DESPERTAR AL AMOR

martes, 28 de mayo de 2019

28 MAYO: CUARTO REPASO Repaso a las lecciones 135 y 136

AUDIOLIBRO 


 

EJERCICIOS


LECCION 148

Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.


(135) Si me defiendo he sido atacado.
(136) La enfermedad es una defensa contra la verdad.



Instrucciones para la práctica

Propósito: Prepararnos para la segunda parte del Libro de Ejercicios (que no empieza hasta dentro de ochenta lecciones). El siguiente repaso (Quinto Repaso) habla de esta misma preparación. El Libro de Ejercicios parece dar por sentado que ya hemos pasado la peor parte (ver, por ejemplo, L.122.10:2), y que ahora, con mucha menos resistencia, podemos poner toda la atención en prepararnos para la cumbre del Libro de Ejercicios: la Segunda Parte.

Más largo: 2 (al principio y al final del día), durante siete minutos aproximadamente
.
Primero, pasa cinco minutos pensando en la idea central de este repaso: “Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios”. Acalla tu mente, y repite la idea una y otra vez, muy lentamente, poniendo toda tu atención en su significado. Deja que despeje y sustituya a toda tu habitual manera de pensar. Tus pensamientos habituales (como explican los párrafos 3 y 4) son realmente faltas de perdón disfrazadas. Puesto que estos pensamientos no son de Dios, ocultan la verdad de que tu mente alberga sólo lo que piensas con Dios. Al apartarlos y pensar sólo este pensamiento del Curso, entras en contacto con tu verdadero estado mental, en el que sólo piensa los Pensamientos de Dios. Esto te preparará para un día que refleja ese estado verdadero, en el que los pensamientos que se te ocurren proceden de Dios (ver 6:1-2).

Si tus pensamientos habituales intentan meterse por medio, elimínalos con el pensamiento central. Una sugerencia para estos momentos es usar las imágenes de 4:3. Imagina que tu mente es el océano. Poner uno de tus pensamientos habituales en tu mente es como un niño arrojando un palo al agua. ¿Cómo puede eso cambiar los grandes ritmos del océano (las mareas, el sol calentando el agua, la luna reflejándose sobre la superficie)? ¿Cómo puede eso cambiar los grandes pensamientos que compartes con Dios?
Después de estos cinco minutos, pasa a la segunda fase de la práctica. Lee las dos ideas del repaso, cierra los ojos, y repítelas mentalmente para tus adentros (muy, muy lentamente). Dios ha puesto un regalo dentro de cada palabra. Deja que tu mente reciba ese regalo. “Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado” (7:4). Recibe el pensamiento que Él ha puesto ahí para ti, pues ese recibir es el verdadero estado de tu mente.

El propósito de la primera fase de la práctica es prepararte para esta segunda fase. Al pasar cinco minutos con el pensamiento de Dios, te preparas a ti mismo para ver en las dos ideas únicamente el significado que Dios les ha dado.

Observaciones: Por la noche, repite la misma práctica. Date cuenta de que el pensamiento central ha hecho “de ese día una ocasión especial de bendición” (9:3), tanto para ti como para el mundo, debido a tu práctica llena de fe. Date cuenta también de que duermes rodeada con la gratitud de Dios por tu práctica. Pues ahora estás aprendiendo a reclamar la herencia que Dios te dio.

Más corto: Cada hora, durante un momento de silencio y quietud.
Esta es una pequeña versión de la práctica de la mañana y de la noche. Pasa un momento de quietud y silencio con el pensamiento central, y luego repite las dos ideas del repaso, lentamente, dándote tiempo para ver los preciosos regalos de significado que Dios ha puesto en ellas para ti.

Comentario

Lo que me parecen obstáculos dentro de mi mente, pensamientos fuera de mi control que entorpecen mi camino espiritual, son mis defensas contra la verdad. No entra nada en mi mente sin mi permiso. Nadie está pensando pensamientos en mi mente excepto yo (y Dios). Como nos enseñó la Lección 26, mis pensamientos de ataque atacan mi propia invulnerabilidad (el hecho de que nada me puede hacer daño). Puedo pensar que estoy atacando a otro, pero lo que estoy atacando es mi propia Identidad con Dios.

Mi ego ha fabricado un sistema de defensas muy astuto y con muchas capas en contra de la verdad, y lo ha escondido y disfrazado en la obscuridad. El Curso me presenta el proceso de descubrir estas defensas, hacerme consciente de ellas, juzgarlas como dementes, y abandonarlas. Todas ellas son falsas, y lo que es falso no puede afectar a lo que es verdadero. Debajo de todos los disfraces del ego, mi mente todavía alberga sólo lo que pienso con Dios. El resto es una ilusión complicada sin ningún poder de tener efectos de ningún tipo.

La enfermedad es un sistema de defensa del ego muy efectiva y notable. En la enfermedad, algo que mi mente ha causado parece ser un ataque desde el exterior, un enemigo visible o invisible con muchos efectos visibles en mi cuerpo. Es algo contra lo que me tengo que defender continuamente, y luchar con todos los medios a mi alcance cuando ataca. Tan pronto como se supera una enfermedad, parece surgir otra con efectos aún más devastadores. La mayor parte de la humanidad no está lista para aceptar que la enfermedad es sólo de la mente. Yo mismo no lo he aceptado completamente, mi nivel de miedo es todavía muy alto. Por eso, existen todas las razones para continuar aliviando las enfermedades de las maneras que lo hemos estado haciendo, sin embargo debemos darnos cuenta de que únicamente estamos cambiando los síntomas sin eliminar la causa. Sólo cuando cada vez más de nosotros empecemos a darnos cuenta de que nuestra mente alberga sólo lo que pensamos con Dios, y que todo lo que parece no proceder de Dios es una ilusión que hemos creado nosotros, entonces empezará a desaparecer la necesidad del enfoque conciliatorio de usar la medicina física.

Hoy con mi práctica estoy contribuyendo a la curación final de toda enfermedad. Cuando saco a la luz mis propias defensas internas, que en realidad son formas de ataque a mí mismo, y las abandono, estoy colaborando con el poder de Dios para liberar a la humanidad de la enfermedad, y no sólo de la enfermedad sino también de cada sistema de defensa basada en el ego contra la verdad. Cuando despejo mi mente de todo pensamiento engañoso (L.rIV.In.5:2), y pongo Su Mente a cargo de todos los pensamientos que recibo (L.rIV.In.5:4), no estoy trabajando solo. “Éstos (los pensamientos) no procederán únicamente de ti, pues los compartirás con Él” (L.rIV.In.6:1).

Que dedique los momentos destinados a recordar la verdadera Fuente de todos mis pensamientos, y permita al Espíritu Santo apartar las telarañas del engaño de mi mente. Que dedique cinco minutos por la mañana a “encauzar el día según las pautas que Dios ha fijado” (L.rIV.In.5:4). Cada vez que lo hago, cada día que recuerdo mi práctica, me acerco y todo el mundo junto conmigo al día en que todo engaño desaparecerá ante la luz.






TEXTO



Capítulo 14

LAS ENSEÑANZAS EN FAVOR DE LA VERDAD



Introducción



1. Sí, en verdad eres bendito. 2Mas en este mundo no te das cuenta de ello. 3No obstante, tienes los medios para aprender que lo eres y verlo claramente. 4El Espíritu Santo usa la lógica con tanta facilidad y eficacia como lo hace el ego, salvo que Sus conclusiones no son dementes. 5Éstas toman una dirección diametralmente opuesta y apuntan tan claramente hacia el Cielo como el ego apunta hacia las tinieblas y la muerte. 6Hemos examinado gran parte de la lógica del ego y hemos visto sus conclusiones lógicas. 7Y habiéndolas visto, nos hemos dado cuenta de que tales conclu­siones no se pueden ver excepto en ilusiones, pues sólo ahí parece verse claramente su aparente claridad. 8Démosles la espalda ahora y sigamos la simple lógica que el Espíritu Santo utiliza para enseñar las sencillas conclusiones que hablan en favor de la ver­dad y sólo de la verdad.



I. Las condiciones del aprendizaje

 

1. Si eres bendito y no lo sabes, necesitas aprender que cierta­mente lo eres. 2El conocimiento no es algo que se pueda enseñar, pero sus condiciones se tienen que adquirir, pues eso fue lo que desechaste. 3Puedes aprender a bendecir; pero no puedes dar lo que no tienes. 4Por lo tanto, si ofreces una bendición, primero te tiene que haber llegado a ti. 5tienes también que haberla aceptado como tuya, pues, de lo contrario, ¿cómo podrías darla? 6Por eso es por lo que los milagros dan testimonio de que eres bendito. 7Si perdonas completamente es porque has abandonado la culpa­bilidad, al haber aceptado la Expiación y haberte dado cuenta de que eres inocente. 8¿Cómo ibas a percatarte de lo que se ha hecho por ti, sin tú saberlo, a menos que hicieses lo que no podrías sino hacer si se hubiese hecho por ti?

2. En un mundo nacido de la negación y carente de dirección se necesitan pruebas indirectas de la verdad. 2Percibirás la necesidad de esto si te das cuenta de que la negación es la decisión de no querer saber. 3La lógica del mundo, por lo tanto, no puede sino conducir a la nada, pues su meta es la nada. 4Si decides ser tan sólo un sueño y no tener ni dar nada más que eso, te verás obligado a dirigir tus pensamientos hacia el olvido total. 5Pero si lo eres todo y eso es lo que tienes y lo que das, y aun así lo niegas, es porque tu sistema de pensamiento se ha desconectado total­mente de la verdad y se ha separado de ella. 6Éste es un mundo demente y no debes subestimar la magnitud de su demencia. 7No hay ninguna área de tu percepción que no se haya visto afectada, y tu sueño es sagrado para ti. 8Por eso es por lo que Dios puso al Espíritu Santo en ti, allí donde tú pusiste el sueño. 

3. La vista se dirige siempre hacia el exterior. 2Si no tuvieses más pensamientos que los tuyos propios, el sistema de pensamiento que engendraste sería eternamente tenebroso. 3Los pensamientos que la mente del Hijo de Dios proyecta o extiende disponen de todo el poder que él les confiere. 4Los pensamientos que comparte con Dios están más allá de sus creencias, pero los que conci­bió por su cuenta son sus propias creencias. 5Y son éstas, y no la verdad, las que él ha elegido defender y amar. 6Al Hijo de Dios no se le despojará de sus creencias. 7Pero él puede renunciar a ellas, pues la Fuente para desvanecerlas mora en él. 8No hay nada en el mundo que pueda enseñarle que la lógica del mundo es totalmente demente y que no lleva a ninguna parte. 9Pero en él, que "ideó" esa lógica demente, mora Uno que sabe que dicha lógica no lleva a ninguna parte, pues Él lo sabe todo.

4. Cualquier dirección que conduzca a donde el Espíritu Santo no te conduce no lleva a ninguna parte. 2Cualquier cosa que nie­gues que el Espíritu Santo sepa que es verdad, te la estás negando a ti mismo, y Él tiene que enseñarte, por lo tanto, a no negarla. 3El proceso de des-hacimiento es indirecto, tal como lo es el de fabri­car. 4Fuiste creado, sólo para crear, no para ver ni para fabricar nada. 5Éstas no son sino expresiones indirectas de la voluntad de vivir, que ha sido obstaculizada por el caprichoso y profano deseo de morir y matar, el cual tu Padre no comparte contigo. 6Te has .impuesto a ti mismo la tarea de compartir lo que no se puede compartir. 7Y mientras sigas pensando que puedes aprender a hacerlo, no creerás todo lo que sí se puede aprender a hacer.


5. El Espíritu Santo, por lo tanto, tiene que comenzar Sus enseñan­zas mostrándote lo que nunca podrás aprender. 2Su mensaje no es indirecto, pero Él tiene que introducir la simple verdad en un sis­tema de pensamiento que se ha vuelto tan distorsionado y tan complejo, que no puedes ni darte cuenta de que no significa nada. 3Él simplemente contempla sus cimientos y los descarta. 4Pero tú que no puedes deshacer lo que hiciste, ni escaparte de la pesada carga de embotamiento que ocupa tu mente, no puedes ver más allá de tu propio sistema de pensamiento. 5Éste te engaña porque elegiste engañarte a ti mismo. 6Los que eligen dejarse engañar, simplemente atacarán los enfoques directos porque éstos parecen poder adentrarse en el engaño y socavarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario