DESPERTAR AL AMOR

lunes, 23 de noviembre de 2020

23 NOVIEMBRE: No necesito más que llamar y Tú me contestarás.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCIÓN 327


No necesito más que llamar y Tú me contestarás.


1. No se me pide que acepte la salvación sobre la base de una fe ciega. 2Pues Dios ha prometido que oirá mi llamada y que Él Mismo me contestará. 3Déjame aprender mediante mi experien­cia que esto es verdad, y es indudable que llegaré a tener fe en Él. 4Esa es la fe que no se quebranta y que me llevará cada vez más lejos por la senda que conduce hasta Él. 5Pues así estaré seguro de que Él no me ha abandonado, de que aún me ama y de que sólo espera a que yo lo llame para proporcionarme toda la ayuda que necesite para poder llegar a Él.

2. Padre, te doy las gracias porque sólo con que ponga a prueba Tus promesas jamás tendré la experiencia de que no se cumplen. 2Permíta­seme, por lo tanto, ponerlas a prueba en vez de juzgarlas. 3Tú eres Tu Palabra. 4Tú provees los medios a través de los cuales arriba la convic­ción, haciendo así que por fin estemos seguros de Tu eterno Amor.






Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.

Comentario

Esto me recuerda a un versículo de la Biblia, libro de Jeremías (33:3), en el Antiguo Testamento: “Llámame y Yo te contestaré”.

El pensamiento de la lección parece ser: “Éstas son las promesas de Dios. Ponlas a prueba y comprueba por ti mismo que Él las dice de corazón”. La lección nos dice que podemos “aprender mediante la experiencia que esto es verdad” (1:3). Sugiere que tomemos las promesas y las pongamos “a prueba” (2:1).

Mi confianza en el Curso ha aumentado con los años y continúa aumentando al continuar probando sus promesas. Nos da instrucciones muy claras para el Libro de Ejercicios, y promete que cambiará nuestra manera de pensar acerca de todos y de todo en el mundo. Promete paz mental. Promete la liberación de la culpa. Y lo que estoy descubriendo es que, sincero esfuerzo en HACER lo que me dice que haga, siento lo que dice que sentiré. Resumiendo: funciona.

Podemos sentarnos y juzgar lo que dice el Curso hasta ponernos morados, podemos discutir si El Curso cumplirá o no lo que dice, y no aprenderemos nada. Pero si lo hacemos, si lo probamos, si practicamos lo que dice que hagamos, ciertamente descubriremos que realmente funciona, y nuestra seguridad en su verdad será total y absoluta.



¿Qué es la creación? (Parte 7)

L.pII.11.4:1-3

Nosotros, los Hijos de Dios, somos la creación. (4:1)

Existimos. Ya que todo lo que existe es creación de Dios, y la creación es el Hijo de Dios (3:2), tenemos que ser la creación de Dios. Tenemos que ser aspectos de la Totalidad, “Hijos” que son aspectos del Hijo.

“Parecemos estar separados y no ser conscientes de nuestra eterna unidad con Él” (4:2). Toda nuestra experiencia en este mundo nos ha enseñado que estamos separados, que somos seres separados, distintos unos de otros y sin ninguna conexión. Somos conscientes de nuestra parte y dejamos aparte nuestra Totalidad, “nuestra eterna unidad con Él”. Sin embargo, sólo “parece” que somos seres separados, en realidad no lo somos. Nuestra lucha con el Curso, nuestra lucha con toda espiritualidad verdadera, es la lucha de la locura intentando conservar esta sensación de separación completamente ilusoria. Estamos intentando convertir en “parte” la única verdad acerca de nosotros al dejar fuera la consciencia de la Totalidad. Y al hacerlo, nos aislamos a nosotros mismos de nuestro Ser.

“Sin embargo, tras todas nuestras dudas y más allá de todos nuestros temores, todavía hay certeza” (4:3). Dudamos de la Totalidad porque hemos inventado circunstancias (todo este mundo) en el que la “parte” parece ser la única realidad. Tenemos miedo de la Totalidad porque parece amenazar nuestra parte. (En realidad no es así, porque en la Totalidad hay una especie de parte, pero es una parte en la que cada una contiene a la Totalidad, en lugar de dejarla fuera). A pesar de esta locura de identificarnos sólo con la parte, seguimos siendo la Totalidad. La Totalidad sigue sin haber cambiado. No puede ser dividida ni dañada en ningún modo. Por eso, la Totalidad todavía existe y todavía nos llama.

No importa lo fuerte que sea la ilusión de la separación, en cada parte sigue estando la Totalidad. Y la Totalidad, nuestro verdadero Ser, sigue estando seguro de Sí Mismo. Es sólo la parte la que duda y tiene miedo, imaginándose falsamente separada de la Totalidad. Lo que soy, y lo que tú eres (que es Lo Mismo) se conoce a Sí Mismo con un conocimiento lleno de seguridad. Ésa seguridad que está en nuestra Totalidad es con lo que estamos intentando ponernos en contacto. El recuerdo de Dios y de lo que somos está dentro de nosotros, en la Totalidad que hemos negado y dejado aparte en nuestro loco intento de ser partes separadas. Al conectarnos unos con otros nos conectamos con esa Totalidad, y al hacerlo, recordamos a Dios.




TEXTO

VII. El arca de seguridad

1. Dios no pide nada, y Su Hijo, al igual que Él, no necesita pedir nada, 2pues no le falta nada. 3Un espacio vacío, o una diminuta brecha, sería una insuficiencia. 4sólo ahí podría él querer tener algo que no tiene. 5Un espacio donde Dios no se encuentra o una brecha entre Padre e Hijo no es la Voluntad de ninguno de los dos, que prometieron ser uno solo. 6La promesa de Dios es una promesa que Él se hizo a Sí Mismo, y no hay nadie que pudiese ser desleal a lo que Su Voluntad dispone como parte de lo que Él es. La promesa de que no puede haber brecha alguna entre Él y lo que Él es no puede ser falsa. 8¿Qué otra voluntad podría inter­ponerse entre lo que no puede sino ser uno solo y en Cuya Pleni­tud no puede haber brecha alguna?

2. La hermosa relación que tienes con todos tus hermanos es parte de ti porque es parte de Dios Mismo. 2¿Cómo no ibas a enfermar si te niegas a ti mismo tu plenitud, tu salud, tu Fuente de ayuda, la Llamada a impartir curación y la Llamada a curar? 3Tu salvador espera la curación y el mundo espera con él. 4tú no estás excluido, 5pues la curación o bien será una sola o bien no tendrá lugar en absoluto, ya que en el hecho de que es una radica la curación. 6¿Qué podría corregir a la separación sino su opuesto? 7No hay términos medios en ningún aspecto de la sal­vación. 8O bien la aceptas completamente o bien no la aceptas en absoluto. 9Lo que no está separado tiene que estar unido. 10Y lo que está unido no puede estar separado.

3. O bien hay una brecha entre tu hermano y tú, o bien sois uno y lo mismo. 2No hay nada entremedias, ninguna otra opción, ni ninguna lealtad que se pueda dividir entre esas dos posibilida­des. 3Una lealtad dividida significa que le eres infiel a ambas posibilidades, lo cual no hace sino ponerte a dar tumbos, sin que te quede otro remedio que agarrarte a cualquier brizna de paja que parezca ofrecerte apoyo. 4Mas ¿quién puede edificar su hogar sobre pajas y esperar que le proteja del viento? 5Ése es el tipo de hogar que se puede hacer del cuerpo porque no está cimentado en la verdad. 6Sin embargo, por esa misma razón puede verse que no es tu hogar, sino simplemente un medio para ayudarte a llegar al Hogar donde Dios mora.

4. Cuando ése se vuelve tu propósito, el cuerpo se cura, pues no se le utiliza para dar testimonio del sueño de separación y enfer­medad. 2Tampoco se le culpa fútilmente por lo que no hizo. 3Su propósito es ayudar a que el Hijo de Dios sane, y, debido a ello, no puede enfermar. 4No se une a ningún propósito que tú no hayas aceptado, y tú has elegido que no esté enfermo. 5Todos los milagros se basan en esta decisión, y se te conceden en el mismo instante en que la tomas. 6Ninguna forma de enfermedad está excluida de dicha decisión porque la decisión no puede tomarse en función de la forma. 7La decisión de estar enfermo parece ser una decisión entre diferentes formas de enfermedad. 8Sin em­bargo, la enfermedad es una sola, al igual que su opuesto. 9Por consiguiente, o estás enfermo o estás sano.

5. Pero nunca tú solo. 2Este mundo no es más que el sueño de que puedes estar solo y de que puedes pensar sin que ello afecte a los que están separados de ti. 3Estar solo significa que estás separado, y si lo estás, no puedes sino estar enfermo. 4Esto parece probar que definitivamente estás separado. 5No obstante, lo único que significa es que has tratado de mantener la promesa de serle fiel a la infidelidad. 6Mas la infidelidad. significa enfermedad. 7Es como la casa edificada sobre pajas. 8De por sí parece ser muy sólida y real. 9Su estabilidad, no obstante, no se puede juzgar sin tomar en consideración sus cimientos. 10Si descansa sobre pajas, de nada sirve atrancar las puertas, cerrar las ventanas o correr los cerrojos. 11El viento la derrumbará, y las lluvias la azotarán y la arrastrarán al olvido.

6. ¿Qué sentido tiene buscar refugio en lo que se construyó preci­samente para fomentar el peligro y el miedo? 2¿Por qué recar­garlo con más cerraduras, cadenas o pesadas anclas, cuando su debilidad no reside en ello mismo, sino en la fragilidad de la brecha insustancial sobre la que se erige? 3¿Qué seguridad te puede ofrecer algo que descansa sobre una sombra? 4¿Edificarías tu casa sobre algo que pudiera derrumbarse con el peso de una pluma?

7. Tu hogar está edificado sobre la salud de tu hermano, sobre su felicidad e impecabilidad*, así como sobre todo lo que su Padre le prometió. 2Ningún pacto secreto que hayas hecho en lugar de eso ha estremecido en lo más mínimo los Cimientos de este hogar. 3El viento podrá soplar sobre él y la lluvia azotarlo, pero sin conse­cuencia alguna. 4El mundo será arrastrado, pero este hogar per­manecerá en pie para siempre, pues su fuerza no reside sólo en él. 5Es un arca de seguridad, que descansa sobre la promesa que Dios le hizo a Su Hijo de que él siempre moraría a salvo en Él. 6¿Qué brecha podría interponerse entre la seguridad de este refugio y su Fuente? 7Desde aquí se puede ver al cuerpo como lo que es, sin atribuirle más o menos valor del que tiene como medio para libe­rar al Hijo de Dios a fin de que pueda regresar a su hogar. 8Y con este santo propósito se convierte por un tiempo en un hogar de santidad, ya que comparte la Voluntad de tu Padre contigo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario