DESPERTAR AL AMOR

domingo, 25 de marzo de 2018

25 MARZO: SEGUNDO REPASO Repaso de lecciones 67 a 68

           
AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCION 84


Éstas son las ideas para el repaso de hoy:


1. (67) El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo.
2He sido creado a semejanza de mi Creador. 3No puedo sufrir, no puedo experimentar pérdidas y no puedo morir. 4No soy un cuerpo. 5Hoy quiero reconocer mi realidad. 6No adoraré ídolos ni exaltaré el concepto que he forjado de mismo para reemplazar a mi Ser. 7He sido creado a semejanza de mi Creador. 8El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo.

2. Las siguientes variaciones te pueden resultar útiles para las aplicaciones concretas de la idea:

2No me dejes ver en esto una ilusión de mí mismo.
3Mientras contemplo esto, quiero recordar a mi Creador.
4Mi Creador no creó esto como yo lo estoy viendo.

3. (68) El amor no abriga resentimientos.
2Los resentimientos son algo completamente ajeno al amor. 3Los resentimientos atacan al amor y oscurecen su luz. 4Si abrigo resentimientos estoy atacando al amor y, por ende, atacando mi Ser. 5De este modo, mi Ser se vuelve un extraño para mí. 6Estoy decidido a no atacar a mi Ser hoy, de manera que pueda recordar Quién soy.

4. Estas variaciones de la idea te resultarán útiles para las aplicacio­nes concretas:

2Esto no justifica el que niegue mi Ser.
3No me valdré de esto para atacar al amor.
4No dejaré que esto me tiente a atacarme a mí mismo.



Instrucciones para la práctica

Ejercicios más largos: 2 veces (una para cada idea), durante quince minutos. 
  • Durante tres o cuatro minutos, lee lentamente la idea y los comentarios (si quieres varias veces) y piensa en ellas. 
  • Cierra los ojos y pasa el resto del periodo de práctica escuchando el mensaje que el Espíritu Santo tiene para ti. Podemos considerar a este tiempo de escuchar como que tiene los siguientes componentes:
  1. Escucha “sosegadamente aunque con mucha atención” (3:1), escucha en quietud y con toda tu atención.
  2. Mantén una actitud de confianza (“este mensaje me pertenece”), deseo (“yo quiero este mensaje”), y determinación (“estoy decidido a tener éxito”).
  3. Escuchar durante diez minutos puede ser una gran invitación a que la mente se distraiga, por eso la mayor parte de las instrucciones para este ejercicio tratan de este asunto. Si la mente se distrae sin control, regresa a la primera fase y repítela. Para las distracciones menores de la mente, date cuenta de que los pensamientos que te distraen no tienen poder, y que tu voluntad tiene todo el poder, y luego reemplaza los pensamientos con tu voluntad de tener éxito. Haz esto con firmeza. “No permitas que tu intención vacile” (4:1). “No dejes que… te desvíe de tu propósito” (5:2).

Esto no se menciona en las instrucciones pero te puede ser útil para preguntar el mensaje de verdad, al comienzo y luego de vez en cuando a lo largo de la práctica. Puedes decir, por ejemplo: “¿Cuál es Tu mensaje para mí hoy?” Incluso puedes usar esta petición como el medio para despejar los pensamientos que te distraen.

Recordatorios frecuentes: Muy a menudo.
Repite la idea como un medio de reafirmar tu determinación a triunfar. Primera mitad del día: la primera lección. Segunda mitad del día: la segunda lección.

Respuesta a la tentación: Cada vez que te sientas tentado a disgustarte.
Repite alguna variación de la idea, modificada para aplicarla a ese disgusto concreto. Puedes usar una de las tres “aplicaciones concretas” (L.rII.In.6:1) que se sugieren después de cada lección. Date cuenta que se refieren a un disgusto concreto. Cada una está dirigida a “esto” que te molesta o a un “nombre” que te molesta. O puedes utilizar tus propias palabras usando una variación de la práctica de dejar que surjan pensamientos relacionados. Simplemente relájate y deja que tu mente te traiga una frase que aplique la esencia de la idea a tu disgusto actual. 

Comentario

Si fui creado a semejanza de mi Creador, entonces “no puedo sufrir, no puedo experimentar pérdidas y no puedo morir. No soy un cuerpo” (1:3-4). Eso tiene sentido. Dios no puede sufrir, ni experimentar pérdida ni morir, y Él no es un cuerpo. Él me creó a semejanza de Sí Mismo (1:8); por lo tanto, esto debe ser verdad acerca de mí. Mi realidad es completamente diferente a lo que yo creo acerca de mí mismo, pues sin duda yo he creído que puedo sufrir o experimentar pérdida o morir, y me he identificado casi por completo con mi cuerpo.

¿Qué es lo que ocasiona y refuerza esta ilusión de mí mismo? Los resentimientos. “El amor no abriga resentimientos” (3:1). Yo soy amor, a semejanza del Amor que me creó; pero cuando elijo guardar un resentimiento, estoy negando mi propia realidad, estoy afirmando que yo no soy amor, porque “los resentimientos son algo completamente ajeno al amor” (3:2). Al hacer eso, estoy afirmando que yo soy lo que creo que he hecho de mí mismo, y sin ser consciente de ello estoy eligiendo sufrir, perder y morir. El único modo en que puedo volver a descubrir mi propia realidad es dejar de abrigar resentimientos. Un resentimiento es un ataque a mi Ser (3:6; 4:4). Afirma que soy algo que no soy.


Si veo lo desagradable, lo no amoroso, o maldad en mis hermanos, me estoy atacando a mí mismo. Si niego lo que son, estoy negando lo que yo soy. Hoy elijo ver a todo el mundo como quiero verme a mí mismo, y como quiero que Dios me vea. Tengo el poder de tomar esta decisión. Veo lo que deseo ver, y hoy deseo ver mi Ser, en mí mismo y en todo el mundo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario