DESPERTAR AL AMOR

lunes, 20 de enero de 2020

20 ENERO: Estoy decidido a ver.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS

LECCIÓN 20

Estoy decidido a ver.

1. Hemos tenido hasta ahora una actitud bastante relajada con respecto a nuestras sesiones de práctica. 2Apenas hemos tratado de dirigir el momento en que debes llevarlas a cabo; el esfuerzo requerido por tu parte ha sido mínimo, y ni siquiera se te ha pedido que cooperes o que te intereses activamente en ellas. 3Este enfoque ha sido intencional, y ha sido planeado muy cuidadosa­mente. 4No hemos perdido de vista lo importante que es invertir completamente tu manera de pensar. 5La salvación del mundo depende de ello. 6Mas no podrás ver si te sientes coaccionado, o si te abandonas al resentimiento y a la oposición.

2. Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estruc­tura. 2No interpretes esto erróneamente como un intento de que­rer ejercer presión o fuerza. 3Deseas la salvación. 4Deseas ser feliz. 5Deseas la paz. 6No lo has logrado todavía porque tu mente no tiene ninguna disciplina, y no puedes distinguir entre la dicha y el pesar, el placer y el dolor, o el amor y el miedo. 7Ahora estás aprendiendo a diferenciar unos de otros. 8Y grande en verdad será tu recompensa cuando lo logres.

3. Tu decisión de querer ver es todo lo que requiere la visión. 2Lo que quieres se te concede. 3No cometas el error de creer que el pequeño esfuerzo que se te pide es una indicación de que nuestro objetivo es de poco valor. 4¿Cómo iba a ser la salvación del mundo un propósito trivial? 5¿Y cómo podría salvarse el mundo si no te salvas tú? 6Dios tiene un solo Hijo, y él es la resurrección y la vida. 7Su voluntad se hace porque se le ha dado pleno poder en el Cielo y en la tierra. 8Con tu decisión de querer ver, se te da la visión.

4. Los ejercicios de hoy consisten en que te recuerdes a ti mismo a lo largo del día que quieres ver. 2La idea de hoy implica tácita­mente también el reconocimiento de que ahora no ves. 3Por lo tanto, cada vez que repites la idea, estás afirmando que estás deci­dido a cambiar tu estado actual por uno mejor, por uno que real­mente deseas.

5. Repite la idea de hoy lentamente y a conciencia por lo menos dos veces por hora, y trata de hacerlo cada media hora. 2No te desanimes si se te olvida hacerlo, pero esfuérzate al máximo por acordarte. 3Las repeticiones adicionales deben aplicarse a cual­quier situación, persona o acontecimiento que te perturbe. 4Pue­des verlos de otra manera, y los verás. 5Verás lo que desees ver. 6Ésta es la verdadera ley de causa y efecto tal como opera en el mundo.



Instrucciones para la práctica

Propósito: Estar decidido a ver y así recibir la visión.


Ejercicio: 2 por hora (preferentemente cada media hora). 

  • Repite la idea. “Cómo” la repites, marca la diferencia. La lección te pide que la hagas “lentamente y de manera positiva” (5:1), recuerda que estás decidido a cambiar tu estado actual por uno que verdaderamente quieres. (De hecho, puede que quieras intentar ahora decirla de este modo, y ver si notas la diferencia). 
  • Si en algún momento te das cuenta de que te has olvidado practicar, “no te desanimes… pero esfuérzate al máximo por recordarlo” (5:2) de ahora en adelante.


Observaciones: Esta lección marca un gran cambio en el Libro de Ejercicios. Si el Libro de Ejercicios ha parecido fácil hasta ahora, era intencionado. Sin embargo, no puede mantenerse así de fácil y lograr su meta: la total transformación de tu manera de pensar. Así que, a partir de ahora, te dará una estructura mayor con la que practicar. Esto incluirá prácticas más frecuentes, tiempos establecidos en los que practicar, y prácticas más largas.

La lección de hoy incluye las dos primeras de tales prácticas. La manera de responder a esta estructura es fundamental. Si la ves como una imposición, como que es una fuerza exterior la que te la impone, te rebelarás contra ella, activa o pasivamente. En lugar de ello, intenta verlo como la expresión de tu verdadera voluntad. Quieres todas las cosas que el Curso te ofrece. Y sólo las conseguirás teniendo una mente entrenada (disciplinada), que sólo conseguirás siguiendo la práctica como lo indican las instrucciones. Por lo tanto, hacer la práctica hoy es tu propio deseo verdadero.

Respuesta a la tentación: Siempre que te sientas disgustado con una persona, situación o acontecimiento durante el día.

Repite la idea como remedio para esa emoción. Puedes aplicarla a la situación concreta: “Estoy decidido a ver esta situación”. Si de verdad quieres ver la situación de manera diferente, la verás.

Comentario

La lección de hoy no pide realmente mucho de nosotros: cada media hora acuérdate de repetir las palabras: “Estoy decidido a ver”. Si estamos estudiando el Curso, esto es algo que probablemente queremos de verdad.

Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz. (2:3-5)

Sin embargo, si verdaderamente lo queremos, ¿por qué nos oponemos y desafiamos a las instrucciones? (ver 1:6)

Porque por primera vez desde el comienzo del Curso “ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura” (2:1) y no será la última. Nuestras mentes sin disciplinar tienen una oposición calculada a la estructura. ¿Y qué importa si es bueno para nosotros? ¿De verdad lo queremos? Si alguien nos dice que lo hagamos de determinada manera, en determinados momentos, nos rebelamos. Vamos muy despacio (arrastrando los pies). No nos gusta que nos diga qué hacer o cómo hacerlo. Nuestra mente “no tiene ninguna disciplina” (2:6) y quiere mantenerse tal como está para proteger los derechos cedidos al ego.

La práctica que se nos pide es muy, muy sencilla. Así que inténtalo. Probablemente te sorprenderás de lo a menudo que te olvidas, de cómo el pensamiento de hacerla puede aparecer rápidamente en tu mente y la retrasas porque no es el momento oportuno, o porque “realmente no es importante” y luego te olvidas por completo. Por eso el Libro de Ejercicios se acerca a la idea de estructura con mucho cuidado, sabe que habrá oposición y está intentando hacernos comprender lo importante que es esta práctica engañosamente sencilla. Por eso, nos advierte “No te desanimes si te olvida hacerlo, pero esfuérzate al máximo por acordarte” (5:2).

“Tu decisión de ver es todo lo que requiere la visión” (3:1). Si de verdad pudiéramos captar esta lección, en otras palabras, decirla de corazón, el trabajo estaría hecho. La visión sería nuestra. “Con tu decisión de querer ver, se te da la visión” (3:8). Ésta no es una lección sin importancia, es el núcleo de toda la enseñanza del Curso. Así que, ¡pongamos nuestro corazón en ello hoy!

Hagámoslo gozosamente, incluso de una manera sagrada cada media hora. Repitamos la idea “lentamente y de todo corazón” (5:1). “Hagamos un verdadero esfuerzo para recordarlo” (5:2). Apliquémosla a “cualquier situación, persona o acontecimiento que te perturbe” (5:3).


Puedes verlos de manera diferente, y los verás. Lo que desees, lo verás. Ésta es la verdadera ley de causa y efecto, tal como opera en el mundo. (5:4-6)






TEXTO

VII. Causa y efecto

1. Puede que todavía te quejes de que tienes miedo, pero aun así sigues atemorizándote a ti mismo. 2He indicado ya que no pue­des pedirme que te libere del miedo. 3Yo sé que no existe, pero tú no. 4Si me interpusiese entre tus pensamientos y sus resultados, estaría interfiriendo en la ley básica de causa y efecto: la ley más fundamental que existe. 5De nada te serviría el que yo menospre­ciase el poder de tu pensamiento. 6Ello se opondría directamente al propósito de este curso. 7Es mucho más eficaz que te recuerde que no ejerces suficiente vigilancia con respecto a tus pensamien­tos. 8Tal vez pienses que a estas alturas sólo un milagro te capaci­taría para hacer eso, lo cual es absolutamente cierto. 9No estás acostumbrado a pensar con una mentalidad milagrosa, pero se te puede enseñar a pensar de esa manera. 10Todos los obradores de milagros necesitan este tipo de instrucción.

2. No puedo permitir que dejes de vigilar a tu mente, ya que de otro modo no podrías ayudarme. 2Obrar milagros requiere el que uno se dé cuenta plenamente del poder de los pensamientos a fin de evitar las creaciones falsas. 3De lo contrario, sería necesario un milagro que rectificase a la mente misma, proceso circular éste que no propiciaría el colapso del tiempo que es para lo que el milagro se concibió. 4El obrador de milagros debe poseer un genuino respeto por la verdadera ley de causa y efecto como con­dición previa para que se produzca el milagro.

3. Tanto el milagro como el miedo proceden de pensamientos. 2Si no eres libre de elegir uno, tampoco serás libre de elegir el otro. 3Al elegir el milagro, rechazas el miedo aunque sólo sea temporal­mente. 4Te has sentido temeroso de todo el mundo y de todas las cosas. 5Tienes miedo de Dios, de mí y de ti mismo. 6Nos has percibido erróneamente o creado falsamente, y crees en lo que has fabricado. 7No habrías podido hacer nada de eso si no hubieses tenido miedo de tus propios pensamientos. 8Los temerosos no pueden sino crear falsamente, puesto que perciben erróneamente la creación. 9Cuando creas falsamente no puedes sino sufrir. 10El principio de causa y efecto se convierte ahora en un verdadero catalizador aunque sólo sea temporalmente. 11En realidad, "Causa" es un término que le corresponde propiamente a Dios, y Su "Efecto" es Su Hijo. 12Esto supone una serie de relaciones de Causa y Efecto completamente diferentes de las que tú introdu­ces en tus creaciones falsas. 13El conflicto fundamental en este mundo es, pues, entre la creación y la creación falsa. 14Todo miedo está implícito en la segunda, y todo amor en la primera. 15El conflicto es, por lo tanto, entre el amor y el miedo.

4. Ya hemos dicho que crees que no puedes controlar el miedo porque tú mismo lo inventaste, y tu creencia en él parece ponerlo fuera de tu control. 2Sin embargo, todo intento de resolver el error tratando de dominar el miedo es inútil. 3De hecho, eso no hace más que corroborar su poder, al asumir que necesita ser domi­nado. 4La verdadera solución descansa enteramente en alcanzar el dominio por medio del amor. 5En el ínterin, no obstante, la sensa­ción de conflicto es inevitable, ya que te has colocado a ti mismo en una posición en la que crees en el  poder de algo que no existe. 

5. La nada y el todo no pueden coexistir. 2Creer en uno es negar el otro. 3El miedo no es nada realmente y el amor lo es todo. 4Siempre que la luz irrumpe en la oscuridad, la oscuridad de­saparece. 5Lo que tú crees, es cierto para ti. 6En este sentido la separación ha ocurrido, y negarlo sería utilizar incorrectamente la negación. 7Concentrarse en el error, no obstante, no es más que otro error. 8El procedimiento correctivo inicial consiste en reco­nocer temporalmente que hay un problema, mas sólo como señal de que tiene que ser corregido de inmediato. 9Esto da lugar a un estado mental en el que la Expiación puede ser aceptada sin demora. 10Debe señalarse, no obstante, que, en última instancia, no puede haber transigencia alguna entre lo que lo es todo y lo que no es nada. 11El tiempo es esencialmente un recurso por medio del cual se puede abandonar toda idea de transigencia al respecto. 12Este proceso parece ser gradual debido únicamente a que el tiempo en sí comprende intervalos que no existen. 13La creación falsa hizo que esto fuese necesario como recurso de corrección. 14La aseveración: "Porque tanto amó Dios al mundo que le dio Su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, mas tenga vida eterna" necesita solamente una leve corrección para que tenga sentido en este contexto: "Se lo dio a Su unigénito Hijo”. 

6. Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. 2Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. 3La Filia­ción, en su unicidad*, transciende la suma de sus partes. 4Este hecho, no obstante, queda velado mientras falte una sola de ellas. 5Por eso es por lo que, en última instancia, el conflicto no se puede resolver hasta que todas las partes de la Filiación hayan retor­nado. 6Sólo entonces podrá comprenderse lo que, en el verdadero sentido de la palabra, significa la plenitud. 7Cualquier parte de la Filiación puede creer, en el error o en la incompleción si así lo elige. 8Sin embargo, si lo hace, estará creyendo en la existencia de algo que no existe. 9Lo que corrige este error es la Expiación.



7. Ya he hablado brevemente acerca de la condición de estar listo, pero tal vez pueda ser útil mencionar aquí algunos puntos adicio­nales. 2Estar listo es sólo el prerequisito para que se pueda lograr algo. 3No se debe confundir una cosa con la otra. 4Tan pronto como se da la condición de estar listo, también se da, en cierta medida, el deseo de querer lograr algo, si bien éste no es necesa­riamente un deseo indiviso. 5Dicha condición de estar listo no es más que el potencial para que pueda tener lugar un cambio de mentalidad. 6La confianza no puede desarrollarse plenamente hasta que no se haya alcanzado un dominio total. 7Hemos tratado ya de corregir el error fundamental de que es posible dominar el miedo, y hemos enfatizado que el verdadero dominio sólo se puede alcanzar por medio del amor. 8Estar listo es sólo el comienzo de la confianza. 9Tal vez pienses que esto implica que tiene que transcurrir mucho tiempo entre el momento en que estás listo y aquel en el que alcanzas el dominio, pero permíteme recordarte que el tiempo y el espacio están bajo mi control


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