EJERCICIOS
PRIMER REPASO Repaso de lecciones 16 a 20
Instrucciones para la práctica
Propósito: Repasar las lecciones y así dejar que se adentren en un nivel más profundo. También, ver la relación entre ellas y lo entrelazado que está el sistema de pensamiento al que se te está llevando.
Ejercicios: Tan a menudo como puedas (sugerencia: cada hora, a la hora en punto), durante al menos dos minutos.
- Solo y en un lugar tranquilo, lee una de las cinco lecciones y los comentarios relacionados. Fíjate en que los comentarios como si fueran tus propios pensamientos sobre la idea. Intenta imaginarte que son tus propias palabras. Te ayudará introducir tu nombre a menudo. Esto te preparará para la fase siguiente, en la que tú mismo produces pensamientos semejantes.
- Cierra los ojos y piensa en la idea y en los comentarios. Concretamente piensa en la idea central del párrafo del comentario. Reflexiona sobre ella. Deja que surjan pensamientos relacionados (utilizando el entrenamiento que has recibido en esa práctica). Si tu mente se distrae, repite la idea y luego vuelve a reflexionar sobre ella. Éste es el mismo ejercicio básico de la Lección 50, en el que activamente piensas sobre las ideas para dejar que se adentren más profundamente en tu mente.
Observaciones:
- Al comienzo y al final del día lee las cinco lecciones.
- A partir de entonces, haz una lección por sesión de práctica, el orden no importa.
- Haz cada lección por lo menos una vez.
- Cumplido eso, concéntrate en una lección determinada si es la que más te atrae.
Comentario
Este repaso relaciona estas ideas como un poderoso motivador para cambiar mis pensamientos.
Mis pensamientos hacen el mundo, ya sea un mundo falso o el mundo verdadero. El mundo que veo es la representación de mi propio estado mental” (2:4). Puedo contribuir a fabricar un mundo de separación, o si elijo mis pensamientos reales, puedo despertar esos pensamientos en otros. “Todo lo que pienso, digo o hago es una enseñanza para todo el universo” (4:3). Al cambiar mi propia mente, puedo cambiar todas las mentes junto con la mía. Cuando me doy cuenta de esto, me lleno de una determinación activa de contemplar el mundo real, de abrir mi mente a los pensamientos que comparto con Dios, y al hacerlo así, transformar el universo.
Arquímedes es conocido por haber dicho: “Dadme una palanca lo suficientemente larga, y moveré el mundo”. Yo tengo esa palanca. Es mi mente: “porque mío es el poder de Dios” (4:6). Un hombre cuya mente esté completamente transformada transformará todo el mundo. Jesús fue ese hombre, y el impacto de Su pensamiento todavía se está extendiendo, las ondas todavía se están extendiendo en el estanque de la mente. Puedo unirme a Él y añadir el poder de mi mente al Suyo.
Yo quiero ver “el amor… reemplazar al miedo, la risa… reemplazar a las lágrimas” (5:4). Quiero dejar que esto se haga a través de mí. En cada situación en la que me encuentre hoy, con cada persona que encuentre, que éste sea mi propósito. “Estoy aquí únicamente para ser útil. Estoy aquí en representación de Aquel que me envió” (T.2.V.A.18:2-3). Al permitir que mi mente cambie, llevaré sanación a todos con los que me encuentre hoy.
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