DESPERTAR AL AMOR

jueves, 9 de enero de 2020

9 ENERO: No veo nada tal como es ahora.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


 LECCION 9

No veo nada tal como es ahora.

1. Esta idea es, obviamente, la consecuencia lógica de las dos ante­riores. 2Pero si bien es posible que la puedas aceptar intelectual­mente, es muy probable que todavía no signifique nada para ti. 3De todas formas, el entendimiento no es necesario a estas alturas. 4De hecho, reconocer que no entiendes es un requisito previo para erradicar tus falsas ideas. 5Estos ejercicios tienen que ver con la práctica, no con el entendimiento. 6No necesitas practicar lo que ya entiendes. 7Sería bastante redundante, por cierto, tener como meta el entendimiento y al mismo tiempo asumir que ya lo has alcanzado.

2. A la mente no entrenada le resulta difícil creer que lo que apa­rentemente contempla realmente no está ahí. 2Esta idea puede producir gran inquietud, y toparse con gran resistencia, la cual puede manifestarse de muchas maneras. 3No obstante, eso no excluye el que la apliques. 4Esto es lo único que se requiere para estos ejercicios o para cualesquiera otros. 5Cada pequeño paso despejará la oscuridad un poco más, y el entendimiento final­mente llegará para iluminar cada rincón de la mente que haya sido despejada de los escombros que la enturbiaban.

3. Estos ejercicios, para los que tres o cuatro sesiones de práctica son suficientes, consisten en que mires a tu alrededor y apliques la idea de hoy a cualquier cosa que veas, sin olvidarte de la necesi­dad de aplicarla imparcialmente, y la regla esencial de no excluir nada. 2Por ejemplo:

3No veo esta máquina de escribir tal como es ahora.
4No veo este teléfono tal como es ahora.
5No veo este brazo tal como es ahora.

4. Empieza con aquellas cosas que estén más cerca de ti, y luego extiende tu campo visual:

2No veo ese perchero tal como es ahora.
 3No veo esa puerta tal como es ahora.
4No veo esa cara tal como es ahora.

5. Hay que subrayar nuevamente, que, si bien no debes intentar incluirlo todo, tampoco debes excluir nada en particular. 2Asegúrate de ser honesto contigo mismo al hacer esta distinción. 3Es posible que te sientas tentado de enmascararla.



Instrucciones para la práctica

Ejercicio: Tres o cuatro veces, de un minuto.
Mira a tu alrededor, aplicando la idea a cualquier cosa que veas sin distinciones y sin excluir nada. Empieza con cosas cercanas a ti: “No veo este (teléfono, brazo, etc.) tal como es ahora”. Luego extiende el alcance hacia fuera: “No veo esa (puerta, rostro, etc.) tal como es ahora”.

Observaciones: Puede que aceptes esta idea, pero no la entiendas realmente, y tampoco se espera que lo hagas. La comprensión no es el requisito esencial para esta práctica; más bien, la comprensión es la meta de esta práctica. Estos ejercicios intentan deshacer tu ilusión de que entiendes las cosas y, al eliminar este bloqueo, permitir que la verdadera comprensión surja finalmente en tu mente. Así que, en este momento simplemente practica la idea, aunque no la entiendas, o la encuentres perturbadora, o aunque te resistas activamente a ella.

Comentario

Si sólo veo el pasado, y mi mente está absorbida con pensamientos del pasado, entonces está claro que no veo nada tal como es ahora. Me encanta que la lección añada: “Pero si bien es posible que la puedas aceptar intelectualmente, es muy probable que todavía no signifique nada para ti”(1:2). El Curso reconoce claramente que hay una enorme diferencia entre aceptar una idea a nivel intelectual y entenderla de verdad de manera que sea parte de nosotros. Pienso en las etapas de dolor por las que pasamos cuando muere un ser querido. Inmediatamente después de la muerte, puede que a nivel intelectual aceptemos que nuestro ser querido se ha ido, pero no hemos entendido ni asimilado ese hecho. Lleva tiempo que se introduzca en nuestra mente.

Del mismo modo, podemos aceptar la idea de que no vemos nada tal como es ahora, pero puede pasar tiempo antes de que empecemos a comprender el significado de ese hecho. Afortunadamente la lección continúa diciendo que nuestra comprensión no es necesaria todavía. De hecho, lo que es necesario es el reconocimiento de que ¡no entendemos! Podrías decir que una de las cosas que tenemos que aprender de esta lección es que ¡no la entendemos!

Si piensas en ello, tiene sentido.

Estos ejercicios tienen que ver con la práctica, no con el entendimiento. No necesitas
practicar lo que ya entiendes. (1:5-6)

Algunos pueden sentir que no tiene sentido trabajar con una idea que no comprendes del todo o en la que no crees. He oído decir: “¿Cómo puedo trabajar con una lección como “Soy el santo Hijo de Dios Mismo”, si yo no lo creo realmente? Y la respuesta es: si ya lo creyeras, ¡no necesitarías trabajar la lección! La práctica está para ayudarte a entender o a creer.

La actitud de reconocer nuestra ignorancia es esencial para el aprendizaje. Sin ella, nuestra falsa “comprensión” dificulta nuestro aprendizaje. Así que cuando una lección como ésta: “No veo nada tal como es ahora”, te molesta o no sabes de qué trata, simplemente ¡sé honesto y confiesa que así es como te sientes! No cometas el error de fingir que ya entiendes cuando no es cierto. Las lecciones parten de la base de la ignorancia de nuestra mente.
“Es difícil para la mente sin entrenar creer que lo que aparentemente contempla no está ahí (2:1). ¿Difícil? Más bien parece imposible. La idea es perturbadora, la mayoría de nosotros nos resistiremos a ella de un modo u otro. Es normal. Eso no te impide aplicar la idea en modo alguno, y eso es todo lo que se nos pide. (¿Recuerdas la Introducción al Libro de Ejercicios y sus dos últimos párrafos? Si no, léelos ahora con relación a esto). Simplemente haz los ejercicios de todos modos, aunque tu mente se resista a la idea en su totalidad, de todos modos tendrá el efecto deseado.

Fíjate en que la lección habla sobre “cada pequeño paso” (2:5), despejando la obscuridad un poco más y la comprensión llegará finalmente.

El tono de las lecciones, y ciertamente de todo el Curso, no nos hace pensar que alcanzaremos la iluminación rápidamente. Se produce en pequeñas dosis, poco a poco. El Curso dice que la iluminación total podría llegar a cualquiera de nosotros en cualquier momento, con sólo abrirnos a ella; está más cerca de nosotros que nuestras propias manos y pies. Pero también dice que llevará más tiempo estar dispuestos a abrirnos que el que es necesario para que ese cambio final de la mente suceda. Dice:

A la gran mayoría se les proporciona un programa de entrenamiento que evoluciona lentamente, en el que se corrigen el mayor número posible de errores previos. Las relaciones personales, en especial, tienen que percibirse debidamente, y se tiene que eliminar la piedra angular de la falta de perdón. (M.9.1:7-8)

Date cuenta de que la norma es “un programa de entrenamiento que evoluciona lentamente”. Así que no te agobies ni te sientas como si estuvieras trabajando contra reloj; tómate las cosas al ritmo con el que vienen, y haz los ejercicios que se indican en el Libro de Ejercicios. Estate contento de avanzar lentamente. ¡No te preocupes si la comprensión no aterriza en tu mente mañana!

Los ejercicios de nuevo son engañosamente sencillos, tal como “no veo esta pantalla de ordenador tal como es ahora”. ¿Cómo puede ayudar a cambiar mi mente el que yo diga esto? No puedo explicártelo. Lo que sí sé es que cuanto más a menudo repito una idea, más razonable empieza a parecerme. Quizá eso sea todo lo que tiene. Sé que a veces me ha ayudado, en alguna situación que parece atemorizante o fuera de control, recordarme a mí mismo que “no estoy viendo esta situación tal como es ahora en realidad”. Puedo asegurarme a mí mismo que lo que estoy viendo, que parece estar causando mi miedo, no es la realidad de las cosas. Puedo no tener ni idea de lo que es la realidad, pero ¡ayuda saber que no es lo que estoy viendo!

La idea es menos alentadora cuando la aplico sobre algo que me gusta: “No veo esta relación romántica tal como es ahora”. Hmmm, no estoy seguro de que me guste. Pero aunque no haga nada más que empezar a hacer pedazos mi fe en lo que veo, la lección está haciendo su trabajo aunque yo no la entienda por completo, o a pesar de que no me guste.






TEXTO


Capítulo 2



LA SEPARACIÓN Y LA EXPIACIÓN


I. Los orígenes de la separación


1.  La capacidad de extenderse es un aspecto fundamental de Dios que Él le dio a Su Hijo. 2En la creación, Dios Se extendió a Sí Mismo a Sus creaciones y les infundió la misma amorosa Volun­tad de crear que Él posee. 3No sólo fuiste plenamente creado, sino que fuiste creado perfecto. 4No existe vacuidad en ti. 5Debido a la semejanza que guardas con tu Creador eres creativo. 6Ningún Hijo de Dios puede perder esa facultad, ya que es inherente a lo que él es, pero puede usarla de forma inadecuada al proyectar. 7El uso inadecuado de la extensión -la proyección- tiene lugar cuando crees que existe en ti alguna carencia o vacuidad, y que puedes suplirla con tus propias ideas, en lugar de con la verdad. 8Este proceso comprende los siguientes pasos:

9Primero: Crees que tu mente puede cambiar lo que Dios creó.
10Segundo: Crees que lo que es perfecto puede volverse imper­fecto o deficiente.
11Tercero: Crees que puedes distorsionar las creaciones de Dios, incluido tú.
12Cuarto: Crees que puedes ser tu propio creador y que estás a cargo de la dirección de tu propia creación.

2. Estas distorsiones, relacionadas entre sí, son un fiel reflejo de lo que realmente ocurrió en la separación o "desvío hacia el miedo". 2Nada de eso existía antes de la separación, ni existe realmente ahora. 3Todo lo que Dios creó es semejante a Él. 4La extensión, tal como Dios la emprendió, es similar al resplandor interior que los Hijos del Padre han heredado de Él. 5Su verdadera fuente se encuentra en su interior. 6Esto es tan cierto con respecto al Padre como al Hijo. 7En este sentido la creación incluye tanto la creación del Hijo por Dios, como las creaciones del Hijo una vez que su mente ha sanado. 8Esto requiere el libre albedrío con el que Dios le dotó, ya que toda creación amorosa se otorga libremente en una línea continua, en la que todos los aspectos tienen el mismo rango. 

3. El jardín del Edén -la condición que existía antes de la separa­ción- era un estado mental en el que no se necesitaba nada. 2Cuando Adán dio oídos a "las mentiras de la serpiente", lo único que oyó fueron falsedades. 3Tú no tienes por qué continuar cre­yendo lo que no es verdad, a no ser que así lo elijas. 4Todo ello puede literalmente desaparecer en un abrir y cerrar de ojos por­que no es más que una percepción falsa. 5Lo que se ve en sueños parece ser muy real. 6Lo que es más, en la Biblia se menciona que sobre Adán se abatió un sueño profundo, mas no se hace referen­cia en ninguna parte a que haya despertado. 7El mundo no ha experimentado todavía ningún despertar o renacimiento com­pleto. 8Un renacer así es imposible mientras sigas proyectando o creando falsamente. No obstante, la capacidad de extender tal como Dios te extendió Su Espíritu permanece todavía dentro de ti. 10En realidad, ésta es tu única alternativa, pues se te dio el libre albedrío para que te deleitaras creando lo perfecto.

4. Todo miedo se reduce, en última instancia, a la básica percep­ción errónea de que tienes la capacidad de usurpar el poder de Dios. 2Por supuesto, no puedes hacer eso, ni jamás pudiste ha­berlo hecho. 3En esto se basa el que puedas escaparte del miedo. 4Te liberas cuando aceptas la Expiación, lo cual te permite darte cuenta de que en realidad tus errores nunca ocurrieron. 5Sólo des­pués del sueño profundo que se abatió sobre Adán pudo éste experimentar pesadillas. 6Si de repente se enciende una luz cuando alguien está teniendo un sueño aterrador, puede que ini­cialmente interprete la luz como parte de su sueño y tenga miedo de ella. 7Sin embargo, cuando despierte, la percibirá correcta­mente como su liberación del sueño, al que dejará entonces de atribuir realidad. 8Esta liberación no se basa en ilusiones. 9El cono­cimiento que ilumina no sólo te libera, sino que también te mues­tra claramente que eres libre.


5. Sean cuales sean las mentiras que te hayas creído, para el mila­gro son irrelevantes, pues puede sanar cualquiera de ellas con la misma facilidad. 2El milagro no hace distinciones entre diferentes percepciones falsas. 3Su única finalidad es distinguir entre la ver­dad por un lado y el error por otro. 4Algunos milagros pueden parecer más difíciles de obrar que otros, 5pero no te olvides del primer principio de este curso: no hay grados de dificultad en los milagros. 6En realidad eres perfectamente invulnerable a toda expresión de falta de amor. 7Estas expresiones pueden proceder de ti o de otros, de ti hacia otros, o de otros hacia ti. 8La paz es un atributo que se encuentra en ti. No puedes hallarla fuera de ti mismo. 10La enfermedad es una forma de búsqueda externa. 11La salud es paz interior. 12La paz te permite mantenerte ecuánime ante cualquier falta de amor procedente de afuera, y te capacita, mediante tu aceptación de los milagros, para corregir las condi­ciones que resultan de la falta de amor en los demás.



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