DESPERTAR AL AMOR

sábado, 20 de junio de 2020

20 JUNIO: QUINTO REPASO. Repaso de las lecciones 151 y 152

AUDIOLIBRO
 



EJERCICIOS

QUINTO REPASO

 

Introducción



1. Ahora iniciamos otro repaso. 2Esta vez estamos listos para poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño: 3Reconocemos que nos estamos preparando para un nuevo nivel de entendimiento. 4Queremos dar este paso resuelta­mente, para poder seguir adelante con mayor certeza, mayor sin­ceridad y mayor fe. 5Nuestros pasos han sido inciertos, y las dudas nos han hecho andar con lentitud e inseguridad por el camino que este curso señala. 6Pero ahora vamos a ir más de prisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a un propósito más firme y a una meta más segura.

2. Padre nuestro, afianza nuestros pasos. 2Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes, y háblanos. 3No tenemos nada que decirte, 4pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. 5Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, 6pero que aun así, el hijo lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino.

3. De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. 2Si trope­zamos, Tú nos levantarás. 3Si se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. 4Y si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos. 5Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. 6Y aceptamos la Palabra que Tú nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que Tú nos has dado.

4. He aquí -al final de este párrafo- el pensamiento que debe preceder a los pensamientos que vamos a repasar. 2Cada uno de éstos clarifica algún aspecto de dicho pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más descriptivo del santo Ser que compartimos y que ahora nos preparamos para conocer de nuevo:

3Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo.

4Sólo este Ser conoce el amor. 5Sólo sus pensamientos son perfec­tamente congruentes; sólo ese Ser conoce a Su Creador, se com­prende a Sí Mismo y goza de un conocimiento y amor perfectos, así como de un estado de unión constante con Su Padre y Con­sigo Mismo.

5. Y Eso es lo que nos espera al final de la jornada. 2Cada paso que damos nos acerca un poco más. 3Este repaso acortará el tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que Eso es nuestra meta y que a medida que lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos acercamos. 4Levantemos de las cenizas nuestros corazones y dirijámoslos hacia la vida, recordando que Eso es lo que se nos promete, y que este curso nos fue enviado para allanar el sendero de la luz y enseñarnos, paso a paso, cómo regresar al eterno Ser que creíamos haber perdido.

6. Yo te acompaño en esta jornada. 2Pues por el momento com­parto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. 3Caminamos juntos. 4Es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. 5Sin embargo, un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos ven, pero conser­vando en su mente el camino que lo condujo a su propia libera­ción, y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él. 6Al Hijo de Dios se le sigue crucificando hasta que camines por esta senda conmigo.

7. Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a un hermano sin contratiempo alguno allí donde la jornada termina para ya no recordarse más. 2Me siento renovado cada vez que un hermano aprende que hay un camino que nos libera a todos de la aflicción y del dolor. 3Y renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me busca. 4No me he olvidado de nadie. 5Ayúdame ahora a conducirte de regreso allí donde la jornada empezó para que puedas llevar a cabo otra elección conmigo.

8. Libérame mientras practicas una vez más los pensamientos que te he traído de Aquel que ve tu extrema necesidad, y que conoce la respuesta que Dios le ha dado. 2Juntos repasaremos estos pen­samientos. 3Juntos les dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. 4Y juntos se los enseñaremos a nuestros hermanos. 5Dios no permiti­ría que en el Cielo faltase nada. 6Éste te está esperando, al igual que yo. 7Sin ti yo estoy incompleto. 8Conforme me complete regresaremos juntos a nuestro hogar ancestral, el cual se preparó para nosotros desde antes de que el tiempo comenzara, y se ha mantenido a salvo de los azotes de éste, así como inmaculado y seguro, tal como será cuando al tiempo le llegue su fin.

9. Permite, entonces, que este repaso sea el regalo que me haces a mí. 2Pues esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y que se las ofrezcas al mundo. 3Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. 4El Ser desde el que te llamo no es sino tu propio Ser. 5A Él nos dirigimos juntos. 6Toma a tu hermano de la mano, pues no es éste un camino que recorramos solos. 7En él yo camino contigo y tú conmigo. 8La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. 9¿Cómo no iba a ser, entonces, todo lo que vive uno contigo?

10. Permite que este repaso sea un intervalo en el que comparti­mos una experiencia que es nueva para ti, aunque tan antigua como el tiempo e incluso aún más antigua. 2Santificado sea tu nombre 3e inmaculada tu gloria para siempre. 4Tu plenitud ahora es total, tal como Dios lo dispuso. 5Tú eres Su Hijo, y completas Su extensión con la tuya. 6No practicamos sino una antigua ver­dad, que sabíamos desde antes de que la ilusión pareciese apode­rarse del mundo. 7Y le recordamos al mundo que está libre de toda ilusión cada vez que decimos:

8Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

11. Con esto damos comienzo a cada día de nuestro repaso. 2Con esto empezamos y con esto concluimos cada período de práctica. 3Y con ese pensamiento nos vamos a dormir para despertar con esas mismas palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así la bienvenida al nuevo día. 4Todo pensamiento que repasemos lo envolvemos con ése; y utilizaremos dichos pensamientos para mantenerlo firme en la mente y claro en nuestra memoria a lo largo del día. 5Y así, cuando hayamos terminado este repaso, habremos reconocido que las palabras que decimos son verdad.

12. Las palabras, sin embargo, no son sino recursos auxiliares y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al final de cada período de práctica, se usarán sólo para recordarle a la mente su propósito, según lo dicte la necesidad. 2Ponemos nues­tra fe en la experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios que utilizamos. 3Esperamos la experiencia, y reconocemos que sólo en ella radica la convicción. 4Usamos las palabras y trata­mos una y otra vez de ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho más allá de su sonido. 5Este se hace cada vez más tenue hasta que finalmente desaparece, a medida que nos acercamos a la Fuente del significado. 6Y Ahí es donde hallamos reposo.



AUDIOLIBRO
 




EJERCICIOS

                                                

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LECCIÓN 171


Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.


1. (151) Todas las cosas son ecos de la Voz que habla por Dios.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo. 

2. (152) Tengo el poder de decidir.
          2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.  



Instrucciones para la práctica

Propósito: Prepararnos para la Segunda Parte del Libro de Ejercicios. Dedicar más tiempo y esfuerzo a practicar, para que puedas acelerar el paso en tu viaje a Dios. Reconocer la verdad de la idea central (“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). Hacer de este repaso un regalo a Jesús, y un tiempo en el que compartes con Él una experiencia nueva y sin embargo antigua.

La oración: Usa la oración de los párrafos 2 y 3 para dedicar el repaso a Dios. Le pides a Dios que dirija tus prácticas y que te llame de vuelta cuando te retrasas en tus prácticas, para que puedas progresar más rápido por el camino que te lleva a Él.

El pensamiento central: El centro del repaso es esta idea (“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). El propósito de este repaso es llevarnos a un lugar donde entendemos y experimentamos esta idea de verdad. Y el propósito de las ideas que se repasan es apoyar la idea central, sacar diferentes aspectos de ella, y hacerla “más significativa, más personal y verdadera” (L.rV.In.4:2). Por lo tanto, haz que esta idea domine cada uno de estos diez días del repaso. Empieza y termina el día con ella, empieza y termina cada periodo de práctica, y envuelve con ella cada repetición de las ideas del repaso.

Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Por lo menos cinco minutos; lo ideal es treinta minutos o más.
Pasa un rato repitiendo el pensamiento central (“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). Y las dos ideas del repaso. Envuelve cada idea del repaso con el pensamiento central. Usa las ideas del repaso para que iluminen algún aspecto del pensamiento central y hazlo más significativo para ti.
Luego entra en lo que llamamos “meditación de la mente abierta”. Mantén tu mente quieta y silenciosa, sin palabras. Las palabras son como señales indicadoras: señalan al significado; pero ahora estás buscando la experiencia directa del significado, y para esto las palabras se interponen. En este vacío de palabras, simplemente espera con “silenciosa expectación” (L.94.4:1) la experiencia de lo que nos hablan las palabras, la experiencia de nuestro verdadero Ser. Toda tu atención está esperando en “tranquila expectación” (L.157.4:3). Tu mente está en reposo, sin embargo también preparada. Toda tu consciencia está esperando que surja la comprensión y se extienda. Concéntrate en esto sin palabras. Sin embargo, cuando tu mente se distraiga, lo que sucederá de vez en cuando, repite el pensamiento central para recordarte a ti mismo lo que estás esperando: la experiencia de tu propio Ser; y luego vuelve a tu espera sin palabras.
Termina repitiendo el pensamiento central una vez más.

Recordatorios cada hora: Uno o dos minutos, a la hora en punto (más corto si las circunstancias no lo permiten).
Sugerencia: Repite las dos ideas del repaso, rodeando cada una de ellas con el pensamiento central. Luego dale gracias a Dios por Sus regalos en la hora anterior, y pídele Su dirección para la hora que comienza. Termina con el pensamiento central.

Comentario

¡Otro repaso! Mientras lees la Introducción al Quinto Repaso, te darás cuenta de que no se dan instrucciones detalladas para la práctica. El resumen, que se da en el párrafo 11, es la única referencia a la práctica real que se espera que hagamos. Un rato por la mañana, un rato por la noche, y tener la idea en nuestro recuerdo a lo largo de todo el día, ésa es toda la instrucción que se nos da. A decir verdad, las instrucciones completas se dieron en la Lección 153, párrafos 15-18. Allí, se dijo que las instrucciones seguirán “un formato que vamos a utilizar por algún tiempo” (L.153.15:1). Ese “por algún tiempo” todavía continúa.

En los diez días del repaso, comentaré principalmente la Introducción al Repaso, en lugar de las ideas que se están repasando. Hoy trataré de los tres primeros párrafos, y luego un párrafo cada día durante las restantes nueve lecciones del repaso. La idea central del repaso es: “Dios es sólo Amor y, por tanto, eso es lo que soy yo”. Se nos dice (4:2) que cada uno de los veinte pensamientos que estamos repasando aclara algún aspecto de este pensamiento central, también intentaré señalar algunas de las maneras en que las dos ideas del día están relacionadas con El pensamiento central.

La Introducción a nuestro repaso empieza con una poderosa petición de que tomemos nuestras prácticas más en serio, “para poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño” (1:2). Una vez más, como en el Cuarto Repaso, se nos recuerda que esta serie de lecciones está planeada para ayudarnos a prepararnos “para un nuevo nivel de entendimiento” (1:3). El Cuarto Repaso dejó claro que esto se refiere a la Segunda Parte del Libro de Ejercicios: “Esta vez… nos estamos preparando para la segunda parte del aprendizaje en la que se nos enseña cómo aplicar la verdad” (L.rIV.In.1:1). La comprensión de que nos estamos preparando para algo más, un cambio a otra fase, se pretende que motive nuestros esfuerzos “para poder seguir adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y mayor fe” (1:4). Se tiene la sensación de que la eficacia de la segunda mitad del Libro de Ejercicios depende, en gran medida, de cuánto tiempo y esfuerzo estamos dispuestos a poner en nuestra práctica ahora, en este momento.
Recuerdo las primeras veces que hice el Libro de Ejercicios, siempre me daba la sensación de que la segunda parte era un desastre. Decepcionante. También recuerdo que no hacía serios esfuerzos para seguir las instrucciones de la práctica, sólo leía la lección por la mañana. Estoy completamente convencido de que hay una relación directa entre estos dos hechos: mi débil práctica y mi sensación de decepción.

El Libro de Ejercicios reconoce que hemos estado flaqueando, y que hemos tenido dudas que nos han hecho esforzarnos menos en las prácticas. No nos sermonea por ello, pero sí deja claro que si queremos resultados, tenemos que seguir el programa. La recompensa será “una mayor certeza, un propósito más firme y una meta más segura” (1:6).

En mi opinión, la oración de los párrafos 2 y 3 es muy buena para utilizarla cada día, durante este repaso. No necesita comentarios, el significado de cada frase está muy claro. Es una oración para esforzarnos en la práctica. Es una afirmación de confianza en que, si nos olvidamos, tropezamos, o nos extraviamos, Dios nos lo recordará, nos levantará y nos llamará para que volvamos a ellas.

Los dos pensamientos de hoy se relacionan fácilmente con el pensamiento central. Si Dios es sólo Amor, y yo también soy sólo amor, entonces todas las cosas son ecos de Su Voz. Todo es un aspecto de Él. La decisión a la que me enfrento, hoy y cada día, es si aceptar o no este hecho. ¿Quiero vivir hoy como una expresión del Amor de Dios, o quiero elegir intentar lo que es imposible: ser otra cosa?







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