DESPERTAR AL AMOR

miércoles, 25 de marzo de 2020

25 MARZO: SEGUNDO REPASO. Repaso de las lecciones 67 y 68

           
AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCION 84


Éstas son las ideas para el repaso de hoy:


1. (67) El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo.
2He sido creado a semejanza de mi Creador. 3No puedo sufrir, no puedo experimentar pérdidas y no puedo morir. 4No soy un cuerpo. 5Hoy quiero reconocer mi realidad. 6No adoraré ídolos ni exaltaré el concepto que he forjado de mismo para reemplazar a mi Ser. 7He sido creado a semejanza de mi Creador. 8El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo.

2. Las siguientes variaciones te pueden resultar útiles para las aplicaciones concretas de la idea:

2No me dejes ver en esto una ilusión de mí mismo.
3Mientras contemplo esto, quiero recordar a mi Creador.
4Mi Creador no creó esto como yo lo estoy viendo.

3. (68) El amor no abriga resentimientos.
2Los resentimientos son algo completamente ajeno al amor. 3Los resentimientos atacan al amor y oscurecen su luz. 4Si abrigo resentimientos estoy atacando al amor y, por ende, atacando mi Ser. 5De este modo, mi Ser se vuelve un extraño para mí. 6Estoy decidido a no atacar a mi Ser hoy, de manera que pueda recordar Quién soy.

4. Estas variaciones de la idea te resultarán útiles para las aplicacio­nes concretas:

2Esto no justifica el que niegue mi Ser.
3No me valdré de esto para atacar al amor.
4No dejaré que esto me tiente a atacarme a mí mismo.



Instrucciones para la práctica

Ejercicios más largos: 2 veces (una para cada idea), durante quince minutos. 
  • Durante tres o cuatro minutos, lee lentamente la idea y los comentarios (si quieres varias veces) y piensa en ellas. 
  • Cierra los ojos y pasa el resto del periodo de práctica escuchando el mensaje que el Espíritu Santo tiene para ti. Podemos considerar a este tiempo de escuchar como que tiene los siguientes componentes:
  1. Escucha “sosegadamente aunque con mucha atención” (3:1), escucha en quietud y con toda tu atención.
  2. Mantén una actitud de confianza (“este mensaje me pertenece”), deseo (“yo quiero este mensaje”), y determinación (“estoy decidido a tener éxito”).
  3. Escuchar durante diez minutos puede ser una gran invitación a que la mente se distraiga, por eso la mayor parte de las instrucciones para este ejercicio tratan de este asunto. Si la mente se distrae sin control, regresa a la primera fase y repítela. Para las distracciones menores de la mente, date cuenta de que los pensamientos que te distraen no tienen poder, y que tu voluntad tiene todo el poder, y luego reemplaza los pensamientos con tu voluntad de tener éxito. Haz esto con firmeza. “No permitas que tu intención vacile” (4:1). “No dejes que… te desvíe de tu propósito” (5:2).

Esto no se menciona en las instrucciones pero te puede ser útil para preguntar el mensaje de verdad, al comienzo y luego de vez en cuando a lo largo de la práctica. Puedes decir, por ejemplo: “¿Cuál es Tu mensaje para mí hoy?” Incluso puedes usar esta petición como el medio para despejar los pensamientos que te distraen.

Recordatorios frecuentes: Muy a menudo.
Repite la idea como un medio de reafirmar tu determinación a triunfar. Primera mitad del día: la primera lección. Segunda mitad del día: la segunda lección.

Respuesta a la tentación: Cada vez que te sientas tentado a disgustarte.
Repite alguna variación de la idea, modificada para aplicarla a ese disgusto concreto. Puedes usar una de las tres “aplicaciones concretas” (L.rII.In.6:1) que se sugieren después de cada lección. Date cuenta que se refieren a un disgusto concreto. Cada una está dirigida a “esto” que te molesta o a un “nombre” que te molesta. O puedes utilizar tus propias palabras usando una variación de la práctica de dejar que surjan pensamientos relacionados. Simplemente relájate y deja que tu mente te traiga una frase que aplique la esencia de la idea a tu disgusto actual. 

Comentario

Si fui creado a semejanza de mi Creador, entonces “no puedo sufrir, no puedo experimentar pérdidas y no puedo morir. No soy un cuerpo” (1:3-4). Eso tiene sentido. Dios no puede sufrir, ni experimentar pérdida ni morir, y Él no es un cuerpo. Él me creó a semejanza de Sí Mismo (1:8); por lo tanto, esto debe ser verdad acerca de mí. Mi realidad es completamente diferente a lo que yo creo acerca de mí mismo, pues sin duda yo he creído que puedo sufrir o experimentar pérdida o morir, y me he identificado casi por completo con mi cuerpo.

¿Qué es lo que ocasiona y refuerza esta ilusión de mí mismo? Los resentimientos. “El amor no abriga resentimientos” (3:1). Yo soy amor, a semejanza del Amor que me creó; pero cuando elijo guardar un resentimiento, estoy negando mi propia realidad, estoy afirmando que yo no soy amor, porque “los resentimientos son algo completamente ajeno al amor” (3:2). Al hacer eso, estoy afirmando que yo soy lo que creo que he hecho de mí mismo, y sin ser consciente de ello estoy eligiendo sufrir, perder y morir. El único modo en que puedo volver a descubrir mi propia realidad es dejar de abrigar resentimientos. Un resentimiento es un ataque a mi Ser (3:6; 4:4). Afirma que soy algo que no soy.


Si veo lo desagradable, lo no amoroso, o maldad en mis hermanos, me estoy atacando a mí mismo. Si niego lo que son, estoy negando lo que yo soy. Hoy elijo ver a todo el mundo como quiero verme a mí mismo, y como quiero que Dios me vea. Tengo el poder de tomar esta decisión. Veo lo que deseo ver, y hoy deseo ver mi Ser, en mí mismo y en todo el mundo.







TEXTO


VII. El cuerpo como medio de comunicación
 
1. Los ataques son siempre físicos. 2Cuando se infiltra en tu mente cualquier forma de ataque es que estás equiparándote con el cuerpo, ya que ésta es la interpretación que el ego hace de él. 3No tienes que atacar físicamente para aceptar esta interpretación. 4La aceptas por el mero hecho de creer que atacando puedes obtener lo que deseas. 5Si no creyeses esto, la idea del ataque no tendría atractivo alguno para ti. 6Siempre que te equiparas con el cuerpo, experimentas depresión. 7Cuando un Hijo de Dios piensa así de sí mismo se está menospreciando y está haciendo lo mismo con sus hermanos, 8y puesto que sólo puede encontrarse a sí mismo en ellos, está, por lo tanto, negándose a sí mismo la salvación. 

2. Recuerda que para el Espíritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de comunicación. 2Al ser el nexo de comunicación entre Dios y Sus Hijos separados, el Espíritu Santo interpreta todo lo que has hecho a la luz de lo que Él es. 3El ego separa mediante el cuerpo. 4El Espíritu Santo llega a otros a través de él. 5No percibes a tus hermanos tal como el Espíritu Santo lo hace porque no crees que los cuerpos sean únicamente medios para unir mentes, y para unirlas con la tuya y con la mía. 6Esta interpretación del cuerpo te hará cambiar de parecer con respecto al valor de éste. 7El cuerpo, de por sí, no tiene ningún valor.

3. Si usas el cuerpo para atacar, éste se convierte en algo perjudicial para ti. 2Si lo usas con el solo propósito de llegar hasta las mentes de aquellos que creen ser cuerpos para enseñarles a través del mismo cuerpo que eso no es verdad, entenderás el poder de la mente que reside en ti. 3Si usas el cuerpo con este fin, y sólo con este fin, no lo podrás usar para atacar. 4Cuando se usa con el propósito de unir se convierte en una hermosa lección de comu­nión, que tiene valor hasta que la comunión se consuma. 5Ésta es la forma en que Dios hace que lo que tú has limitado sea ilimitado. 6El Espíritu Santo no ve el cuerpo como lo ves tú porque sabe que la única realidad de cualquier cosa es el servicio que le presta a Dios en favor de la función que Él le asigna.

4. La comunicación pone fin a la separación. 2El ataque la fomenta. 3El cuerpo es feo o hermoso, violento o apacible, perju­dicial  o útil, dependiendo del uso que se haga de él. 4en el cuerpo de otro verás el uso que has hecho del tuyo.5Si tu cuerpo se convierte en un medio que pones a disposición del Espíritu Santo para que Él lo use en nombre de la unión de la Filiación, no verás lo físico excepto como es. 6Úsalo para la verdad y lo verás correctamente. 7Úsalo incorrectamente y lo interpretarás mal, lo cual habrás hecho ya al usarlo incorrectamente. 8Interpreta cual­quier cosa sin el Espíritu Santo y desconfiarás de ello. 9Eso te conducirá al odio y al ataque, y hará que pierdas la paz.

5. Toda pérdida, no obstante, procede de los falsos conceptos que albergas, 2pues es imposible perder, sea cual sea la forma en que se manifieste la pérdida. 3Mas cuando ves a un hermano como una entidad física "pierdes" su poder y su gloria así como los tuyos. 4Lo has atacado, pero tienes que haberte atacado a ti mismo primero. 5Por tu propia salvación -que le ha de brindar a él la suya- no lo veas así. 6No dejes que él se menosprecie a sí mismo en tu mente, sino libéralo de su creencia de que es insignificante y así te liberarás tú de la tuya. 7Como parte de ti, él es santo. 8Como parte de mí tú lo eres. 9Entablar comunicación con cualquier parte de Dios es ir más allá del Reino hasta su Creador, gracias a Su Voz, la cual Él ha establecido como parte de ti.

6. Alégrate, por lo tanto, de que no puedas hacer nada por ti mismo, pues no eres de ti mismo. 2La Voluntad de Aquel del que formas parte ha establecido para ti tu, poder y tu gloria. 3Con ellos puedes lograr perfectamente lo que Su santa Voluntad ha dis­puesto para ti, una vez que la aceptes. 4Él no te ha privado de Sus dones, mas tú crees que se los has arrebatado a Él. 5Por amor a Su Nombre, no dejes que ningún Hijo de Dios permanezca oculto, pues Su Nombre es el tuyo.

7. La Biblia dice: "El Verbo (o pensamiento) se hizo carne. 2Estric­tamente hablando. eso es imposible, puesto que parece implicar que un orden de realidad pasó a ser otro. 3Los distintos órdenes de realidad, al igual que los distintos grados de dificultad de los milagros, tan sólo dan la impresión de existir. 4EI pensamiento no se puede convertir en carne excepto mediante una creencia, ya que el pensamiento no es algo físico. 5El pensamiento, no obs­tante, es comunicación, para lo que sí se puede usar el cuerpo 6Éste es el único uso natural que se puede hacer de él. 7Usarlo de forma antinatural es perder de vista el propósito del Espíritu Santo, y confundirse con respecto al objetivo de Su plan de estudios.

8. No hay nada más frustrante para un alumno que un plan de estudios que no pueda aprender. 2Cuando eso ocurre su sensa­ción de ser competente se resiente, y no puede por menos que deprimirse. 3Enfrentarse a una situación de aprendizaje imposible es la cosa más deprimente del mundo. 4De hecho, es la razón por la que, en última instancia, el mundo en sí es deprimente. 5El plan de estudios del Espíritu Santo nunca es deprimente porque es un plan de estudios que produce dicha. 6Siempre que se reac­ciona con depresión ante el aprendizaje es porque se ha perdido de vista el verdadero objetivo del plan de estudios.














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