EJERCICIOS
LECCIÓN 276
Se me ha dado la Palabra de Dios para que la comparta.
1. ¿Qué dice la Palabra de Dios? 2"Mi Hijo es tan puro y santo como Yo Mismo." 3Así fue como Dios se convirtió en el Padre del Hijo que Él ama, pues así fue como lo creó. 4Ésta es la Palabra que el Hijo no creó con el Padre, pues nació como resultado de ella. 5Aceptemos Su Paternidad, y todo se nos dará. 6Mas si negamos que fuimos creados en Su Amor, estaremos negando nuestro Ser, y así, no tendremos certeza acerca de quiénes somos, Quién es nuestro Padre y cuál es nuestro propósito aquí. 7No obstante, sólo con que reconozcamos a Aquel que nos dio Su Palabra en nuestra creación, Su recuerdo aflorará de nuevo en nuestras mentes y así podremos recordar a nuestro Ser.
2. Padre, he hecho mía Tu Palabra. ?Y es ésta la que les quiero compartir a todos mis hermanos, quienes me fueron confiados para que los amara como si fuesen míos, tal como yo soy amado, bendecido y salvado por Ti.
1. Ser especial implica una falta de confianza en todo el mundo excepto en ti mismo. 2Depositas tu fe exclusivamente en ti. 3Todo lo demás se convierte en tu enemigo: temido y atacado, mortal y peligroso, detestable y merecedor únicamente de ser destruido. 4Cualquier gentileza que este enemigo te ofrezca no es más que un engaño, pero su odio es real. 5Al estar en peligro de destrucción tiene que matar, y tú te sientes atraído hacia él para matarlo primero. 6Tal es la atracción de la culpabilidad. 7Ahí se entrona a la muerte como el salvador; la crucifixión se convierte ahora en la redención, y la salvación no puede significar otra cosa que la destrucción del mundo con excepción de ti mismo.
2. ¿Qué otro propósito podría tener el cuerpo sino ser especial? 2Esto es lo que hace que sea frágil e incapaz de defenderse a sí mismo. 3Fue concebido para hacer que tú fueses frágil e impotente. 4La meta de la separación es su maldición. 5Los cuerpos, no obstante, no tienen metas. 6Tener propósitos es algo que es sólo propio de la mente. 7Y las mentes pueden cambiar sí así lo desean. 8No pueden cambiar sus cualidades inherentes ni sus atributos, 9pero sí pueden cambiar el propósito que persiguen, y al hacer eso, los estados corporales no pueden sino cambiar también. 10El cuerpo no puede hacer nada por su cuenta. 11Considéralo un medio de herir, y será herido. 12Considéralo un medio para sanar y sanará.
3. Sólo puedes hacerte daño a ti mismo. 2Hemos repetido esto con frecuencia, pero todavía resulta difícil de entender. 3A las mentes empeñadas en ser especiales les resulta imposible entenderlo. 4Pero a las que desean curar y no atacar les resulta muy obvio. 5El propósito del ataque se halla en la mente, y sus efectos sólo se pueden sentir allí donde se encuentra dicho propósito. 6La mente no es algo limitado, y a eso se debe que cualquier propósito perjudicial le haga daño a toda ella cual una sola. 7Nada podría tener menos sentido para los que se creen especiales. 8Nada podría tener mayor sentido para los milagros. 9Pues los milagros no son sino el resultado de cambiar del propósito de herir al de sanar. 10Este cambio de propósito pone "en peligro" el especialismo, pero sólo en el sentido de que la verdad supone una "amenaza" para todas las ilusiones. 11Ante ella no pueden quedar en pie. 12No obstante, ¿qué consuelo encontraste jamás en ellas para que le niegues a tu Padre el regalo que te pide y para que en lugar de dárselo a Él se lo des a ellas? 13Si se lo das a Él, el universo es tuyo. 14Si se lo das a las ilusiones, no recibes ningún regalo a cambio. 13Lo que le has dado a tu especialismo te ha llevado a la bancarrota, dejando tus arcas yermas y vacías, con la tapa abierta invitando a todo lo que quiera perturbar tu paz a que entre y destruya.
4. Te dije anteriormente que no te detuvieses a examinar los medios con los que se logra la salvación, ni cómo se alcanza ésta. 2Pero examina detenidamente si es tu deseo ver a tu hermano libre de pecado. 3Para todo aquel que se cree especial la respuesta tiene que ser "no". 4Un hermano libre de pecado es enemigo de su especialismo, mientras que el pecado, de ser posible, sería su amigo. 5Los pecados de tu hermano justificarían tu especialismo y le darían el significado que la verdad le niega. 6Todo lo que es real proclama que él es incapaz de pecar. 7Todo lo que es falso proclama que sus pecados son reales. 8Si es un pecador, tu realidad entonces no es real, sino únicamente un sueño de que eres especial que dura sólo un instante, antes de desmoronarse y convertirse en polvo.
5. No defiendas este sueño insensato, en el que Dios se halla privado de lo que ama y tú te encuentras más allá de la posibilidad de salvarte. 2Lo único que es seguro en este mundo cambiante que no tiene sentido en la realidad es esto: cuando no estás completamente en paz, o cuando experimentas cualquier clase de dolor, es que has percibido un pecado en tu hermano y te has regocijado por lo que creíste ver en él. 3Tu sensación de ser especial pareció estar a salvo a causa de ello. 4Y así, salvaste a lo que habías designado como tu salvador y crucificaste al que Dios te dio en su lugar. 5Y de este modo, estás en la misma encrucijada que él, pues sois un solo ser. 6Por lo tanto, el especialismo es su "enemigo” así como el tuyo.
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