DESPERTAR AL AMOR

miércoles, 4 de marzo de 2020

4 MARZO: La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.

AUDIOLIBRO


EJERCICIOS


LECCION 63 


La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.


1. ¡Cuán santo eres tú que tienes el poder de brindar paz a todas las mentes! 2¡Cuán bendito eres que puedes aprender a reconocer los medios por lo que esto se puede lograr a través de ti! 3¿Qué otro propósito podrías tener que pudiese brindarte mayor felici­dad?

2. Ciertamente eres la luz del mundo con semejante función. 2El Hijo de Dios apela a ti para su redención. 3En tus manos está poder concedérsela porque te pertenece. 4No aceptes en su lugar ningún propósito trivial ni ningún deseo insensato; o te olvidarás de tu función y dejarás al Hijo de Dios en el infierno. 5No se te está haciendo una petición vana. 6Se te está pidiendo que aceptes la salvación, para que así la puedas dar.

3. Puesto que reconocemos la importancia de esta función, esta­remos más que dispuestos a recordarla tan a menudo como nos sea posible a lo largo del día. 2Empezaremos el día reconociendo nuestra función y lo concluiremos pensando en ella. 3Repetire­mos lo siguiente tantas veces como nos sea posible en el trans­curso del día:

4La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.
5Yo soy el instrumento que Dios ha designado para la salvación del mundo.

4. Si cierras los ojos probablemente te resultará más fácil dejar que acudan a tu mente pensamientos afines, durante el minuto o dos que debes dedicar a reflexionar sobre esto. 2No obstante, no esperes a que se presente tal oportunidad. 3No se debe perder ni una sola ocasión para reforzar la idea de hoy. 4Recuerda que el Hijo de Dios apela a ti para su salvación. 5¿Y quién sino tu Ser es el Hijo de Dios?





Instrucciones para la práctica

Propósito: Ponerte en contacto con el poder de llevar paz a todo el mundo, reconocer los medios con los que puedes hacerlo, y experimentar la felicidad que proviene de ello.

Ejercicio: Tan a menudo como puedas (sugerencia: cada hora, a la hora en punto), durante uno o dos minutos. 

  • Dite a ti mismo: “La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón. Yo soy el instrumento que Dios ha designado para la salvación del mundo”. 
  • Luego usa la práctica que has estado haciendo últimamente: Piensa en las afirmaciones y deja que vengan pensamientos relacionados. Si tu mente se distrae, repite la idea.

Observaciones: Las observaciones sobre cerrar los ojos se mantienen para todas las sesiones de práctica más cortas en el Libro de Ejercicios (excepto las de los ojos abiertos). La razón es sencilla. Por una parte, te beneficiarás más si cierras los ojos, porque te permitirá mayor atención. Por otra parte, si esperas hasta que la situación te permita cerrar los ojos, eso perjudicará a la frecuencia de tu práctica. Así que, cierra los ojos si la situación lo permite; si no, hazla con los ojos abiertos.

Al igual que ayer se nos dice que seamos felices para practicar por la mañana, por la noche y durante el día. Esto se debe a que esta práctica nos pondrá en contacto con nuestra función, y nuestra función es la fuente de nuestra felicidad. Al igual que en la Lección 61, las sesiones de práctica al comienzo y al final del día puedes alargarlas si quieres.

Comentario

¿Has recibido alguna vez el verdadero perdón? No hay nada tan liberador, nada que alivie tanto la mente como ser perdonado de verdad. Si creo que puedo haber ofendido a alguien o causado algún daño con lo que he dicho o hecho, y me responden con verdadero perdón y me ven incluso mejor que lo que yo me veo a mí mismo, eso le da una paz increíble a mi mente. Eso alivia las punzadas de mi culpa. Hay una sensación de amor hacia la otra persona, una alegría de que nuestra relación no se ha dañado sino quizá mejorado.

Tú y yo tenemos el poder de llevar esa paz a todas las mentes. Ésa es nuestra función Podemos permitir que esto se logre a través de nosotros (1:2). ¡Qué propósito más maravilloso le da esto a nuestra vida: llevar paz a todas las mentes a través de nuestro perdón! Podemos liberar a todos a nuestro alrededor del infierno de su propia culpa.

“No aceptes en su lugar ningún propósito trivial ni ningún deseo insensato, o te olvidarás de tu función y dejarás al Hijo de Dios en el infierno” (2:4). Cuando aceptamos un propósito menor, inevitablemente olvidamos el principal. Por ejemplo, podemos estar intentando hacer que alguien actúe de un modo que nos guste, para nuestro propio placer personal. Podemos tener expectativas acerca de lo que alguien debería hacer o decir. Estos propósitos menores pueden hacer que nos olvidemos por completo de nuestra verdadera función de perdonar, y echarle más culpa a la persona cuando no satisface nuestras expectativas.

Necesitamos practicar esta idea cuidadosamente, tan a menudo como podamos, para reforzarla en nuestra mente: “Yo soy el instrumento que Dios ha designado para la salvación del mundo” (3:5). El perdón fluye a través de mí y le lleva paz a todas las mentes con las que me encuentro hoy, ¡que recuerde no impedir que fluya!





TEXTO
   
III. La realidad del Reino
 
1. El Espíritu Santo enseña sólo una lección, y la aplica a todo el mundo y en toda circunstancia. 2Dado que Él está libre de con­flictos, aprovecha al máximo todos los esfuerzos y todos los resultados. 3Al ense
ñarte el poder del Reino de Dios, el Espíritu Santo te enseña que todo poder te pertenece. 4Su aplicación no importa. 5Es siempre máxima. 6Tu vigilancia no establece que el poder sea tuyo, pero te permite usarlo siempre y en cualquier forma que sea. 7Cuando dije: "Estoy siempre con vosotros", lo dije en un sentido muy literal. 8Jamás me aparto de nadie en ninguna situación. 9Y puesto que estoy siempre contigo, tú eres el camino, la verdad y la vida. 10Tú no creaste ese poder, como tam­poco lo creé yo. 11Fue creado para ser compartido, y, por lo tanto, no tiene ningún sentido percibirlo como si fuese el patrimonio de uno solo a expensas de los demás. 12Tal percepción lo desprovee­ría de significado al eliminar o pasar por alto su único y verda­dero significado.

2. El significado de Dios espera en el Reino porque allí es donde Él lo ubicó. 2No espera en el tiempo. 3Simplemente descansa en el Reino porque allí es donde le corresponde estar, al igual que a ti. 4¿Cómo ibas a percibirte a ti mismo como si no formases parte del significado de Dios cuando tú mismo eres ese significado? 5Sólo si te consideras irreal puedes percibirte a ti mismo como separado de tu significado. 6Por esto es por lo que el ego es demente: te enseña que no eres lo que eres. 7Eso es tan contradictorio que es claramente imposible. 8Es, por lo tanto, una lección que no puedes aprender realmente, y que, por consiguiente, no puedes real­mente enseñar. 9Mas siempre estás enseñando. 10Tienes, entonces, que estar enseñando otra cosa, a pesar de que el ego no sabe lo que es. 11El ego, pues, está siendo des-hecho continuamente, y sos­pecha de tus motivos. 12Tu mente no puede estar unificada cuando le es fiel al ego porque la mente no le pertenece a él. 13Sin embargo, lo que para el ego es "traición", para la paz es lealtad. 14El "enemigo" del ego es, por lo tanto, tu amigo.

3. Dije anteriormente que el amigo del ego no forma parte de ti porque el ego se percibe a sí mismo en estado de guerra y, por ende, necesitado de aliados. 2Tú, que no estás en guerra, debes ir en busca de hermanos y reconocer en todo aquel que veas a tu hermano, ya que únicamente los que son iguales están en paz. 3Puesto que los Hijos de Dios gozan de perfecta igualdad, no pue­den competir porque lo tienen todo. 4Sin embargo, si perciben a cualquiera de sus hermanos de cualquier otra forma que no sea con perfecta igualdad es que se ha adentrado en sus mentes la idea de la competencia. 5No subestimes la necesidad que tienes de mantenerte alerta contra esa idea, ya que todos tus conflictos pro­ceden de ella. 6Dicha idea es la creencia de que es posible tener intereses conflictivos, y significa, por lo tanto, que has aceptado que lo imposible es verdad. 7¿No es eso lo mismo que decir que te percibes a ti mismo como si fueses irreal?

4. Estar en el Reino quiere decir que pones toda tu atención en él. 2Mientras sigas creyendo que puedes prestar atención lo que no es cierto, estarás eligiendo aceptar el conflicto. 3Mas ¿es esto real­mente una elección? 4Parece serlo, pero las apariencias y la reali­dad no pueden ser lo mismo. 5Tú, que eres el Reino, no tienes nada que ver con las apariencias. 6La realidad es tuya porque tú eres la realidad. 7De esta manera es como en última instancia tener y ser se reconcilian en tu mente, no en el Reino. "El altar que se encuentra allí es la única realidad. 9El altar es perfectamente inequívoco en el pensamiento porque es un reflejo del Pensamiento perfecto. 10Tu mente recta ve únicamente: hermanos porque ve únicamente en su propia luz.

5Dios Mismo iluminó tu mente, y la mantiene iluminada con Su Luz porque Su Luz es lo que tu mente es. 2Esto está más allá de cualquier duda, y cuando lo pones en duda se te da una res­puesta. 3La Respuesta simplemente cancela la pregunta al estable­cer el hecho de que poner en duda la realidad no tiene sentido. 4De ahí que el Espíritu Santo nunca ponga nada en duda. 5Su única función es eliminar lo cuestionable y, por ende, conducir a la certeza. 6Los que tienen certeza gozan de perfecta calma porque no tienen dudas. 7No cuestionan nada porque en sus mentes no entra nada que sea cuestionable. 8Esto los mantiene en un estado de perfecta serenidad, ya que al saber lo que son, eso es lo que comparten.





TEXTO
   
III. La realidad del Reino
 
1. El Espíritu Santo enseña sólo una lección, y la aplica a todo el mundo y en toda circunstancia. 2Dado que Él está libre de con­flictos, aprovecha al máximo todos los esfuerzos y todos los resultados. 3Al ense
ñarte el poder del Reino de Dios, el Espíritu Santo te enseña que todo poder te pertenece. 4Su aplicación no importa. 5Es siempre máxima. 6Tu vigilancia no establece que el poder sea tuyo, pero te permite usarlo siempre y en cualquier forma que sea. 7Cuando dije: "Estoy siempre con vosotros", lo dije en un sentido muy literal. 8Jamás me aparto de nadie en ninguna situación. 9Y puesto que estoy siempre contigo, tú eres el camino, la verdad y la vida. 10Tú no creaste ese poder, como tam­poco lo creé yo. 11Fue creado para ser compartido, y, por lo tanto, no tiene ningún sentido percibirlo como si fuese el patrimonio de uno solo a expensas de los demás. 12Tal percepción lo desprovee­ría de significado al eliminar o pasar por alto su único y verda­dero significado.

2. El significado de Dios espera en el Reino porque allí es donde Él lo ubicó. 2No espera en el tiempo. 3Simplemente descansa en el Reino porque allí es donde le corresponde estar, al igual que a ti. 4¿Cómo ibas a percibirte a ti mismo como si no formases parte del significado de Dios cuando tú mismo eres ese significado? 5Sólo si te consideras irreal puedes percibirte a ti mismo como separado de tu significado. 6Por esto es por lo que el ego es demente: te enseña que no eres lo que eres. 7Eso es tan contradictorio que es claramente imposible. 8Es, por lo tanto, una lección que no puedes aprender realmente, y que, por consiguiente, no puedes real­mente enseñar. 9Mas siempre estás enseñando. 10Tienes, entonces, que estar enseñando otra cosa, a pesar de que el ego no sabe lo que es. 11El ego, pues, está siendo des-hecho continuamente, y sos­pecha de tus motivos. 12Tu mente no puede estar unificada cuando le es fiel al ego porque la mente no le pertenece a él. 13Sin embargo, lo que para el ego es "traición", para la paz es lealtad. 14El "enemigo" del ego es, por lo tanto, tu amigo.

3. Dije anteriormente que el amigo del ego no forma parte de ti porque el ego se percibe a sí mismo en estado de guerra y, por ende, necesitado de aliados. 2Tú, que no estás en guerra, debes ir en busca de hermanos y reconocer en todo aquel que veas a tu hermano, ya que únicamente los que son iguales están en paz. 3Puesto que los Hijos de Dios gozan de perfecta igualdad, no pue­den competir porque lo tienen todo. 4Sin embargo, si perciben a cualquiera de sus hermanos de cualquier otra forma que no sea con perfecta igualdad es que se ha adentrado en sus mentes la idea de la competencia. 5No subestimes la necesidad que tienes de mantenerte alerta contra esa idea, ya que todos tus conflictos pro­ceden de ella. 6Dicha idea es la creencia de que es posible tener intereses conflictivos, y significa, por lo tanto, que has aceptado que lo imposible es verdad. 7¿No es eso lo mismo que decir que te percibes a ti mismo como si fueses irreal?

4. Estar en el Reino quiere decir que pones toda tu atención en él. 2Mientras sigas creyendo que puedes prestar atención lo que no es cierto, estarás eligiendo aceptar el conflicto. 3Mas ¿es esto real­mente una elección? 4Parece serlo, pero las apariencias y la reali­dad no pueden ser lo mismo. 5Tú, que eres el Reino, no tienes nada que ver con las apariencias. 6La realidad es tuya porque tú eres la realidad. 7De esta manera es como en última instancia tener y ser se reconcilian en tu mente, no en el Reino. "El altar que se encuentra allí es la única realidad. 9El altar es perfectamente inequívoco en el pensamiento porque es un reflejo del Pensamiento perfecto. 10Tu mente recta ve únicamente: hermanos porque ve únicamente en su propia luz.

5Dios Mismo iluminó tu mente, y la mantiene iluminada con Su Luz porque Su Luz es lo que tu mente es. 2Esto está más allá de cualquier duda, y cuando lo pones en duda se te da una res­puesta. 3La Respuesta simplemente cancela la pregunta al estable­cer el hecho de que poner en duda la realidad no tiene sentido. 4De ahí que el Espíritu Santo nunca ponga nada en duda. 5Su única función es eliminar lo cuestionable y, por ende, conducir a la certeza. 6Los que tienen certeza gozan de perfecta calma porque no tienen dudas. 7No cuestionan nada porque en sus mentes no entra nada que sea cuestionable. 8Esto los mantiene en un estado de perfecta serenidad, ya que al saber lo que son, eso es lo que comparten.







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