DESPERTAR AL AMOR

viernes, 2 de marzo de 2018

2 MARZO: Yo soy la luz del mundo.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS

LECCION 61


Yo soy la luz del mundo.


1. ¿Quién es la luz del mundo sino el Hijo de Dios? 2Por lo tanto, esto no es más que una afirmación de la verdad acerca de ti. 3Es lo opuesto a una afirmación de orgullo, de arrogancia o de auto­engaño. 4 No describe el concepto de ti mismo que tú has forjado. 5No se refiere a ninguna de las características con las que has dotado a tus ídolos. 6Se refiere a ti tal como fuiste creado, por Dios. 7Expresa simplemente la verdad.

2. Para el ego la idea de hoy es el epítome de la auto-glorifica­ción. 2Pero el ego no sabe lo que es la humildad y la confunde con la auto-degradación. 3La humildad consiste en aceptar el papel que te corresponde en la salvación y en no aceptar ningún otro. 4 No es humildad insistir que no puedes ser la luz del mundo si ésa es la función que Dios Mismo te asignó. 5Es sólo la arrogancia la que afirmaría que ésa no puede ser tu función, y la arrogancia es siempre cosa del ego.

3. La verdadera humildad requiere que aceptes la idea de hoy porque es la Voz de Dios la que te dice que es verdad. 2Éste es uno de los primeros pasos en el proceso de aceptar tu verdadera función en la tierra. 3Es un paso gigantesco que te conducirá al lugar que te corresponde ocupar en la salvación. 4Es una asevera­ción categórica de tu derecho a la salvación y un reconocimiento del poder que se te ha otorgado para salvar a otros.

4. Debes reflexionar hoy acerca de esta idea tan a menudo como puedas. 2Es la respuesta perfecta a todas las ilusiones y, por ende, a toda tentación. 3La idea de hoy lleva todas las imágenes que tú has forjado de ti mismo ante la verdad y te ayuda a seguir ade­lante en paz, sin agobios y seguro de tu propósito.

5. Hoy se deben llevar a cabo tantas sesiones de práctica como sea posible, aunque no es necesario que ninguna exceda uno o dos minutos de duración. 2 Debes empezar cada sesión de prác­tica diciéndote a ti mismo:


Yo soy la luz del mundo.
4Ésa es mi única función.

5Por eso es por lo que estoy aquí.

6Piensa entonces en estas afirmaciones por unos breves momentos, preferiblemente con los ojos cerrados si las circunstancias lo permiten. 7Deja que te vengan a la mente unas cuantos pensamientos afines y, si observas que tu mente se aparta del tema central, repite la idea de hoy para tus adentros.

6. Asegúrate de comenzar y finalizar el día con una sesión de práctica. 2De este modo, te despertarás reconociendo la verdad acerca de ti mismo, la reforzarás a lo largo del día y te irás a dormir re-afirmando tu función y el único propósito que tienes aquí. 3Estas dos sesiones de práctica pueden ser más largas que las demás si te resultan útiles y deseas extenderlas.

7. La idea de hoy va mucho más allá de la mezquina opinión que el ego tiene de ti y de tu propósito. 2Como portador de la salva­ción que eres, esto es obviamente necesario. 3Éste es el primero de una serie de pasos gigantescos que vamos a dar durante las próximas semanas. 4Trata de empezar hoy a sentar las bases para estos avances. 5eres la luz del mundo. 6Dios ha edificado Su plan para la salvación de Su Hijo sobre ti.





Instrucciones para la práctica

Propósito: “Éste es uno de los primeros pasos en el proceso de aceptar tu verdadera función en la tierra” (3:2). Esta lección es una continuación de lo que comenzó en la Lección 37 (“Mi santidad bendice al mundo”), que contenía “los primeros destellos de tu verdadera función en el mundo, o, la razón por la que estás aquí” (L.37.1:1)

Ejercicio: Tantos como puedas, (sugerencia: cada hora, a la hora en punto), durante uno o dos minutos. 

  • Dite a ti mismo: “Yo soy la luz del mundo. Ésa es mi única función. Por eso es por lo que estoy aquí”. 
  • Luego piensa en estas frases. Deja que te vengan pensamientos relacionados. Si puedes, cierra los ojos para hacer esto. Si tu mente se distrae (mejor dicho, cuando se distrae), repite la idea. Éste es el mismo tipo de práctica que hiciste en la Lección 50 y durante el Primer Repaso. Al pensar activamente en la idea, la haces tuya propia.


Observaciones: Empieza y termina el día con una sesión de práctica. Éstas pueden ser más largas si quieres. Estas prácticas harán que tu día empiece, termine, y se llene con la afirmación de la verdad sobre ti. Ésta es la clase de día al que el Libro de Ejercicios nos lleva, en el que practicamos por la mañana, por la noche, y durante todo el día.
Éste es el primero de los siete “pasos gigantescos” en tu viaje de regreso al hogar. Intenta hacer hoy exactamente eso. Utilízalo para “empezar a sentar las bases” (7:4) de los pasos gigantescos que quedan por llegar.

Comentario

Probablemente, si te pareces a mí, la mayoría de los días no te sientes la luz del mundo. Algunos días me siento como el último rescoldo de la chimenea. Pero esta lección no habla acerca de cómo me siento, habla de lo que soy en verdad. “No se refiere a ninguna de las características con las que has dotado a tus ídolos. Se refiere a ti tal como fuiste creado por Dios” (1:5-6). No se refiere a quien yo pienso que soy, se refiere a mis características del diseño original, directamente de la mano del Creador. Según la enseñanza tradicional cristiana, Jesús es la luz del mundo y el resto de nosotros somos los ciegos que necesitan su luz. Decir “Yo soy la luz del mundo” puede parecer demasiado. Puede parecer arrogante, lleno de orgullo, incluso lleno de ego. Cuando Dios te ha hecho la luz del mundo, ¿qué hay más arrogante que decir: “Lo siento, Jefe, te equivocas. Soy un pobre pecador”?

Tú y yo estamos aquí para ser conductores de la luz de Dios. Ser la luz del mundo es nuestra única función, y la única razón por la que estamos aquí (5:3-5). Somos portadores de la salvación, no hay otro modo de que la salvación venga al mundo excepto a través de nosotros, ¡a través de todos nosotros!

La lección pide nuestra aceptación y práctica de esta idea “uno de los primeros pasos en el proceso de aceptar tu verdadera función en la tierra” (3:2), “un paso gigantesco” (3:3), “una aseveración categórica de tu derecho a la salvación” (3:4). No es únicamente una lección más, ¡es cosa seria! Bajarte del tren del “pobre de mí, necesito que me salven” y subirte al tren de “portador de la salvación” puede ser un punto decisivo importante. La clave general de la idea se refleja en el viejo dicho de los años sesenta: ¿Eres parte del problema o de la solución?

Al principio puede parecer que esta idea pide demasiado de nosotros. “¿Quién, yo salvar al mundo? ¿Estás de broma? ¡Ni siquiera puedo salvarme a mí mismo!” Pero esa creencia sobre nosotros mismos es exactamente donde está nuestro problema. Intenta darle amor a alguien hoy y descubrirás que puedes llevar luz a su vida. Haz esto unas cuantas veces y tu opinión acerca de ti mismo empezará a cambiar. Tu verdadera sensación de valía propia empezará a florecer. Al dar ayuda, te estarás ayudando a ti mismo. Afirmas la divinidad de tu Fuente y te reconoces a ti mismo como un Hijo de Dios al reconocer que ser útil, dar amor, extender amabilidad, y mostrar compasión es la verdadera razón por la que estás aquí.





TEXTO


II. La ley del Reino
 
1. Curar es el único tipo de pensamiento en este mundo que se asemeja al Pensamiento de Dios, y por razón de los elementos que ambos tienen en común, el Pensamiento de Dios puede transfe­rirse fácilmente a él. 2Cuando un hermano se percibe a sí mismo enfermo, se está percibiendo como un ser incompleto, y, por ende, necesitado. 3Si tú también lo percibes así, lo estás viendo como si realmente no formase parte del Reino y se encontrase separado de él, .con lo cual el Reino queda velado para ambos. 4La enfermedad y la separación no son de Dios, pero el Reino sí. 5Si enturbias el Reino estarás percibiendo lo que no es de Dios.

2. Curar es, por consiguiente, corregir la percepción de tu her­mano y la tuya compartiendo con él el Espíritu Santo. 2Esto os sitúa a ambos dentro del Reino y reinstaura la plenitud del mismo en vuestras mentes. 3Es también un reflejo de la creación porque unifica al aumentar e integra al extender. 4Lo que proyec­tas o extiendes es real para ti. 5Esta es una ley inmutable de la mente, tanto en este mundo como en el Reino. 6El contenido, sin embargo, es diferente en este mundo porque los pensamientos que dicha ley gobierna aquí son muy diferentes de los Pensa­mientos del Reino. 7Las leyes deben adaptarse a las circunstan­cias si es que han de mantener el orden. 8La característica más sobresaliente de las leyes de la mente, tal como operan en este mundo, es que al obedecerlas -y yo te aseguro que tienes que obedecerlas- puedes obtener resultados diametralmente opues­tos. 9Esto se debe a que dichas leyes han sido adaptadas a las circunstancias de este mundo, en el que parece posible obtener resultados diametralmente opuestos porque puedes responder a dos voces que se oponen entre sí.

3. La ley que prevalece dentro del Reino se adapta fuera de él a la premisa: "Crees en lo que proyectas". 2Ésa es la manera en que enseña porque fuera del Reino es esencial aprender. 3Dicha manera de enseñar implica que aprenderás lo que eres de lo que has proyectado sobre los demás, y de lo que, por lo tanto, crees que ellos son. 4En el Reino ni se enseña ni se aprende porque en él no hay creencias. 5Tan sólo hay certeza. 6Dios y Sus Hijos, en la certeza de ser, saben que eres lo que extiendes. 7Esa expresión de la ley no se puede adaptar a nada porque es la ley de la creación. 8Dios Mismo creó la ley al crear mediante ella, 9y Sus Hijos, que crean de la misma manera que Él, la acatan de buen grado sabiendo que la expansión del Reino depende de ella, tal como de ella dependió su propia creación.

4. Para que las leyes puedan ser útiles tienen que comunicarse. 2En efecto, tienen que ser traducidas para aquellos que hablan distintos idiomas. 3Un buen traductor, no obstante, si bien tiene que alterar la forma de lo que traduce, jamás altera el significado. 4De hecho, su único propósito es cambiar la forma de modo que la traducción conserve el significado original. 5El Espíritu Santo es el traductor de las leyes de Dios para aquellos que no las entienden. 6Tú no podrías hacer eso por tu cuenta porque una mente en con­flicto no puede serle fiel a un solo significado, y, por lo tanto, altera el significado para conservar la forma.

5. El propósito del Espíritu Santo al traducir es exactamente el opuesto. 2Traduce únicamente para conservar -en todos los idio­mas y desde cualquier punto de vista- el significado original. 3Por consiguiente, se opone a la idea de que las diferencias en lo relativo a la forma sean significativas, subrayando siempre que esas diferencias no importan. 4El significado de su mensaje es siem­pre el mismo: lo único que importa es el significado. 5La ley de Dios que rige a la creación no entraña el uso de la verdad para convencer a Sus Hijos de la verdad. 6La extensión de la verdad que es la ley del Reino radica únicamente en el conocimiento de lo que es la verdad. 7Ésta es tu herencia y no tiene que aprenderse en absoluto, pero cuando te desheredaste a ti mismo te conver­tiste por necesidad en un alumno.

6. Nadie pone en duda la relación que existe entre el aprendizaje y la memoria. 2Es imposible aprender sin memoria, ya que lo que se aprende tiene que ser consistente para que sé pueda recordar. 3Por eso es por lo que la enseñanza del Espíritu Santo es una lección que enseña a recordar. 4Dije anteriormente que el Espíritu Santo enseña a recordar y a olvidar, pero olvidar sirve única­mente para que recuerdes de manera más consistente. 5Olvidas para poder recordar mejor. 6No entenderás Sus traducciones mientras sigas escuchando dos maneras de interpretarlas. 7Tienes por lo tanto, que olvidar o renunciar a una para poder enten­der la otra. 8Ésta es la única manera en que puedes aprender lo que es la consistencia, para que finalmente tú mismo puedas ser consistente. 

7. ¿Qué significado puede tener la perfecta consistencia del Reino para los que están confundidos? 2Es evidente que la confusión del alumno interfiere en su entendimiento de tal significado, y, por lo tanto, le impide apreciarlo. 3En el Reino no hay confusión porque sólo hay un significado. 4Este significado procede de Dios y es Dios. 5Puesto que es también lo que tú eres, es algo que compartes y extiendes tal como tu Creador lo hiciera. 6Esto no tiene que ser traducido porque se entiende perfectamente, pero sí necesita extensión porque significa extensión. 7La comunicación es perfectamente directa y está perfectamente unificada. 8Es com­pletamente libre porque nada discordante puede jamás infiltrarse en ella. 9Por eso es por lo que es el Reino de Dios. 10Le pertenece a Él y es, por lo tanto, como Él. 11Ésa es su realidad, y no hay nada que pueda afectarla.

 




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