DESPERTAR AL AMOR

lunes, 28 de octubre de 2019

28 OCTUBRE: Y Dios Mismo enjugará todas las lágrimas.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS 


9. ¿Qué es el Segundo Advenimiento?


1. El Segundo Advenimiento de Cristo, que es tan seguro como Dios, es simplemente la corrección de todos los errores y el resta­blecimiento de la cordura. 2Es parte de la condición que reins­taura lo que nunca se perdió y re-establece lo que es eternamente verdad. 3Es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios para que ocupe el lugar de las ilusiones: la señal de que estás dis­puesto a dejar que el perdón descanse sobre todas las cosas sin excepción y sin reservas.

2. La naturaleza totalmente inclusiva del Segundo Advenimiento de Cristo es lo que le permite envolver al mundo y mantenerte a salvo en su dulce llegada, la cual abarca a toda cosa viviente junto contigo. 2La liberación a la que el Segundo Advenimiento da lugar no tiene fin, pues la creación de Dios es ilimitada. 3La luz del perdón ilumina el camino del Segundo Advenimiento porque refulge sobre todas las cosas a la vez y cual una sola. 4Y así, por fin, se reconoce la unidad.

3. El Segundo Advenimiento marca el fin de las enseñanzas del Espíritu Santo, allanando así el camino para el juicio Final, en el que el aprendizaje termina con un último resumen que se exten­derá más allá de sí mismo hasta llegar a Dios. 2En el Segundo Advenimiento todas las mentes se ponen en manos de Cristo, para serle restituidas al espíritu en el nombre de la verdadera creación y de la Voluntad de Dios.

4. El Segundo Advenimiento es el único acontecimiento en el tiempo que el tiempo mismo no puede afectar. 2Pues a todos los que vinieron a morir aquí o aún han de venir, o a aquellos que están aquí ahora, se les libera igualmente de lo que hicieron. 3En esta igualdad se reinstaura a Cristo como una sola Identidad, en la Cual los Hijos de Dios reconocen que todos ellos son uno solo. 4Y Dios el Padre le sonríe a Su Hijo, Su única creación y Su única dicha.

5. Ruega, pues, por que el Segundo Advenimiento tenga lugar pronto, pero no te limites a eso. 2Pues necesita tus ojos, tus oídos, tus manos y tus pies. 3Necesita tu voz. 4Pero sobre todo, necesita tu buena voluntad. 5Regocijémonos de que podamos hacer la Vo­luntad de Dios y unirnos en Su santa luz. 6¡Pues mirad!, el Hijo de Dios es uno solo en nosotros, y podemos alcanzar el Amor de nuestro Padre a través de él.




AUDIOLIBRO




EJERCICIOS 


LECCIÓN 301


Y Dios Mismo enjugará todas las lágrimas.


1. Padre, a menos que juzgue no puedo sollozar. 2Tampoco puedo experi­mentar dolor o sentirme abandonado o creer que no se me necesita en este mundo. 3Éste es mi hogar porque no lo juzgo, y, por lo tanto, es únicamente lo que Tú quieres que sea. 4Hoy lo quiero contemplar sin condenarlo, a través de ojos felices que el perdón haya liberado de toda distorsión. 5Hoy quiero ver Tu mundo en lugar del mío. 6Y me olvidaré de todas las lágrimas que he derramado, pues su fuente ha desaparecido. 7Padre, hoy no juzgaré Tu mundo.                                `

2. El mundo de Dios es un mundo feliz. 2Los que lo contemplan pueden tan sólo sumar a él su propia dicha y bendecirlo por ser causa de una mayor dicha para ellos. 3Llorábamos porque no entendíamos. 4Pero hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso, y hoy vamos a contemplar el de Dios.






Instrucciones para la práctica

Este es tu recordatorio mensual de repasar las instrucciones de la práctica. Recuerda, estas instrucciones exponen con detalle las costumbres o hábitos de la práctica diaria que el Libro de Ejercicios está intentando ayudarnos a formar. Si no creas estas costumbres o hábitos, te pierdes lo principal de todo el programa de entrenamiento.

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios

Comentario

El título de esta lección es una cita del Libro de las Revelaciones de la Biblia, versos 7:17 y 21:4. Todos hemos derramado lágrimas en nuestra vida, algunos más que otros. Años atrás, cuando creía en el infierno, solía preguntarme cómo podría Dios enjugar mis lágrimas cuando personas que yo conocía y amaba estaban en el tormento eterno. Solía preguntarme cómo podía Dios ser feliz si la mayoría de Sus criaturas habían sido agarradas por el demonio. Supongo que hacerme esas preguntas es por lo que ya no creo más en esas cosas.

Pero ¿cómo puede Dios enjugar todas las lágrimas? Cuando miramos a nuestro alrededor con nuestra percepción “normal” (deformada por el ego), parece imposible no derramar algunas lágrimas, por lo menos, por el sufrimiento y la injusticia de la vida y la muerte. La respuesta del Curso es que ya no veremos con esa percepción, veremos con una nueva clase de visión.

“A menos que juzgue no puedo sollozar” (1:1). ¿Cómo enjugará nuestras lágrimas? Eliminando todo juicio de nuestra mente.

Miramos al mundo y lo juzgamos. Lo juzgamos injusto y enemigo nuestro. Juzgamos que unos son los que atacan y otros las víctimas. La mayoría de nosotros consideramos todo eso real. Si el pecado y el sufrimiento son reales en el análisis final, entonces las lágrimas son inevitables. “Pero hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso” (2:4). No real, sino falso. Es una ilusión que hemos proyectado, únicamente existe en mi mente. No puedo culparlo por mi sufrimiento porque el único que me he atacado soy yo. El único que ha sido injusto soy yo. Estoy viendo en el mundo un reflejo de lo que creo que he hecho en relación con Dios y con mis hermanos, y nada más que eso. Cuando aprenda a perdonar al mundo y a aceptar la Expiación para mí mismo, ya no veré el mundo de esa manera.

Me parece que Jesús nos habla desde una posición elevada y me está incluyendo a mí en esa posición. No creo que ya he aprendido la irrealidad del mundo todavía, el mundo todavía me parece bastante real, y todavía lloro. El Curso me asegura que una parte de nuestra mente (la única parte que de verdad es real) ya está despierta, y ya sabe que el mundo que vemos es falso. Jesús representa esa parte de nuestra mente que está despierta.

Sin embargo, basado en las afirmaciones del Curso sé que: veré el mundo de esta manera. Llegará el día en que:

No puedo sollozar. Tampoco puedo experimentar dolor o sentirme abandonado o creer que no se me necesita en este mundo. (1:1-2)

Puedo verlo así en cualquier momento que lo elija, en el instante santo, y estoy aprendiendo a permitir que mi percepción sea transformada de acuerdo con esa visión cada día más.

Si parece hipócrita repetir la oración de la lección de hoy, diciendo: “hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso” (2:4), piensa de nuevo en esa opinión. Puedes decir: “Pero no lo creo, todavía no lo he aprendido, ¿cómo puedo decirlo?” ¡Por supuesto que no lo crees! Por eso es por lo que estás haciendo la lección. Si ya lo creyeras, no necesitarías la lección. Sólo durante un instante, deja a un lado tu incredulidad. Imagínate cómo sería saber que toda la fealdad del mundo no es real, que no es nada más que un mal sueño, un viaje feo y amargo, y que no ha sucedido nada realmente, que no se ha perdido nada, y que nadie ha sido herido. Sólo las imágenes proyectadas murieron, la realidad de la vida no ha sido cambiada por el sueño. Sumérgete por un instante en ese estado mental. Esos breves instantes serán suficientes para llevarte al hogar.


¿Qué es el Segundo Advenimiento? (Parte 1)

L.pII.9.1:1-2

La postura del Curso acerca del Segundo Advenimiento es completamente diferente de la mayoría de las enseñanzas de las iglesias cristianas tradicionales. Habitualmente se refiere a una segunda aparición física de Jesús, volviendo (generalmente de una manera sobrenatural, “en nubes de gloria”) para ser el juez y el amo y señor del mundo. Esta sección del Libro de Ejercicios lo define de manera completamente diferente. (El Curso se caracteriza por definir de manera diferente y dar nuevo contenido a la mayoría de las ideas fundamentales del cristianismo). Aquí, el Segundo Advenimiento es:

1. La corrección de los errores (1:1)

En lugar de ser un acontecimiento desastroso que vence al demonio en la batalla del Apocalipsis, el Segundo Advenimiento es una tierna corrección de nuestras creencias equivocadas acerca de la realidad del pecado y de la separación. La antigua creencia del Segundo Advenimiento consideraba al demonio como una fuerza real con una terrible energía propia, una voluntad opuesta a Dios, una voluntad contra la que había que luchar y vencer. El Curso, al considerar el Segundo Advenimiento como la corrección de los errores, no considera al mal como una fuerza real. La oscuridad no es una cosa, ni una sustancia, es únicamente la ausencia de luz. Así que, desde el punto de vista del Curso, el mal no es un opuesto a Dios, sino sólo un error, sólo la idea equivocada de que puede haber un opuesto a Dios. Entonces, el Segundo Advenimiento es simplemente la corrección de esa idea equivocada. No hay nada que vencer ni derrocar. El Segundo Advenimiento simplemente“reinstaura lo que nunca se perdió y re-establece lo que es eternamente verdad” (1:2).

2. El restablecimiento de la cordura (1:2)

Todas las mentes que han albergado la idea demente de la separación de Dios, serán sanadas de sus errores. En el Curso, el Segundo Avenimiento es un acontecimiento compartido cuando se acabe el tiempo. Es el momento en el que a cada aspecto de la mente del Hijo de Dios que en su locura ha creído estar separado, se le restaura a su consciencia de unidad con todos los otros aspectos de la única mente. Este aspecto compartido se muestra en frases de esta sección más tarde: el momento en que “todas las mentes se ponen en manos de Cristo” (3:2), “los Hijos de Dios reconocen que todos ellos son uno solo” (4:3). Mientras que cualquier parte de la mente única no haya sanado, no se manifiesta la plenitud de Cristo. La “restauración a la cordura” habla de toda la Filiación volviendo a la consciencia de su unidad.

Este aspecto de “Completo” del mensaje del Curso es la motivación para que cada uno de nosotros extendamos la sanación al mundo. Sin nuestros hermanos no podemos conocer completamente nuestra Identidad, pues todos ellos son parte de nuestra misma Identidad. La sanación de mi hermano es la mía. Nadie puede quedar fuera del Círculo de la Expiación. Nadie es excluido.

Eres el Hijo de Dios, un solo Ser, con un solo Creador y un solo objetivo: brindar a todas las mentes la conciencia de esta unidad, de manera que la verdadera creación pueda extender la Totalidad y Unidad de Dios. (L.95.12:2).






TEXTO 

VIII. La inminencia de la salvación


1. El único problema pendiente es que todavía ves un intervalo entre el momento en que perdonas y el momento en que recibes los beneficios que se derivan de confiar en tu hermano. 2Esto tan sólo refleja la pequeña distancia que aún deseas interponer entre vosotros para que os mantenga un poco separados. 3Pues el tiempo y el espacio son la misma ilusión, pero se manifiestan de forma diferente. 4Si se ha proyectado más allá de tu mente, pien­sas que es el tiempo. 5Cuanto más cerca se trae a tu mente, más crees que es el espacio.

2. Quieres conservar cierta distancia entre vosotros para que os mantenga separados, y percibes ese espacio como el tiempo por­que aún crees que eres algo externo a tu hermano. 2Eso hace que la confianza sea imposible. 3no puedes creer que la confianza podría resolver cualquier problema ahora mismo. 4Crees, por lo tanto, que es más seguro seguir siendo un poco cauteloso y conti­nuar vigilando lo que percibes como tus intereses separados. 5Desde esta perspectiva te es imposible concebir que puedas obte­ner lo que el perdón te ofrece ahora mismo. 6En el intervalo que crees que existe entre dar el regalo y recibirlo parece que tienes que sacrificar algo y perder por ello. 7Ves la salvación como algo que tendrá lugar en el futuro, pero no ves resultados inmediatos.

3. Sin embargo, la salvación es inmediata. 2A no ser que la perci­bas así, tendrás miedo de ella, creyendo que, entre el momento en que aceptas su propósito como el tuyo propio y el momento en que sus efectos llegan hasta ti, el riesgo de pérdida es inmenso. 3De esta manera, el error que da lugar al miedo sigue oculto. 4La salvación eliminaría la brecha que todavía percibes entre vosotros y permitiría que os convirtieseis en uno instantáneamente. 5Y es ésto lo que crees que supondría una pérdida. 6No proyectes este temor en el tiempo, pues el tiempo no es el enemigo que tú perci­bes. 7El tiempo es tan neutral como el cuerpo, salvo en lo que respecta al propósito que le asignas. 8Mientras todavía quieras conservar un pequeño espacio entre vosotros, querrás tener un poco más de tiempo en el que aún puedas negar el perdón. 9Y esto no podrá sino hacer que el intervalo que transcurre entre el momento en que niegas el perdón y el momento en que lo otor­gas parezca peligroso, y el terror, justificado.

4. Mas el espacio que hay entre vosotros es evidente sólo en el presente, ahora mismo, y no se puede percibir en el futuro. 2Tam­poco es posible pasarlo por alto, excepto en el presente. 3No es lo que puedas perder en el futuro lo que temes. 4Lo que te aterroriza es unirte en el presente. 5¿Quién puede sentir desolación, excepto en el momento presente? 6Una causa futura aún no tiene efectos. 7Por lo tanto, eso quiere decir que si sientes temor, su causa se encuentra en el presente. 8Y es esa causa la que necesita correc­ción, no un estado futuro.

5. Todos los planes que haces para tu seguridad están centrados en el futuro, donde no puedes planear. 2Todavía no se le ha asig­nado ningún propósito al futuro, y lo que va a ocurrir aún no tiene causa. 3¿Quién puede predecir efectos que no tienen causa? 4¿Y quién podría tener miedo de dichos efectos a no ser que pen­sase que éstos ya han sido causados y los juzgase como desastro­sos ahora? 5La creencia en el pecado da lugar al miedo, y, al igual que su causa, mira hacia adelante y hacia atrás, pero pasa por alto lo que se encuentra aquí y ahora. 6Su causa, sin embargo, sólo puede estar aquí y ahora si sus efectos ya se han juzgado como temibles. 7Mas cuando se pasa esto por alto se protege la causa y se la mantiene alejada de la curación. 8Pues el milagro es algo que es ahora. 9Se encuentra ya aquí, en gracia presente, dentro del único intervalo de tiempo que el pecado y el miedo han pasado por alto, pero que, sin embargo, es el único tiempo que hay.

6. Llevar a cabo la corrección en su totalidad no requiere tiempo en absoluto. 2Pero aceptar que la corrección se puede llevar a cabo parece prolongarse una eternidad. 3El cambio de propósito que el Espíritu Santo le brindó a tu relación encierra en sí todos los efectos que verás. 4Éstos se pueden ver ahora. 5¿Por qué espe­rar a que se manifiesten en el transcurso del tiempo, temiendo que tal vez no se den, cuando ya se encuentran aquí? 6Se te ha dicho que todo lo que procede de Dios es para el bien. 7Sin embargo, parece como si no fuera así. 8No es fácil dar crédito de antemano al bien que se presenta en forma de desastre, 9ni es ésta una idea que tenga sentido.

7. ¿Por qué habría de aparecer el bien en forma de mal? 2¿Y no sería un engaño si lo hiciese? 3Su causa está aquí, si es que apa­rece en absoluto. 4¿Por qué, entonces, no son evidentes sus efec­tos? 5¿Por qué razón se ven en el futuro? 6Y procuras contentarte con suspirar y "razonar" que no entiendes esto ahora, pero que algún día lo entenderás 7que su significado te resultará claro entonces. 8Esto no es razonar, pues es injusto, y alude claramente al castigo hasta que el momento de la liberación sea inminente. 9Pero puesto que el propósito de la relación ha cambiado ahora para el bien, no hay razón para un intervalo en que azote el desastre, el cual se percibirá algún día como algo "bueno", aun­que ahora se perciba como doloroso. 10Esto es un sacrificio del ahora, que no puede ser el precio que el Espíritu Santo exige por lo que ha dado gratuitamente.

8Esta ilusión, no obstante, tiene una causa que, aunque falsa, tiene que estar en tu mente ahora. 2esta ilusión es tan sólo un efecto que tu mente engendra y una forma de percibir su resul­tado. 3Este intervalo de tiempo, en el que se percibe la represalia como la forma en la que se presenta el "bien", es sólo un aspecto de la diminuta brecha que hay entre vosotros, la cual todavía no se ha perdonado.

9. No te contentes con la idea de una felicidad futura. 2Eso no significa nada ni es tu justa recompensa. 3Pues hay causa para ser libre ahora. 4¿De qué sirve la libertad en forma de aprisiona­miento? 5¿Por qué habría de disfrazarse de muerte la liberación? 6La demora no tiene sentido, y el "razonamiento" que mantiene que los efectos de una causa presente se tienen que posponer hasta un momento futuro, es simplemente una negación del hecho de que causa y consecuencia tienen que darse simultánea­mente. 7No es del tiempo de lo que te tienes que liberar, sino de la diminuta brecha que existe entre vosotros. 8Y no dejes que ésta se disfrace de tiempo, y que de este modo se perpetúe, ya que al haber cambiado de forma no se puede reconocer como lo que es. 9El propósito del Espíritu Santo es ahora el tuyo. 10¿No debería ser Su felicidad igualmente tuya?






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