyendo de esta manera Su Plenitud. 2¿Podría acaso ser real un mundo que emana de esta idea? 3 ¿Dónde se le podría encontrar? 4Niega las ilusiones, pero acepta la verdad. 5Niega que seas una sombra superpuesta brevemente sobre un mundo moribundo. 6Libera a tu mente, y contemplarás un mundo liberado.

14. Nuestro propósito hoy es liberar al mundo de todos los pensa­mientos vanos que jamás hayamos tenido acerca de él y acerca de todos los seres vivientes que vemos en él. 2No pueden estar ahí, 3ni nosotros tampoco. 4Pues nos encontramos, junto con todos ellos, en la morada que nuestro Padre creó para nosotros. 5Y noso­tros, que seguimos siendo tal como Él nos creó, queremos liberar hoy al mundo de cada una de nuestras ilusiones para así poder ser libres.

15. Comienza cada una de las dos sesiones de quince minutos de práctica de hoy con lo siguiente:

2Yo que sigo siendo tal como Dios me creó quiero liberar al mundo de todo lo que jamás pensé que era. 3Pues yo soy real  porque el mundo no lo es. aY quiero conocer mi propia realidad. . 

 4Luego simplemente descansa, alerta pero sin tensión, y permite que en la quietud se efectúe un cambio en tu mente, de manera que el mundo pueda quedar libre junto contigo.

16. No es necesario que te des cuenta de que cuando envías estos pensamientos para bendecir al mundo, la curación les llega a muchos de tus hermanos en remotos lugares del mundo, así como a aquellos que ves a tu alrededor. 2Y te percatarás de tu propia liberación, aunque tal vez aún no comprendas del todo que nunca habrías podido liberarte solo.

17. Haz que la liberación que a lo largo del día envías a todo el mundo mediante tus ideas sea cada vez mayor, y siempre que sientas la tentación de negar el poder de este simple cambio de mentalidad, di:

2Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era, y en lugar de ello elijo mi propia realidad.


 Instrucciones para la práctica


Propósito: “Liberar al mundo de todos los pensamientos vanos que hayamos tenido acerca de él y acerca de todos los seres vivientes que vemos en él… para así poder ser libres” (14:1,5).

Más largo: 2 veces, durante quince minutos.
Empieza repitiendo: “Yo que sigo siendo tal como Dios me creó quiero liberar al mundo de todo lo que pensé que era. Pues yo soy real porque el mundo no lo es. Y quiero conocer mi propia realidad”. El resto del periodo de práctica me parece una meditación como las del Libro de Ejercicios, en la que acallamos y aquietamos nuestra mente, “alerta pero sin tensión” (15:4). Basándome en las frases que repetimos, este ejercicio me recuerda otras dos lecciones (122 y 128) en las que tenemos la sensación de retirar nuestra mente de su atención al mundo exterior y de llevarla hacia dentro al centro de quietud, donde descansamos, donde nuestros pensamientos se transforman, y donde experimentamos nuestra verdadera realidad.

Observaciones: Sentirás tu propia liberación, pero es posible que no te des cuenta de que tu liberación también liberará al mundo, llevando sanación a muchos hermanos cercanos y lejanos.

Respuesta a la tentación: Cada vez que pienses que tus pensamientos no tienen poder para ayudar en las situaciones problemáticas que vemos a nuestro alrededor.
Cuando notes un pensamiento así, repite: “Libero al mundo de todo lo que pensé que era, y en lugar de ello elijo mi propia realidad” (será útil aprenderlo de memoria), dándote cuenta de que al repetirlo estás liberando el poder de tu mente para liberar al mundo, y añadiéndola a la libertad que le diste en la sesión más larga de práctica.

Comentario

Para mí, hoy, el significado de esta lección es: yo tengo el poder de hacer eso. Puedo liberar al mundo de todo lo que pensé que era sencillamente al cambiar mi propia mente.
Esta lección contiene la afirmación más sorprendente del Curso:

“¡El mundo no existe! Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar” (6:2-3).

La lección admite que no todo el mundo está listo para aceptar esta idea, aunque deja claro que todos lo haremos, finalmente, la aceptaremos. (Tal aceptación podría necesitar muchas vidas, creo, y sin duda hemos pasado por muchas ya para llegar a donde estamos, ésta es mi propia opinión, no necesariamente la del Curso.)

Al hablar de esto, hace la comparación con un loco, el primer párrafo dice que a un loco no se le puede “persuadir cuestionando los efectos de sus pensamientos” (1:6). La postura del Curso es que el mundo es el efecto de nuestros pensamientos. Por eso el enfoque que, finalmente, nos llevará a entender que el mundo no existe no sigue el camino de directamente poner en duda la realidad del mundo. Ése es un camino inútil, tan inútil como intentar convencer a un loco de que sus alucinaciones no son reales. El enfoque que da fruto es poner en duda la causa, es decir: poner en duda los pensamientos que producen las alucinaciones.

“Cambia de mentalidad con respecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiará a su vez” (5:2). Cuando empezamos a permitir pensamientos de sanación dentro de nosotros, nos abrimos a aprender la lección. “El hecho de que estén listos hará que la lección les llegué en una forma que ellos puedan entender y reconocer” (7:2). Entonces, lo importante para nosotros no es negar la realidad del mundo, sino abrir nuestra mente para llevar sanación al mundo que vemos. Hacerlo nos traerá experiencias que nos convencerán de que el mundo no es tan real como suponíamos. Puede que tengamos una experiencia cercana a la muerte. Puede que pasemos por una experiencia de iluminación que nos muestre una realidad más allá de toda discusión y que contradice todo lo que hemos creído que era la realidad hasta entonces. De hecho, al hacer los ejercicios de hoy, podemos experimentar algo que nos haga despertar.

La falta de realidad del mundo se produce cuando empezamos a sentir la realidad de nuestro Ser: “conocer tu Ser es la salvación del mundo” (10:1). Si somos tal como Dios nos creó, entonces lo que parece cambiarnos no puede existir, no puede ser real; no puede haber lugar donde podamos sufrir, ni tiempo que pueda cambiarnos. El mundo es el efecto de nuestros pensamientos, y nada más: “tú mantienes el mundo intacto en tu mente mediante tus pensamientos” (10:3). Cuando descubrimos lo que verdaderamente somos al permitir al amor que entre en nosotros y nos sane, nos damos cuenta de que: “Si tú eres real, el mundo que ves es falso, pues la creación de Dios es diferente del mundo desde cualquier punto de vista” (11:5). Liberamos al mundo de lo que pensábamos que era al aceptar nuestra unidad con Dios, y al darnos cuenta de que el mundo, tal como lo vemos, no puede ser real porque no refleja esta verdad: “Lo que Él crea no está separado de Él, y no hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado” (12:4).

“Liberar al mundo” es sanarlo. En la meditación de hoy “envías estos pensamientos para bendecir al mundo” (16:1). “Libero al mundo” significa que yo extiendo sanación a todo el mundo, lo libero de todo sufrimiento, lo perdono de toda culpa, lo sano de la enfermedad, le quito todo pensamiento de venganza. Aceptar este papel de salvador del mundo es lo que nos revela nuestro verdadero Ser, transforma nuestros pensamientos y, a su vez, transforma al mundo que es su efecto. Éste es “el poder de este simple cambio de mentalidad” (17:1).



TEXTO



II. El inocente Hijo de Dios


1. El propósito fundamental de la proyección es siempre desha­cerse de la culpabilidad. 2Pero   el ego, como de costumbre, trata de deshacerse de la culpabilidad exclusivamente desde su punto de vista, pues por mucho que él quiera conservar la culpabilidad, a ti te resulta intolerable, toda vez que la culpabilidad te impide recordar a Dios, Cuya atracción es tan fuerte que te es irresistible. 3En este punto, pues, se produce la más profunda de las divisio­nes, pues si has de conservar la culpabilidad, tal como insiste el ego, tú no puedes ser tú mismo. 4Sólo persuadiéndote de que tú eres él podría el ego inducirte a proyectar la culpabilidad y de ese modo conservarla en tu mente.

2. Observa, sin embargo, cuán extraña es la solución que el ego ha urdido. 2Proyectas la culpabilidad para deshacerte de ella, pero en realidad estás simplemente ocultándola. 3Experimentas culpabilidad, pero no sabes por qué. 4Al contrario, la asocias con un extraño surtido de "ideales del ego", en los que, según él, le has fallado. 5Sin embargo; no te das cuenta de que a quien le estás fallando es al Hijo de Dios al considerarlo culpable. 6Al creer que tú ya no eres tú, no te das cuenta de que te estás fallando a ti mismo.

3. La más tenebrosa de las piedras angulares que ocultas, man­tiene tu creencia en la culpabilidad fuera de tu conciencia, 2pues en ese lugar tenebroso y secreto yace el reconocimiento de que has traicionado al Hijo de Dios al haberlo condenado a muerte. 3Tú ni siquiera sospechas que esta idea asesina, aunque demente, yace ahí oculta, pues las ansias destructivas del ego son tan inten­sas que sólo la crucifixión del Hijo de Dios puede, en última ins­tancia, satisfacerle. 4No sabe quién es el Hijo de Dios porque es ciego. 5Mas permítele percibir inocencia en cualquier parte, y tra­tará de destruirla debido a su miedo. 

4. Gran parte del extraño comportamiento del ego se puede atri­buir directamente a su definición de la culpabilidad. 2Para el ego, los inocentes son culpables. 3Los que no atacan son sus "enemigos" porque, al no aceptar su interpretación de la salvación, se encuen­tran en una posición excelente para poder abandonarla. 4Se han aproximado a la piedra angular más recóndita y tenebrosa de los cimientos del ego, y si bien el ego puede tolerar que pongas en duda todo lo demás, este secreto lo guarda con su vida, pues su existencia depende de que él siga guardando dicho secreto. 5Por lo tanto, es este secreto lo que tenemos que examinar, pues el ego no puede protegerte de la verdad, y en presencia de ésta él se desvanece.

5. En la serena luz de la verdad, reconozcamos que crees haber crucificado al Hijo de Dios. 2No has admitido este "terrible" secreto porque todavía desearías crucificarlo si pudieses encon­trarlo. 3No obstante, este deseo ha hecho que el Hijo de Dios se mantenga oculto de ti, ya que es un deseo aterrante, y, por lo tanto, temes encontrarlo. 4La manera en que has lidiado con este deseo de matarte es desconociendo tu identidad e identificándote con lo que no eres. 5Has proyectado la culpabilidad ciega e indis­criminadamente, pero no has podido descubrir su fuente. 6Pues el ego quiere destruirte, y si te identificas con él no podrás sino creer que su objetivo es también el tuyo.

6. He dicho que la crucifixión es el símbolo del ego. 2Cuando el ego se enfrentó con la verdadera inocencia del Hijo de Dios intentó darle muerte, y la razón que adujo fue que la inocencia es una blasfemia contra Dios. 3Para el ego, el ego es Dios, y la inocen­cia tiene que ser interpretada como la máxima expresión de culpabilidad que justifica plenamente el asesinato. 4Todavía no entiendes que cualquier miedo que puedas experimentar en cone­xión con este curso procede, en última instancia, de esa interpreta­ción, pero si examinases las reacciones que éste suscita en ti, te convencerías cada vez más de que eso es cierto.

7. Este curso ha afirmado explícitamente que su objetivo es tu felicidad y tu paz. 2pesar de ello, le tienes miedo. 3Se te ha dicho una y otra vez que te liberará, no obstante, reaccionas en muchas ocasiones como si estuviese tratando de aprisionarte. 4A menudo lo descartas con mayor diligencia de la que empleas para descartar los postulados del ego. 5En cierta medida, pues, debes creer que si no aprendes el curso te estás protegiendo a ti mismo. 6no te das cuenta de que lo único que  puede protegerte es tu inocencia.

8. La Expiación se ha interpretado siempre como lo que libera de la culpabilidad, y esto es cierto si se entiende debidamente. 2No obstante, incluso si yo te "interpreto lo que es, puede que la rechaces y no la aceptes para ti mismo. 3Tal vez hayas reconocido la futilidad del ego y de sus ofrecimientos, pero aunque no los deseas, puede que todavía no contemples la alternativa con agrado. 4En última instancia, tienes miedo de la redención y crees que te aniquilaría. 5No te engañes con respecto a la intensidad de ese miedo, 6pues crees que, en presencia de la verdad, puedes volverte contra ti mismo y destruirte.

9. Criatura de Dios, eso no es así. 2Ese “secreto por el que te sientes culpable” no es nada, y si lo sacas la luz, la Luz lo desvane­cerá. 3No quedará entonces ninguna nube tenebrosa que pueda interponerse entre ti y el recuerdo de tu Padre, pues recordarás a Su inocente Hijo, que no murió porque es inmortal. 4Y te darás cuenta de que fuiste redimido juntó con él y de que nunca has estado separado de él. 5El que puedas recordar depende de que comprendas esto, pues ello implica que has reconocido el amor sin miedo. 6Con ocasión de tu vuelta a casa se producirá un gran júbilo en el Cielo y el júbilo será tuyo. 7Pues el hijo redimido del hombre es el Hijo inocente de Dios, y reconocerlo es tu redención.


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