Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues Tú me rodeas. Y Tu gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba.
Instrucciones para la práctica
Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.
Comentario
“Tú me rodeas”. Cierra los ojos y permanece muy quieto y piensa en el Amor o en la Presencia de Dios como una luz dorada. Imagina que la luz está brillando en frente de ti. Siente su calidez, su luz dorada, como el resplandor del sol en día radiante de verano.
Ahora, hazte consciente de esa misma luz detrás de ti. El Amor de Dios está derramándose sobre ti, por delante y por detrás. Siente su seguridad,
La Presencia de Dios está también a tu derecha y a tu izquierda. Está por todos los sitios a tu alrededor, por encima y por debajo de ti. Estás rodeado por esta luz, sumergido en ella. Lo único que te rodea es la seguridad perfecta (1:5), perfecta bondad. Permítete a ti mismo experimentar cómo se siente todo ello.
En este amor no hay razón para la ira o el miedo. No hay razón para nada excepto la perfecta paz y dicha que compartes con Dios.
La gracia de Dios nos basta para hacer todo lo que Él quiere que hagamos. Y eso es lo único que elegimos como nuestra voluntad, así como la Suya. (2:1-2)
Hoy cada vez que puedas, detente por un momento e imagínate a ti mismo rodeado por el Amor de Dios.
L.pII.13.4:2-3
Tiene que haber fe antes de un milagro: el deseo de verlo, la elección de pedir lo que no puedes ver, y creer que la percepción de nuestro ego es falsa. Pero cuando surge esa fe, cuando estamos en nuestra mente milagrosa, esa fe demostrará que está justificada y lo confirmará:
No obstante, la fe convocará a sus testigos para demostrar que aquello en lo que se basa realmente existe. (4:2)
Cuando pongo mi fe en un milagro, habrá evidencia y testigos para probar que verdaderamente existe aquello en lo que pongo mi fe. Por ejemplo, cuando estoy dispuesto a mirar más allá del ego de mi hermano y ver la llamada de Dios en él, algo sucederá que me demostrará que la llamada de Dios en él está ahí realmente. Quizá mi perdón se encontrará con el agradecimiento. Quizá mi respuesta de amor encontrará el amor volviendo a mí. Quizá veré una chispa de luz en alguien en quien jamás lo creí posible. La fe traerá sus testigos.
Y así, el milagro justificará tu fe en él, y probará que esa fe descansaba sobre un mundo más real que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido de lo que tú pensabas que se encontraba allí. (4:3)
Mi voluntad de creer en la presencia del amor me mostrará la presencia del amor. Veré lo que elijo ver. Veré que el mundo del espíritu es más real que el mundo de la materia. La enfermedad será reemplazada por la salud. La tristeza será reemplazada por la alegría. El miedo será reemplazado por el amor. Y donde creía ver pecado y maldad, veré santidad y bondad.
Es el cambio de mi mente lo que trae un mundo diferente. Es mi voluntad de invitar al milagro la que le abre el camino. Los cambios del mundo que veo no son el milagro, sino sus resultados. El milagro trae testigos, muestra un mundo diferente del que pensé que era. Aunque primero tiene lugar el cambio de mi mente, la fe. Luego los testigos de la fe, justificándola, confirmándola.
V. El único propósito
2. En este mundo se piensa que el entendimiento se consigue mediante el ataque. 2En el mundo real es evidente que atacando es como se pierde, 3y se reconoce claramente la insensatez de tener como objetivo a la culpabilidad. 4En dicho mundo no se desean los ídolos, pues se entiende que la culpabilidad es la única causa de cualquier dolor. 5Nadie sucumbe ante su vana atracción, pues el sufrimiento y la muerte se han percibido como cosas que ya no se desean y por las cuales no vale la pena esforzarse. 6Se ha vislumbrado la posibilidad de liberación y se le ha dado la bienvenida, y ahora por fin se comprenden los medios por los que puede alcanzarse. 7El mundo se convierte en un lugar de esperanza porque su único propósito es ser un lugar donde la esperanza de ser feliz pueda ser colmada. 8Y nadie está excluido de esta esperanza porque todos se han unido en la creencia de que el propósito del mundo es uno que todos tienen que compartir, si es que dicha esperanza ha de ser algo más que un simple sueño.
3. Aún no se recuerda el Cielo totalmente, pues el propósito del perdón todavía necesita alcanzarse. 2Sin embargo, todo el mundo está seguro de que irá más allá del perdón y de que sólo seguirá aquí hasta que éste se perfeccione en él. 3Ese es su único deseo. 4Todo temor ha desaparecido porque él está unido a sí mismo en su propósito. 5Su esperanza de felicidad es tan segura y constante que apenas puede seguir esperando aquí por más tiempo con sus pies aún tocando la tierra. 6Aun así, se siente feliz de poder esperar hasta que todas las manos se hayan unido y todos los corazones estén listos para elevarse e ir con él. 7Pues así es como se prepara para dar el paso con el que se transciende el perdón.
4. El paso final lo da Dios porque únicamente Él pudo crear un Hijo perfecto y compartir Su Paternidad con él. 2Nadie que no se encuentre en el Cielo puede entender esto, pues entenderlo es en sí el Cielo. 3lncluso el mundo real tiene un propósito que se encuentra por debajo de la creación y de la eternidad. 4Pero el miedo ha desaparecido de él porque su propósito es el perdón, no la idolatría. 5Y así, el Hijo del Cielo está listo para ser quien es, y para recordar que el Hijo de Dios sabe todo lo que su Padre entiende y que lo entiende perfectamente junto con Él.
5. El mundo real ni siquiera se aproxima a eso, pues ése es el propósito de Dios, y sólo de Dios, si bien se comparte totalmente y se logra perfectamente. 2El mundo real es un estado en el que la mente ha aprendido cuán fácilmente desaparecen los ídolos, que, aunque todavía se perciben, ya no se desean más. 3¡Cuán fácilmente los puede abandonar la mente que ha comprendido que no son nada, que no están en ninguna parte y que no tienen ningún propósito! 4Pues sólo entonces se puede entender que el pecado y la culpabilidad no tienen propósito alguno y que no significan nada.
6. De esta manera es como el propósito del mundo real se lleva dulcemente hasta tu conciencia para que reemplace al objetivo de pecado y culpabilidad. 2Y el perdón purifica felizmente todo lo que se interponía entre tu imagen de ti mismo y lo que realmente eres. 3Sin embargo, Dios no necesita crear a Su Hijo nuevamente para que a éste se le restituya lo que es suyo. 4Jamás existió brecha alguna entre tu hermano y tú. 5Y el Hijo de Dios volverá a saber lo que supo cuando fue creado.
7. Cuando dos o más hermanos comparten un mismo propósito en el mundo del miedo, se encuentran ya en el umbral del mundo real. 2Puede que aún miren atrás y piensen que ven un ídolo que desean. 3Mas su trayectoria ha sido ya firmemente fijada en dirección contraria a la de los ídolos: hacia la realidad. 4Pues cuando se dieron la mano, fue la mano de Cristo la que tomaron, y contemplarán a Aquel de cuya mano van asidos. 5La faz de Cristo se ve antes de que el Padre se pueda recordar, 6pues Éste permanece en el olvido hasta que Su Hijo haya llegado más allá del perdón hasta el Amor de Dios. 7El Amor de Cristo, no obstante, se acepta primero. 8Y entonces aflora el conocimiento de que Ambos son uno.
8. ¡Cuán fácil y ligero es el paso que te saca de los estrechos confines del mundo del miedo una vez que has reconocido de Quién es la mano de la que vas asido! 2Tienes a mano todo lo necesario para poder alejarte del miedo para siempre con perfecta certeza, y para seguir adelante y llegar cuanto antes a las puertas del Cielo. 3Pues Aquel de Cuya mano vas asido sólo estaba esperando a que te unieses a Él. 4Y ahora que has venido, ¿se demoraría Él en mostrarte el camino que debe recorrer contigo? 5Su bendición descansa sobre ti tan indudablemente como el Amor de Dios descansa sobre Él. 6Su gratitud hacia ti sobrepasa tu entendimiento, pues tú le has permitido liberarse de sus cadenas para que juntos os dirijáis a la morada de Su Padre.
9. Un viejo odio está desapareciendo del mundo. 2Y con él va desapareciendo también todo miedo y rencor. 3No vuelvas la vista atrás, pues lo que te espera más adelante es lo que siempre anhelaste en tu corazón. 4¡Renuncia al mundo! 5Pero no con una actitud de sacrificio, 6pues nunca lo deseaste. 7¿Qué felicidad que jamás buscaste en él no te ocasionó dolor? 8¿Qué momento de satisfacción no se compró con monedas de sufrimiento y a un precio exorbitante? 9La dicha no cuesta nada. 10Es tu sagrado derecho, pues por lo que pagas no es felicidad. 11¡Que la honestidad te acelere en tu camino, y que al contemplar en retrospectiva las experiencias que has tenido aquí no te dejes engañar! 12Por todas ellas hubo que pagar un precio exorbitante y sufrir penosas consecuencias.
10. No mires atrás excepto con honestidad. 2Y cuando un ídolo te tiente, piensa en lo siguiente:
11. La Voluntad de Dios reside para siempre en aquellos cuyas manos están unidas. 2Hasta que se unieron, pensaban que Él era su enemigo. 3Mas cuando se unieron y compartieron un mismo propósito, les fue posible entender que su voluntad es una. 4Y así, la Voluntad de Dios no puede sino llegar hasta sus conciencias. 5Y no van a poder seguir olvidándose por mucho más tiempo de que no es sino la suya propia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario