DESPERTAR AL AMOR

lunes, 16 de diciembre de 2019

16 DICIEMBRE: Los milagros son un reflejo del eterno Amor de Dios. Ofrecer­los es recordarlo a Él, y mediante Su recuerdo, salvar al mundo.


AUDIOLIBRO


EJERCICIOS


LECCIÓN 350


Los milagros son un reflejo del eterno Amor de Dios. Ofrecer­los es recordarlo a Él, y mediante Su recuerdo, salvar al mundo.


1. Lo que perdonamos se vuelve parte de nosotros, tal como nos percibi­mos a nosotros mismos. 2Tal como tú creaste a Tu Hijo, él encierra dentro de sí todas las cosas. 3El que yo Te pueda recordar depende de que lo perdone a él. 4Lo que él es no se ve afectado por sus pensamientos. 5Pero lo que contempla es el resultado directo de ellos. 6Así pues, Padre mío; quiero ampararme en Ti. 7Sólo Tu recuerdo me liberará. 8Y sólo perdo­nando puedo aprender a dejar que Tu recuerdo vuelva a mí, y á ofrecérselo al mundo con agradecimiento.

2 Y a medida que hagamos acopio de Sus milagros, estaremos en verdad agradecidos. 2Pues conforme lo recordemos, Su Hijo nos será restituido en la realidad del Amor.





Instrucciones para la práctica


Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.

Comentario

Ofrecer un milagro es recordar a Dios, y al ofrecer milagros literalmente salvamos al mundo. Aceptamos al Hijo de Dios tal como Dios lo creó. El tema de los milagros ha estado presente en estas diez últimas lecciones, y en la página que venía antes de ellas.

Un milagro es una corrección. No crea, ni cambia realmente nada en absoluto. Simplemente contempla la devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso. Corrige el error, mas no intenta ir más allá de la percepción, ni exceder la función del perdón. (L.pII.13.1:1-4)

En otras palabras, un milagro y el perdón son lo mismo, simplemente “le recuerda a la mente que lo que ve es falso”. Ofrecer un milagro es mirar más allá de las ilusiones y ver la verdad. Es el rechazo a compartir la pequeñez en que otros se ven a sí mismos. Ofrezco un milagro cuando me niego a creer que mi hermano está identificado con su cuerpo y su ego y limitado por ellos. Me niego a creer que alguien sea lo que es su comportamiento, y ofrezco a todo el mundo la oportunidad de verse a sí mismo como más de lo que ellos piensan que son, más amorosos y más dignos de ser amados que lo que ellos piensan que son. Eso es un milagro, y eso es también el perdón.

Lo que perdonamos se vuelve parte de nosotros, tal como nos percibimos a nosotros mismos. Tal como tú creaste a Tu Hijo, él encierra dentro de sí todas las cosas. (1:1-2)

¡Qué afirmación más sorprendente! Cuando perdonamos a alguien o algo, “se vuelve parte de nosotros”. Es como si al perdonar cosas y personas, estuviésemos volviendo a juntar a nuestro Ser las partes separadas de la Filiación. Estamos reconociendo que no están separados como parecen, sino que verdaderamente son partes de nuestro Ser. Cada milagro que ofrecemos ayuda a reconstruir al Hijo de Dios.

En realidad por supuesto, el Hijo es eternamente uno; no hay necesidad de reconstruir lo que ya está completo. Lo que somos no se ve afectado por nuestros pensamientos (1:4), la realidad de nuestro Ser continúa tal como Dios lo creó. Pero lo que “contemplamos”, lo que vemos, es el resultado directo de nuestros pensamientos (1:5).

Así pues, Padre mío; quiero ampararme en Ti. Sólo Tu recuerdo me liberará. (1:6-7)

Padre, sana hoy mis pensamientos. “Rectifica mi mente” (L.347:1-2). Quiero que el recuerdo de Dios vuelva a mi mente, y “sólo perdonando puedo aprender a dejar que Tu recuerdo vuelva a mí, y á ofrecérselo al mundo con agradecimiento” (1:8). Para que el recuerdo de Dios venga, tengo que perdonar. Tengo que ofrecer milagros a todos y a todo.

Cuando recuerde a Dios (por medio del perdón), “Su Hijo nos será restituido en la realidad del Amor” (2:2). Aquí está de nuevo el pensamiento de que el perdón “restaura” al Hijo, uniendo las partes separadas, reconociendo el amor y la unidad.

Que hoy busquemos las oportunidades de ofrecer milagros.


¿Qué es un milagro? (Parte 10)

L.pII.13.5:4

Al abrir nuestra vida a los milagros, el mundo se transforma.

Y brotan por doquier señales de vida para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que tiene vida es inmortal. (5:4)

Los milagros demuestran la inmortalidad. No la inmortalidad del cuerpo, sino la inmortalidad del amor, que es lo que somos (Enseña sólo amor, pues eso es lo que eres”, T.6.I.13:2; “Sólo lo eterno puede ser amado, pues el amor no muere”, T.10.V.9:1). Es la inmortalidad del pensamiento, y el Curso también enseña que somos el Pensamiento de Dios eterno y que nunca cambia. El Curso afirma valientemente que la muerte no existe, que la vida y la inmortalidad son lo mismo (“lo que tiene vida es inmortal”). Entonces, según esa lógica, el cuerpo no tiene vida porque no es inmortal, y por eso el Curso nos enseña: “(El cuerpo) no nace ni muere” (T.28.VI.2:4). “El cuerpo ni vive ni muere porque no puede contenerte a ti que eres vida” (T.6V(A).1:4)

Los milagros nos muestran que no somos cuerpos, que la mente es más fuerte e importante que el cuerpo:

Si la mente puede curar al cuerpo, pero el cuerpo no puede curar a la mente, entonces la mente tiene que ser más fuerte que el cuerpo. Todo milagro es una demostración de esto. (T.6V(A).2:6-7)

Nos enseña que lo que somos (mente, pensamiento, idea, amor) tiene vida y es inmortal.





TEXTO

 

VII. La nueva interpretación

 

1. ¿Cómo iba a haber dejado Dios que el significado del mundo estuviese sujeto a tu interpretación? 2Si hubiese hecho eso, el mundo no tendría significado. 3Pues es imposible que el signifi­cado de algo cambie constantemente y que, aun así, sea verdad. 4El Espíritu Santo ve en el mundo un solo propósito, el cual es eternamente inmutable. 5Ninguna situación puede alterar este objetivo, sino que tiene que estar de acuerdo con él. 6Pues sólo si el objetivo del mundo pudiese cambiar con cada situación, podría cada una de ellas estar sujeta a diferentes interpretaciones cada vez que se pensase en ellas. Tú añades nuevos elementos al guión que escribes para cada minuto del día, y así, todo lo que sucede ahora tiene otro significado. 8Elimina algún elemento, y el significado cambiará consecuentemente.

2. ¿Qué reflejan tus guiones, sino tus planes acerca de cómo debe­ría transcurrir el día? 2Y así, determinas lo que es un desastre o un triunfo, un avance o un retroceso, una ganancia o una pér­dida. 3Estos juicios se hacen en conformidad con los papeles que el guión asigna. 4El hecho de que de por sí no signifiquen nada queda demostrado por la facilidad con que estas designaciones cambian a la luz de otros juicios que se hacen acerca de diferentes aspectos de la experiencia. 5luego, visto en retrospectiva, crees ver otro significado en conexión con lo que ocurrió previamente. 6¿Qué has hecho realmente, sino demostrar que nada de ello tenía significado alguno? 7Mas tú le atribuías significado a la luz de objetivos cambiantes, que alteraban el significado a medida que dichos objetivos cambiaban.

3. Solamente un propósito firme puede otorgarle a cualquier acontecimiento un significado estable. 2Pero tiene que otorgarles a todos ellos el mismo significado. 3Si a cada acontecimiento se le otorga un significado diferente, ello quiere decir que cada uno de ellos tiene un propósito diferente. 4Y ése sería todo el significado que tendrían. 5¿Qué clase de significado sería ése? 6¿Cómo puede ser que el significado de "significado" sea confusión? 7La percep­ción no puede estar fluctuando constantemente y al mismo tiempo tener un significado estable en alguna parte. 8El miedo es un juicio que nunca está justificado. 9Su presencia no. significa nada, excepto que sirve para mostrarte que escribiste un guión tenebroso y que, como resultado de ello, tienes miedo. 10Pero no porque la cosa que temes tenga de por sí un significado temible.

4. Abrigar un propósito común es el único medio por el que la percepción puede estabilizarse, y por el que se le puede dar una sola interpretación al mundo y a todas las experiencias que se tienen en él. 2En ese propósito común, todo el mundo y todas las cosas que ves comparten el mismo juicio. 3Ahora no tienes por qué juzgar, pues has aprendido que a todo se le ha dado el mismo significado, y te alegras de poder verlo por todas partes. 4Dicho significado no puede cambiar porque tu deseo es percibirlo en todas partes, inalterado por las circunstancias. 5Por lo tanto, se lo otorgas a todos los acontecimientos y dejas que ellos te ofrez­can estabilidad a ti.

5. Librarte de juzgar radica simplemente en esto: todas las cosas tienen el mismo propósito, el cual tú compartes con todo el mun­do. 2Y no hay nada en el mundo que pueda oponerse a ese propó­sito, pues es el propósito de todas las cosas y también el tuyo. 3Tener un mismo propósito pone fin a todas las ideas de sacrificio, las cuales no pueden sino atribuir un propósito para el que gana y otro para el que pierde. 4Sin esta idea no podría haber pensamien­tos de sacrificio. 5es esta idea de que puede haber diferentes objetivos lo que hace que la percepción oscile y el significado cam­bie. 6Con un objetivo unificado esto se vuelve imposible, pues tu conformidad hace que la interpretación sea estable y duradera.

6. ¿Cómo se iba a poder entablar la comunicación mientras los símbolos que se usan tengan diferentes significados? 2El objetivo del Espíritu Santo ofrece una sola interpretación, la cual tiene sig­nificado para ti y para tu hermano. 3Y así, te puedes comunicar con él y él contigo. 4Cuando se usan símbolos que ambos podéis comprender se deja de sacrificar el significado. 5Todo sacrificio supone la pérdida de tu capacidad de ver la conexión que hay entre todos los acontecimientos. 6Pues si se observan por separado no tienen ningún significado, 7ya que les falta la luz bajo la cual se pueden ver y comprender. 8Y así, carecen de propósito 9y no se puede entender cuál es su finalidad. 10Ningún pensamiento de pérdida significa nada, 11pues nadie está de acuerdo contigo con respecto a su significado. 12Es parte de un guión disparatado, que no puede ser interpretado de manera que tenga sentido. 13Siempre será ininteligible. 14Esto no es comunicación. 15Tus sombríos sue­ños no son más que los absurdos guiones que escribes por tu cuenta mientras duermes. 16No trates de encontrar significado en sueños de separación. 17Sólo los sueños de perdón se pueden com­partir, 18pues significan lo mismo para ti que para tu hermano.


7. No hagas interpretaciones desde una perspectiva de soledad, pues lo que veas no tendrá ningún significado, y lo que representa cambiará. 2tú creerás que el mundo es un lugar incierto, por el que caminas en peligro, lleno de incertidumbre. 3Son únicamente tus interpretaciones las que carecen de estabilidad, pues no están en armonía con lo que realmente eres. 4Es éste un estado tan peli­groso en apariencia, que es imposible que no surja el temor. 5Hermano mío, no sigas por ese camino. 6Tenemos un solo Intérprete. 7Y a través del uso que Él hace de los símbolos nos unimos, y así, todos ellos tienen el mismo significado para todos nosotros. 8Nuestro idioma común nos permite hablar con todos nuestros hermanos, y entender con ellos que el perdón se nos ha otorgado a todos, y que, por lo tanto, podemos comunicarnos nuevamente.





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